CAPÍTULO III

12 2 0
                                    

Me impulsé con mi energía y empecé a buscar a Laufey, la muerte de Loki no podía quedar impune, ese vacío me comenzaba a corroer el alma. Con toda mi energía, formé una barrera para que todos los que estaban luchando no les afectara lo que pasara afuera, tenía que protegerlos, mi guerra era con él, y ellos no tenían por qué salir afectados.

- ¡Laufey! - Grité.

-Daphne, hija de Kiersten, al fin apareces frente a mí. - Dijo deteniendo su batalla. - Ya has comprendido que vengo por ti.

-Pero yo no iré a ningún lado.

Empezamos a pelear, no iba a permitir que él acabara con lo que quería, de repente, el montón de sentimientos que provocaba la muerte de Loki me hizo tomar coraje, con todo el dolor de mi corazón sostuve a Laufey.

-Te atreviste a matarlo. -Grité, alzándolo del cuello con mi energía.

Pese a su fuerza, comencé a desintegrarlo poco a poco, hasta que no hubo rastro de él, sin pensarlo rematé la energía en el piso acabando con los demás gigantes. Sabía que a pesar de lo que había hecho, Loki no volvería a la vida. Caí casi desmayada, el esfuerzo y la noticia de la muerte de Loki, me habían destrozado la vida, no tenía ni siquiera fuerzas para levantarme. Thor destruyó mi aura protectora y todos se dirigieron a mí.

-Traigan ayuda de inmediato. -Dijo Tony, Bucky me cargó y me llevó a mi recámara.

- ¿Qué acaba de suceder? -Preguntó Natasha.

-Thor, ¿qué pasa? -Preguntó Clint.

-Loki... murió. - Agachó la cabeza.

-Pero ¿cómo sucedió? -Steve me miraba consternado.

-El trato era entregarla. -Thor me miró. -Pero él se negó.

Sabía que Loki no merecía mis lágrimas, pero no podía resistir la idea de que estaba muerto; me canalizaron de emergencia, a duras penas y me sostenía. Estaba muy débil. Mi dolor era inmenso, solo recordaba lo que había vivido con Loki y el corazón se me partía en dos. A pesar de todo quería verlo, volver a verlo, sin imaginarlo él se había sacrificado por mí. Solo quería estar a solas y llorar su muerte, pero ni siquiera tenía las fuerzas suficientes para exprimir mi corazón. Me dejaron a solas, lo único que pensaba era en la manera en que había muerto, era inevitable sentirme así, cuando había decidido continuar con mi vida y darle una segunda oportunidad al amor sucedía esto.

Entró Wanda, tratando de darme de comer, pero realmente no tenía ganas de nada, solo miraba hacia la ventana, era el único día que iba a permitir que me vieran devastada, porque había sido un impacto el conocer lo que había pasado; dolía, había representado muchas cosas en poco tiempo.

Al parecer no iba a poder cumplir mi objetivo de solo estar mal un día, pasó una semana entera donde solo me mantenía por el suero, algunas veces probaba bocado, otras no, solo quería vivir tranquila mi luto.

- ¿Cómo estás? -Dijo Bucky sentándose en la orilla de la cama.

-Yo no quería que esto pasara. -Contesté, derramando las primeras lágrimas que me generaban su muerte. -Me intentó salvar la vida.

- ¿Lo amas? -Preguntó. No me había puesto a pensar en eso.

-No lo sé. -Comencé a indagar en mis sentimientos, era seguro que existía algo aún que no me permitía dejarlo ir.

- ¿Me amas? -Miré profundamente sus ojos azules.

-Sí. -Respondí de inmediato, me era suficiente mirarlo para saber que ahí pertenecía.

Me abrazó con todo su corazón, sabía que nuevamente él era mi salvador. Después de horas hablando acerca de nosotros y lo que queríamos, salimos de la mano de mi habitación, mis sentidos le pertenecían y lo sabía desde un inicio, a pesar de todo el dolor que había representado la muerte de Loki, tenía que continuar, y lo mejor era continuar con alguien que me amara y me respetara como lo hacía James.

El Renacer del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora