CAPÍTULO III

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No sé exactamente cuánto tiempo estuve ahí de pie, viendo a Yoongi parado frente a mi con un montón de bolsas a cuestas. 

Me di un golpe mental y bajé la mirada a lo que traía, creyendo que mi cerebro me estaba jugando una mala pasada.

Entonces solo pude tomar las bolsas y llevarlas dentro sin siquiera volver a mirarlo o si quiera dirigirle la palabra.

Dejé las cosas sobre el mesón de la cocina y sentí que iba a hiperventilar.

¿Qué demonios estaba pasando?

- Jungkook - pegué un salto al oír la voz de Honey Hyung detrás de mí - ¿Estás bien? - me preguntó preocupado

Yo asentí y tragué saliva - ah Hyung, yo.... ¿Dónde está el baño? - pregunté

- Subes y es la tercera puerta a la derecha - indicó

Prácticamente corrí hacia ahí, sentía el corazón a mil por hora y de repente mis manos se sintieron frías.

Me encerré en el baño y miré las palmas de mis manos, estaba temblando, todo mi mundo estaba temblando, ¿O solo era yo?

Me miré en el espejo y pude notar lo pálido que estaba. ¿Y quién demonios podía culparme? Seis años sin verlo y, sin previo aviso, ¿aparece frente a mi?

¿O fui yo quien se apareció frente a él?

Por un demonio, jamás creí que nuestro reencuentro sería así. Mucho menos creí que el estaría casado y que era padre de dos cachorros.

Solté una risa burlona. El destino podía ser un comediante brillante y cruel. Claramente, yo era su objetivo principal.

Mojé mi rostro con agua fría y luego suspiré cuando vi mi reflejo en el espejo.

- Vamos, maldito hijo de puta, no seas cobarde - me dije a mi mismo, intentando darme ánimos para salir del baño

Sacudí mi cabeza y salí del baño sintiendo el estómago apretado y un nudo en la garganta. Sin embargo, con mi rostro serio e indiferente.

Bajé las escaleras y fui directo a la cocina, en donde Honey Hyung estaba - Hyung, ¿Necesitas ayuda? - pregunté

- Ah, Jungkook, ¿Te sientes bien? - se volteó a verme - Estabas pálido - señaló

- Estoy bien, no te preocupes - le sonreí - Dime, ¿En qué puedo ayudar? - volví a preguntar

- Descuida, puedes ir a jugar con los cachorros, recuerda que hoy eres invitado - dijo sonriente

Caminé hacia la sala con el pecho lleno de sensaciones que me hacían vacilar. No sabía en qué parte de la casa se encontraba aquel Omega, no sabía si él me había reconocido.

Entré a la sala y respiré aliviado de ver a los niños jugando solos. Me acerqué a ellos con mi mejor sonrisa.

- ¿Qué hacen, niños? ¿Puedo jugar con ustedes? - pregunté

Ambos se voltearon sonrientes - ¡Sí! - hablaron al unísono

- Señor Jeon, puede sentarse aquí - ofreció Jihyun, indicándome un lugar en el suelo

Yo le hice caso, intentando concentrarme solo en ellos. De alguna forma, los niños hacían que mi corazón se sintiera calmado.

Jihye se sentó frente a mi, al lado de su hermano - vamos a jugar con esto ahora - enseñó un juego de Jenga rosa - más tarde, ¿Le gustaría jugar a la consola? - sus ojos grandes y brillantes me causaron ternura

Jihyun hizo un puchero - no se vale, yo no soy bueno jugando a la consola - se quejó

- Ah, yo tampoco soy bueno, pero podemos jugar juntos, Jihyun - ofrecí

Equals - Kookgi +18 (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora