Anteriormente llamado Pecatti
𝗝𝗨𝗡𝗚𝗞𝗢𝗢𝗞 ▏El misterio y el sexo nunca fue parte de la vida de Romy, pero dada las circunstancias de la vida, la conexión con Jungkook resultará más que solo un choque de miradas para Romy.
Lo importante que te...
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─ ¿A tu casa? ─pregunté sorprendida. Nunca antes había sugerido aquello, así que era normal estar sorprendida. Por no decir que pisar su casa era un asunto más serio, no solo para un par de chicos que juegan a ser amigos con derechos.
─ ¿Quieres? ─me puse boca abajo con los ojos cerrados, no quería salir de aquí, tenía sueño y nervios porque haya sugerido ir a su terreno –su casa-. Me di cuenta que sus manos no podían alejarse de mi cuerpo, ya que su mano derecha cayó directo a mi trasero apretándolo suavemente.
─ ¿Qué haremos? ─pregunté media adormilada.
─No lo sé, solo decía ─río.
─Jungkook... ¿Cuántos años tienes? ─cambié relativamente de tema, abrí un ojo viéndolo.
─ ¿No te dije? Me parece que si ─Jungkook estaba recostado a mi lado, tenía su brazo bajó su cabeza mirándome de reojo.
─Umh... ¿Estás haciendo que dude de mí mismo? ─dije riendo, estaba sintiendo un cosquilleo en mi vientre al sentir su mano en mi culo dando apretones, joder.
─No decía eso, pero tengo veinte años ─hice un puchero, no me lo imaginé, aunque viéndolo bien, tiene sus facciones más definidos, su cuerpo algo musculoso y su voz gruesa. ─ ¿eso importa? ─apretó fuerte.
─La verdad no, me parece genial que tengas 20 años ─sonreí de lado─ yo tengo 17, Jungkook ─cerré los ojos con sueño otra vez, el regresó su cabeza de golpe, no lo vi, pero lo sentí.
─ ¿17? ¿No eres mayor de edad?
─No, los dieciocho cumplo en diciembre ─dije riendo, su mano se retiró poniéndose se pie, abrí mis ojos asustada─ ¿Te vas? ─pregunté nerviosa.
─ ¿Qué? ─dijo riéndose─ por supuesto que no muñeca, crees que te dejaré ir así de la nada, eres mía ¿lo olvidas? ─cerró las cortinas de mi habitación dejando la habitación a oscuras, prendió las luces led y se puso a mi lado─ ponte como estabas, preciosa.
─ ¿Qué harás? ─me puse boca abajo.
─Te daré unos masajes que aprendí en Busan ─respondió todo orgulloso.
─Oh, que genial ─me puse de rodillas sacándome mi corta blusa.
─Muñeca, no te pongas así ─posó sus manos en mi cadera presionando su dureza en mi trasero.
─Dijiste que me darías un masaje ─le reprendí dejando mi torso desnudo.
─Es verdad ─me puse boca abajo una vez que Jungkook alejó su cadera de la mía─ tu piel es muy suave, me encanta ─murmuró en voz baja tenía mis brazos cruzados bajo mi cabeza, mi cabeza estaba de lado para poder ver a Jungkook.
─Lo sé ─dije riendo, sus manos también lo son, estaba sentado en mis piernas, bueno, no del todo, ya que sus rodillas eran su soporte, pero sí sentía su pene rozar mi culo, empiezo a creer que lo hace a propósito.
