Capítulo 1

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Yo... los odio a todos.

    La vida de un niño que vagaba solo por las calles desde temprano no era la mejor. En ese entonces yo tenía una familia o al menos algo parecido; un padre abusivo, una madre abnegada, una hermana ausente y abuelos distantes, yo no era necesario en casa, no era necesario en ningún lado. Todos me veían. Todos sentían lastima. Todos murmuraban.

    Nadie me ayudó. A excepción de alguien.

    Hubo un día que un Ángel me salvó. 


...

    Un callejón húmedo no era lugar para un niño, Tenko Shimura era su nombre era apenas un niño de ocho años, pero era común verlo vagar por las calles. Tenía el labio roto, los ojos y el cuello le picaban y los rascaba con ansias, la comezón nunca se iba, siempre me atormentaba y asqueaba a su padre. Traía la ropa un poco sucia mojada, tenía el cabello de un intenso color negro pero este se veía tan pálido como ese día de tormenta. A nadie le importaba alguien así, él lo sabía. Estaba sentado entre un par de basureros, el cielo gris, el agua caía tranquila mojándole la ropa. Pensó que sería otro día donde llegaría a casa cuando se cansara de llorar y cuándo el hambre y el miedo lo hicieran regresar para seguir en ese circulo vicioso día tras día, pero ese día algo cambio, alguien lo encontró.

    — ¿Te encuentras bien?—  Preguntó una voz infantil con el tono más dulce que había escuchado. Tenía las manos sujetas a un pequeño paraguas en forma de rana y le cubrió de la lluvia.

    —¿Hu...?— dijo cuando dejo de sentir el agua sobre su cabeza, la voz le salió apagada, no tenia deseos de hablar, tenía el rostro entre oculto entre sus brazos, levantó la mirada y dijo: No lo sé. Fue lo primero que vino a su mente. Lo miró con atención ; ojos y cabellos verdes, le pareció un niño amable, sus ojos eran tan expresivos y deslumbrantes que le dieron una sensación de paz a Tenko estaban casi en medio de una multitud en un día gris pero ya no se sentía tan solo. Las manos del mas pequeño buscaron en su mochila y le ofreció un obento pequeño lleno de estampas de super héroes, sonrió. 

    — ¿Tienes hambre? mi mamá lo hizo esta mañana, iba a ser mi almuerzo pero no hubo clases por la tormenta, puedes quedártelo. — el pequeño Tenko seguía absorto en su voz.

    Alguien más llegó en ese momento, era la madre del niño y parecía alarmada.

    — Hijo no vuelvas a desaparecer así... — Se le oyó exhausta, después la mujer noto al niño en el suelo escondido entre la basura y se asustó, parecía querer llevarse a su hijo temerosa que se metieran en problemas.

    — Lo siento mamá.. — Dijo apenado mirando a su madre — pero él necesita ayuda.

    Ella lo miró de nuevo y vi ternura en su rostro.

    — Oh mi pequeñito es tan dulce. — Ella le beso los cabellos verdoso de su hijo. — Tómalo pequeño, ¿Estas solo? Pareces perdido. — Tenko tomó la caja de almuerzo entre las manos, era cierto estaba hambriento, abrió la cajita de colores, se le hizo agua la boca, olía tan bien, el arroz se veía perfecto junto con los trocitos de carne cerdo empanado y todo estaba tan hermosamente decorado que le daba pena comerlo. ¿Por qué la comida de me prepara mamá no se ve así, siempre se ve gris... pensó.

    —Mamá, su boca... — Ocultó el rostro con vergüenza con el dorso de la mano, tenía el labio roto, esa había sido la razón por la que huyó de casa tan temprano . — ¿Te duele mucho?— le ofreció un pañuelo que también estaba estampado de super héroes. — tenemos que ayudarlo Mamá. — Tiró de su falta sin dejar de verlo. El corazón se le encogió a Tenko, era una sensación cálida ¿Así se sentía que alguien se preocupara por ti? Era una agradable sensación ¿Por qué un extraño lo hacía? ¿Por qué mi familia no podía hacer eso por mí? ¿Por qué su voz parece más gentil que la de mi madre? pensó de nuevo el niño.

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora