CAPÍTULO 26: WIII

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~Tal vez si dejas de decirte a ti mismo que estás roto, puedes comenzar a sanar~


Estaba absorta en mis pensamientos cuando una melodía atrajo mi atención, busque a nuestro alrededor sin ver nada, pero no fue hasta que mire hacia tras que no vi de donde provenía.

Era un camión de helados lo que emitía esa canción. Se acercaba a nosotros a gran velocidad por la carretera lo que me puso los pelos de punta.

¿Serán sus refuerzos? ¿Y si es una trampa? ¿Qué pinta aquí un camión de helados?

No tendría mucho sentido que aparecieran dentro de un camión, pero no es imposible. Además, ¿Que iba a hacer aquí si no? Dudo que haya mucha gente por aquí a quien venderles un helado.

-¿Es ella?-pregunto Luther que se había quedado absorto mirando el camión al igual que yo. Me gire hacia Cinco para obtener respuesta pero la confusión en su rostro me descoloco.

-¿Qué narices está pasando aquí?

Si ni siquiera él sabe a qué viene esto me preocupa, desde ahí no tendrían problema de llenarnos de balas hasta quedar como coladores.

Cuando el camión de helados pasó por nuestro lado pude ver quién iba dentro. Se trataba de nada más y nada menos que nuestros hermanos. Con Klaus conduciendo y Diego de copiloto.

¿Cómo han llegado aquí? Es una escena divertida cuanto menos, no pensé que Klaus supiera conducir, pero ahí está saludándonos con la mano mientras se dirige a toda velocidad contra el coche de los sicarios.

-¡WIIII!-escuche como gritaron desde dentro, supongo que Klaus.

¿Quién si no iba a emocionarse por un choque entre un coche y un camión de helados? Dudo que a Diego le parezca tan divertido.

Los enmascarados al ver que se iban a estrellar sacaron sus armas gritando que era una trampa y empezaron a disparar. Me volví invisible para correr hacia ellos y patearles el culo, pero antes de que pudiese dar un solo paso todo se detuvo.

Es como si el tiempo se hubiese detenido dejándolo todo paralizado, el viento ya no mueve las ramas de los árboles y los pájaros se han quedado suspendidos a mitad de un aleteo. Los sicarios se habían congelado en el aire y las balas se quedaron flotando, sin llegar a darle a Luther quien también se había detenido con el maletín levantado.

Creo que es mejor que siga siendo invisible, por si acaso.

Por el rabillo del ojo note como algo se movía y cuando me gire vi a Cinco saliendo de detrás de nuestro hermano. Quizás haya sido él quien ha hecho esto. Iba a acercarme pero una voz me hizo detenerme en seco.

-Buen truco, ¿verdad? Hola Cinco. Te veo bien, dadas las circunstancias.

Me imagino que la vieja rubia que acaba de aparecer será la exjefa de Cinco. No sé si es cosa mía, pero me da que no me va a caer muy bien, sin tener en cuenta lo que quieren hacer ella y su organización con el mundo.

-Me alegro de volver a verte.

Él le responde con un tono de voz tan falso que me dan ganas de reírme.

-Parece que fue ayer cuando nos conocimos, aunque entonces tenías algunos años más.-hablo mientras lo observaba de arriba abajo haciendo que me cabree. No me gusta la manera en que lo mira.- Felicidades por la regresión de edad, muy astuto, nos hizo perderte la pista.

-Ojala fuera merito mío. Calcule mal las proyecciones de dilatación del tiempo y ya ves. Aquí estoy-le respondió él esbozando una sonrisa claramente forzada.

-Sabes que todos tus esfuerzos son en vano. ¿Por qué no me dices que quieres en realidad?

-Quiero que detengas todo esto.

¿Ella tiene la capacidad de detenerlo todo? Si es realmente así no se ira de aquí hasta que lo arregle, aunque tenga que torturarla durante horas.

-Sabes que lo que pides es casi imposibles incluso para mí, lo que está escrito está escrito. Esa es nuestra raison d'être.

Mientras hablaban Cinco ha sacado una pistola y le apunta amenazante, no me cabe duda de que podría meterle una bala entre ceja y ceja si se pasaba de la raya. Espero que tenga que hacerlo, si no lo hare yo misma.

-¿Así? Sobrevivir me parece una mejor raison.

Ahora entiendo porque dicen que el francés es sexy.

-Me reemplazaran, yo soy solo una pequeña pieza en el engranaje. Además deberías tener cuidado, no querrás dispararle a tu invisible hermanita

Es imposible que pueda verme. ¿Cómo sabe que estoy aquí?

-¿De qué estás hablando?-preguntó frunciendo el ceño

-Deberías preguntárselo a ella. Se ha convertido en una muchacha muy guapa, ¿no crees, Cinco?-hablo con una sonrisa macabra en el rostro-Con esas alas incluso parece un ángel, no me extraña que te hayas encariñado con ella de tal manera.

Este solamente gruño como respuesta. Sostenía la pistola apuntada entre los ojos de la mujer y no parece que vaya a bajarla.

-Vamos, Liliana. No te hagas de rogar, seguro que Número Cinco está deseando verte de nuevo

Me puse delante de la mujer observando a Cinco, seria genial ver cómo le mete un balazo. Pero primero tengo que descubrir como sabe de mis poderes.

Me vuelvo a hacer visible y despliego las alas para poner una de mis cuchillas en su cuello. Por el rabillo del ojo veo a Cinco vacilar cuando se da cuenta de que estoy aquí, sin embargo mantiene firme la mano con la que apunta a la señora.

-¿Como sabes eso?-hable amenazante, pero ella no se inmuto ante mí, sino que me sonrió.

Me están entrando unas ganas irrefrenables de borrarle esa sonrisa a base de puñetazos.

-En la Comisión se reúne mucha información y conocimientos, también tenemos información sobre ti. No hay mucho sobre tu especie, pero tienes tanto potencial. Y tú, Cinco, debo decir que nos has impresionado por tu iniciativa y perseverancia, son dignas de destacar y por eso queremos ofrecerte un nuevo puesto en la Comisión. Al igual que a ti, Liliana.

¿Qué?

Decidido, la mujer está completamente loca

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LA FUERZA DEL FUEGO ~ CINCO HARGREEVESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora