~Que apaguen las luces y enciendan las estrellas~
Mientras nuestros hermanos se quedan en el salón yo comienzo a seguirla hasta la puerta de casa, y antes de que pueda irse la detengo agarrándola del hombro. No sé donde se ha metido su novio pero no me gusta un pelo que ronde por mi casa a sus anchas, aunque es mejor que no esté aquí mientras hablamos.
-¿A mí tampoco me vas a escuchar?-le pregunte mirándola fijamente a los ojos lo que la hace estremecerse. Sé que mi mirada de diferente color puede llegar a ser intimidatoria, y en casos como estos me viene de perlas.
Ella se sacude tratando de liberarse de mi agarre por lo que la suelto. Veo la furia en sus ojos y como está deseando descargarla contra alguien o algo.
Jamás la había visto así, tampoco es que suela enfadarse muy a menudo conmigo. Ni siquiera el día que tuve que llamarla para que me recogiese de la comisaria después de quemar unos contenedores.
-Tú eres aun peor, soy la única que ha estado contigo siempre y en cuanto ellos aparecen te olvidas de mí.-me gritó lo que me hizo sentir mal, no quiero que piense que la reemplazo. Nadie podría hacerlo, pero no me puede echar en cara que quiera pasar tiempo con el resto de mi familia. - Es porque yo no soy como vosotros, ¿verdad?
-Por favor, Vanya, siempre con la misma tontería. Supéralo de una vez.-para este punto yo también le estaba gritando a ella. Prendí fuego a mis manos y se las mostré dejando una distancia suficiente como para no herirla.- Tú deseas esto porque no sabes lo que se siente, solo ves que nos hace especiales, pero estás muy equivocada.
-Al menos no soy tan falsa como tú, pensaba que me entendías porque eras como yo. Todos estos años que te has estado riendo de mí.
Esta es una de las razones por las que no se lo había contado. Deje que el fuego se consumiese mientras respiraba hondo para calmarme y no arrancarle la cabeza. Se comporta como si fuéramos sus enemigos, los villanos de su historia que no la dejan tener su final feliz con su príncipe azul.
-Si tan solo mirases mas allá de tus narices por una vez te darías cuenta de que no lo hemos hecho a malas. ¿Nos culpas por no avisarte cuanto prefieres estar con el idiota ese antes que con tu familia? ¿Acaso si te hubiese avisado habría venido?-se queda en silencio y con su falta de palabras me está respondiendo de la peor manera- Veo que ya has decidido.
Me di la vuelta enfadada, decidida a dejarla sola con su cabreo. No se puede razonar con ella cuando se enfada de tal manera. Debería haberle dicho lo del apocalipsis pero seguramente me habría mirado como si estuviese loca y no me habría creído. Tampoco es que pueda hacer mucho para ayudarnos, ni si quiera estoy segura de poder hacer algo yo.
Al volver al salón me lo encontré vacio, no había ni rastro de mis hermanos. Ingenua de mí pensé que por una vez dejarían sus diferencias de lado y trabajaríamos todos juntos por el bien común, por la supervivencia de la puta raza humana.
Pero me equivoque y estoy aquí, sola y enfadada, esperando que alguien venga a ayudarme. Es demasiado para mi sola, no puedo detener el fin del mundo sin ayuda. El único que se preocupa es Cinco, y ni si quiera esta aquí.
Camine por toda la casa buscando a alguien, se supone que íbamos a formular un plan pero en cambio se han esfumado todos. Estaba por subir las escaleras cuando una voz que venía del despacho de papa llamo mi atención. Me acerque con cautela y me encontré con Klaus. Estaba atado con una cuerda a una silla en mitad de la habitación.
-No sabía que te fuera el bondage, hermano-le dije apoyándome en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
Al escucharme levanto la cabeza y me miro. Se veía fatal, con unas profundas ojeras bajo sus ojos y sus rizos castaños despeinados.
-Me estoy desintoxicando
Muy lógico, creo que es el único que cuando el barco se está hundiendo se pone a arreglar las goteras.
-Buen momento has elegido ¿Y los demás? ¿No se suponía que teníamos que pensar un plan?
-Ya sabes, lo de siempre, cada uno por su lado-dice encogiéndose de hombros-Tampoco hay mucho que podamos hacer
Con esa actitud está claro que esto va a ser un desastre. Quizás estábamos condenados al desastre desde el minuto uno.
¿Y esta es la Umbrella Academy? Los héroes que salvaban a las personas y encierran a los delincuentes ahora se van a quedar esperando a que algo nos mate a todos. Mucho entrenar para desarrollar sus habilidades físicas pero papa se olvido por completo de lo importante que es la parte psicológica.
-¿Y ya está? ¿No pensáis hacer nada?
-Nada no, yo estoy intentando estar sobrio para poder hablar con alguien a quien perdí.
Muy útil teniendo en cuenta que si no hacemos nada en tres días se reencontrara con todo el mundo en el más allá. Casi preferiría que se estuviera metiendo todas las drogas habidas y por haber, al menos asi yo también podría colocarme y olvidar.
-¡En ese caso que os jodan a todos!-le grite poniendo los ojos negros harta de que ninguno vea mas allá de sus narices.-No pienso quedarme aquí y resignarme a morir con vosotros.
-¿A dónde vas?
-Me marcho
-No, Lilith, vuelve- empezó a gritar Klaus cuando le di la espalda y camine fuera de la habitación- ¡Desátame!
Antes de irme cerré la puerta de un portazo consiguiendo que salten un par de astillas del marco.
¿Por qué no puedo tener unos hermanos como los Blackthorn? Ellos se apoyan en todo, están ahí en las buenas y en las malas. En cambio en mi familia les encanta salir corriendo cuando se necesitan entre ellos.
Necesito paciencia para no ir matándolos uno a uno.
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LA FUERZA DEL FUEGO ~ CINCO HARGREEVES
FanfictionLa historia de la Umbrella Academy recorrió los periódicos y televisiones de todo el país. Seis niños con súper poderes que dedicaban sus días a detener a los malvados y salvar a los inocentes. Pero esta familia no se reducía solo a los héroes de...