El beso nos sorprendió a ambos. Devuelta en la cabaña ninguno de los dos dijo nada al respecto, pero la tensión se instauró entre nosotros. Sabía que lo habíamos hecho estuvo mal.
—¿Quién hizo esta porquería?—Gritó Magnus a la hora de la cena, señalando el estofado.
—Fui yo.—Respondí.
—¿Quieres envenenarme?, Esta mierda es más romero que estofado. Vuelve a hacerlo.
Lo probé y efectivamente, no sabía como algo comestible. Mi cabeza estaba en otra parte, específicamente en los labios tibios y suaves de Han Jisung.
¿Por qué lo había besado?, Aún no lo sabía con esa actitud. Quizás, fue porque estábamos muy cerca y porque su calor era reconfortante. Tal vez, porque sus ojos brillaban con la luz que se filtraba a través de las hojas y muy probablemente porque llevaba tiempo queriendo probar sus carnosos labios.
El beso fue lento y torpe, ninguno de los dos sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero para mí resultó increíble. Y por supuesto, estaba prohibido.
Si alguien se llegara a enterar de lo que había pasado entre nosotros podía darnos por muertos, para la iglesia era pecado y una abominación, para la ley, un delito. Y ser hijos de casas importantes no nos aseguraría que saliéramos de algo como eso.
Jisung seguía durmiendo al lado de Felix, notaba como comenzó a huir de mí desde aquel roce en la fragua, puede que fuera lo mejor para ambos que se mantuviera alejado. Sin embargo, una punzada en mi pecho molestaba cada vez que lo miraba acurrucado junto a mi amigo rubio a media noche. Me entraban unas irracionales ganas de apartarlo de él y colocarme en su lugar.
A medida que pasaban los días las cosas no parecían mejorar para ambos, a veces teníamos que interactuar por orden de Magnus, pero quedarme a solas con él era una tortura. Solo quería volver a besarlo y al mismo tiempo salir corriendo lejos.
—¿Por qué estás tan serio?—Preguntó Changbin interrumpiendo mis pensamientos.
—Solo estoy pensando.
—¿En qué?
—En cosas.—Respondí fastidiado.
—¿Pasó algo entre tú y Han?
—¿Qué?, Por supuesto que no.—Dije, un poco alterado. Era imposible que Changbin supiera lo había sucedido.
—Ah, solo preguntaba. Ya casi ni se hablan.
Me relajé con su respuesta. Era cierto, incluso empezamos a evitar la comunicación.
Pero todos los esfuerzos fueron en vano.
Nos encontrábamos en la fragua; una pequeña cueva cerca de la cabaña. En todo este tiempo no había mejorado mis dotes para moldear metales, cada 1 de 10 me salía bien a la primera. Golpeaba el martillo contra la espada exasperado, ese día ni una sola lámina había quedado decente. En un descuido mi dedo se resbaló y el martillo lo impactó. Aúlle de dolor.
Por suerte el daño lo había recibido la piel y no el hueso, lucía más caótico de lo que era por la sangre, pero seguía doliendo bastante. Jisung corrió hasta mí preocupado, tomó mi mano de inmediato para inspeccionar el incidente.
—¡Por los Dioses, Minho!, ¡Ten más cuidado!—Exclamó. Salió de la fragua, en unos segundos ya estaba de vuelta con un pedazo de tela, lo rompió en una tira fina y luego lo amarró en mi dedo para detener el sagrado.
—¿Te duele mucho?— Sonaba preocupado.
—Un poco, pero se ve peor de lo que realmente es.
—Ven, volvamos. Le diré a Felix que suture tu herida.
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Firefly Hunter (Minsung)
Fanfic¿Serías capaz de asesinar al amor de tu vida? La casa Lee está sedienta de venganza y quiere devuelta lo que les fue arrebatado. La guerra está apunto de acabar y es evidente quien triunfará. Pero muy lejos de la muerte y la venganza, en los recue...