- Ugh ugh ...
- Jajajaj está puta... está muy buena.
- Si, nos estamos sirviendo muy bien, solo miren como me está chupando.
- Jajaja si, aquí abajo está muy apretada la perra.
- Jajaj eso es porque le estoy llenando el culo, niña si sigues así, te triplicaremos la propina esta noche.
Los tres hombres sostenían una conversación mientras se follaban a Sheila, esto era solo una parte de las cosas que tenían que soportar las mujeres durante el sexo en grupo, y estos hombres particularmente estaban acostumbrados a follarse juntos a una sola mujer.
La doble penetración y la felación siempre eran bien remuneradas, por lo que Sheila siempre aceptaba estos pedidos, aunque no recibía el dinero siempre podía obtener cualquier objeto que quisiera cuando se lo pidiera a Sun.
- Ugh ag quiero correrme.
- Si yo también jajajaja
- Hagámoslo al mismo tiempo, llenémosla con nuestro semen.
Como si estuviesen sincronizados los tres hombres eyacularon al mismo tiempo haciendo del cuerpo de Sheila un desastre.
- Oooowwww jajajaj miren que obra de arte.
- Jajaja si no fuera por que el efecto de la droga ya está pasando la seguiría cogiendo.
- Ja maldición envejecer es horrible.
Sheila rio, tirada aun, abrió las piernas y dijo:
- Ven cariño sírvete más de mí.
- Maldición es por esto que eres nuestra favorita, pero una dosis más de esto y hará que nuestro corazón pare.
- Por hoy llegaremos hasta aquí, aseguremos otra cita para la próxima semana.
Cuando se iban a disponer a salir de la habitación uno de los hombres que estaba con el pene erguido se acerco a Sheila y la penetro sin más.
- Maldición Daniel la próxima vez baja la dosis.
- Cállate yo aun no he tenido suficiente, una mamada no alcanza.
- Bien has lo que quieras.
Los otros dos hombres tomaron sus batas y salieron de la habitación.
- Ugh ugh.
- ¿Dime que se siente ser follada por tres hombres?
- Ugh me gusta quiero más, me gustas más tu Daniel.
- Jajajaj no me gusta las mujeres complacientes.
- Ah ugh Entonces... ve ...y cógete a tu mujer si puedes.
- Carajo tu sí que me entiendes.
El hombre empieza a reír como loco por la provocación, como si Sheila tuviera absolutamente la razón, su mujer no era ni complaciente ni sumisa y eso le encantaba, pero en la cama no podía tratarla como quería, no podía someterla y mucho menos ponerle un dedo encima, por lo que era frustrante, por eso recurría a prostíbulos para descargar su ira.
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Casa Azul
RandomEra hermoso, cada paso que daba seducía y hacía que los corazones latan a un ritmo increíble, una piel blanca, un cuerpo esbelto, cabello negro y una figura que definitivamente haría perder la cabeza a cualquiera; frente a esa espectacular imagen es...