Por que tan sexy miss Sierra

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Fui recibido con otra de sus sonrisas sádicas y juro que pude ver sus ojos oscurecerse, pero tan pronto como llegó, desapareció.

"Entonces, ¿qué quieres hacer en tu último día de detención?" preguntó divertida.

"Bueno, podemos llegar a conocernos", sonreí.

"Preferiría enseñarte cálculo", puso los ojos en blanco, pero aún podía ver un toque de diversión en sus ojos.

"Qué grosera, ¿no tienes la mínima curiosidad por saber un poco sobre mí?" Hice un puchero.

"Vamos, ¿qué tienes de interesante?" Apoyó la barbilla en su mano y me prestó toda su atención. "Además de ser un adolescente molestestosa, por supuesto."

"Yo ..." ¡Maldita sea! "¡Soy un gran fanático de la literatura!" Dije la primera cosa no estúpida que me vino a la cabeza, no estaba mintiendo, disfruto leyendo libros ... En mi teléfono ... Sobre mujeres que se ponen pantalones de otras mujeres ... Y podría ser o no. sobre romances entre profesores y estudiantes.

"Ok, lo sé, hablamos de eso muy recientemente", dijo inclinando la cabeza sobre su mano, mierda. "¿Cuál es tu género favorito?"

"Hmm ... ¿Romance?" Salió más como una pregunta, pero antes de que pudiera decir algo, la interrumpí. "¿cual que es tuyo?"

"A mí también me gusta el romance", dijo cruzando los brazos y apoyando la espalda en la silla. "Thrillers también".

"¿El tipo de romance que estabas leyendo en el salón de clases el otro día?" Pregunté con una sonrisa.

"¿Algo más?" preguntó rodando los ojos ignorando mi pregunta.

"Bueno, monopatín", me reí entre dientes por mi falta de cosas que decir.

"Yo sé eso." Volvió a poner los ojos en blanco. "Voy en coche".

"Soy muy persistente y no me rindo con las cosas fácilmente", dije rascándome la barbilla, quien sabía que pensar en cosas buenas que decir de mí era así de difícil.

"Espero que tu persistencia también se refleje en tu trabajo escolar", se burló.

"No eres divertida," rodé mis ojos ante su broma.

"¿Qué quieres decir? Me estoy divirtiendo mucho", se rió entre dientes con maldad, muy divertido jugando conmigo. "Dime más."

"Soy bueno besando." Le di una sonrisa arrogante.

"Sin embargo, no eres un buen coqueteador."

"¿Qué? Sí, lo soy", dije cruzando los brazos. ¿Soy tan mala coqueteando? Bueno, estoy soltera, así que eso explica muchas cosas.

"Te falta mucho encanto, Murillo." Ella se rió entre dientes por la cara que estaba poniendo.

"¿Disculpe?" Estoy conmocionado, esta mujer necesita a Jesús, Buda y Krishna.

"De todos modos, sé que fuiste tú quien arrojó ese papel en la pizarra antes", dijo levantándose de su silla y parándose frente a mí. "¿mut celosa? No es necesario que me lo digas cosas sobre ti Raquel, eres demasiado predecible ".

"Estoy bastante seguro de que hay cosas sobre mí que no sabes", me crucé de brazos de nuevo cuando la vi apoyar la espalda en su escritorio.

"No dije que no los hubiera", dijo divertida.

"Lamento decírtelo, pero no eres tan predecible, no sé nada de ti".

"No necesitas conocerme, Raquel."

"¿Y por qué es eso?" Pregunté sintiéndome un poco frustrada.

"Soy tu maestra", dijo simplemente, poniendo los ojos en blanco y volviendo a su escritorio, sentándose en su silla.