- 𝐣𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 𝐫𝐞𝐚𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐬 -

• f o u r •

•••

Hace unas horas le había enviado un mensaje a mi madre preguntando sobre los ingredientes para hacer una pizza casera, por lo que ahora nos encontrábamos con Jungkook  en el sofá mirando un canal de noticias, para asi cuando respodiera mi madre pudiéramos salir al supermercado.

—Bae...—me llamo Jungkook—¿Te ha respondido tu madre?—me preguntó por quinta vez en lo que ya eran aproximadamente diez minutos.

Volvi a mirar mi teléfono por si de esa manera aparecía por arte de magia un mensaje pero nada, por lo que solo negué con la cabeza.

—Si quieres podemos buscar la receta por internet—propuse—, aunque no confie mucho en ello...—

Este negó la cabeza para luego responderme—Tranquila, seguramente te conteste en este mismo instante—señalo el celular con su dedo indice y como por arte de magia, me llego una notificación de mi madre con la receta, a lo que ambos nos miramos sorprendidos—.Tengo el poder de la clarividencia—dijo Jungkook sonriendo con superioridad, a lo que yo solo voltee los ojos para luego levantarme del sofá.

•••

Nos encontrábamos en el supermercado, él se encontraba con los antebrazos apoyados en el carrito de compras en lo que lo llevaba y con la lista de los productos que teníamos que comprar  en su mano, mientras que  yo iba metiendo los alimentos en el carrito.

—¿Son necesarios los bombones helados?— me cuestionó una vez que lo deje en el carrito.

Yo solo lo mire para reírme y luego responderle.

—¿Son necesarios los banana milk?— le pregunté redoblando su cuestionamiento.

Jungkook solo levanto un poco las manos de modo de que estabamos a mano mientras se reía.

—Esta bien, esta bien—

Seguimos caminando mientras haciamos las ultimas compras donde por momentos nos parabamos en algunas partes para ver el algo que nos había interesado, o solamente para opinar que nos parecía. Eran estos momentos cotidianos, los cuales a pesar de parecer, para muchos, ordinarios o aburridos, los difrutaba en demasiada con él. Y no había razón para aquello.

•••

Una vez que llegamos a casa, comenzamos a guardar las cosas que habíamos comprado y dejamos apartadas, en la mesada de la cocina, lo que necesitaríamos para cocinar la pizza y luego, al volver de lavarnos las manos, poder comenzar con la receta.

—Bueno...— comenzó a decir— ¿Que hacemos primero? ¿La salsa o la masa?— me preguntó.

—La masa porque va a necesitar más tiempo para que leude y después hacemos la salsa— le respondí a lo que él asintió.

Comenzamos a leer la receta y habíamos decidido que yo le pasaba los ingredientes con las medidas exactas que necesitábamos, en lo que él lo iba mezclando todo en el recipiente. Cuando terminamos de hacer eso, harine la mesada para poder poner allí la masa que ya estaba un poco uniforme.

—¿Podrías amasarlo? Por favor— le pregunté— Ya sabes cómo soy con estas cosas...— me avergoncé un poco.

—Si, tranquila cariño— me dio una sonrisa para luego poner un poco de harina en mi cara a lo que yo me reí por aquello, e intente sacarme la harina con la mano y se la pase por su cachete izquierdo.