𝐏𝐄𝐑𝐆𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎 | Draco Malfoy x Lectora

Capítulo Final | El segundo uso del espejo

El segundo uso del espejo

Hoy será la segunda y última vez que utilice el espejo y con ello mi despedida con Draco.

Mi garganta quema porque he llorado más que nunca en mi vida.

Espero a que Mamá y Papá salgan de casa. Fueron a hacer unos trámites, un papeleo que servirá para matricularme en la Universidad.

No tengo ganas de la Universidad, solo quiero poder tener más tiempo con Draco.

Pero las palabras de la bruja son ciertas, y no puedo hundirme más ni amarrar a Draco a mi.

Cuando por fin estoy sola, tomo el espejo, froto y espero.

Y cuando apenas estoy siendo consciente, la imagen que veo deja de ser mi reflejo, y aparece aquella nebulosa de colores y...

Él está ahí.

Muy distinto a la primera vez que lo vi. Ya no está asustado, ni cansado. Ahora se le ve tranquilo. Más relajado, y creo que eso me hace sentir tranquila a mi también.

Él lo logró después de todo.

Creo que aún no me ve, porque no lo escucho. Trato de apreciarlo unos segundos más. Trato de grabar su imagen en mi cabeza por el mayor tiempo posible.

—Hey tú—Dice enfocando sus ojos en mi. Su voz no tiembla, es firme, es ese Draco directo que siempre imaginé.

—Hola tú—Respondo y recién me doy cuenta de que estoy sonriendo.

—Estás hermosa—Halaga y puedo sentir mi estómago revoloteando.

—Soy hermosa—Corrijo y él ríe. Dios, su risa. Dios, ¿Por qué no puedo escuchar su risa el resto de mi vida?

—¿Y ese ego?—Pregunta.

—Aprendí del mejor—Bromeo y el ríe de nuevo y estoy segura que la segunda cosa más atractiva que he oído es su risa, porque la primera es su voz en general.

—¿Cómo estás?—Pregunta.

—Triste, pero es lo correcto—Lamento.—Me sigue pareciendo todo tan injusto

—A mi también—Suspira.—Pero me alegra poder verte por última vez

Estoy a punto de hablar pero veo que carraspea y continua.

—Nunca pude agradecerte bien todo lo que hiciste por mí t/n—Dice mirándome fijamente.—Si hoy estoy aquí es por ti

—Eso no es cierto Draco, tu habrías podido aún sin mi—Confieso.

—Pero no quiero imaginar cómo habría sido—Me debate y se que Draco siempre quiere tener la razón.—Gracias por creer en mi y quedarte

—Gracias por perdonarme y permitirme conocerte—Digo y me doy cuenta que estoy llorando.

—No llores—Pide Draco y es un hipócrita, porque puedo ver sus ojos lagrimear también.—No quiero que mi último recuerdo de ti sea triste, te quiero ver sonreír

—Que mandón—Bromeo tratando de secar mis lágrimas.

—t/n, una vez me preguntaste si me había enamorado alguna vez—Empieza a decir y mi corazón late con más fuerza que nunca.—Y la respuesta es sí, pero no lo supe hasta hace poco—Añade.—Y podrá sonar tonto, pero me enamoré de ti sin haberte oído, sin verte, tocarte o olfatearte. Me enamoré de lo que conocí de ti por escrito, aún cuando no lo creía posible

Y quizá eso es todo lo que alguna vez quise escuchar.

—No suena tonto Draco, porque me pasó lo mismo—Digo y quiero llorar de nuevo, pero trato de ser fuerte.—Me enamoré de ti Draco, realmente lo hice

—Enamorarnos de quién no podemos tener—Comenta.—Que ilusos

—Draco, ¿Puedo pedirte un favor?—Pregunto.

—El que quieras.

—Permítete amar—Le pido.—Después de mi vendrán muchas más y quizá llegará la indicada. Pero te conozco lo suficiente para saber que te cubrirás con esa coraza fría. Porfavor Draco, ama y permite que alguien te quiera como te lo mereces—Suplico una vez más.—Ya no hay nada que temer

—¿Tu sabes que pasa en el Mundo Mágico de aquí en adelante?—Pregunta.

—Así es—Confieso.—Pero no te puedo decir nada más, sólo ama, ama antes de que sea demasiado tarde

—Trataré—Afirma.—Pero tu también deberás hacerme un favor

—¿Cuál?

—No te pierdas t/n—Pide Draco.—No dejes ir lo que te gusta por lo que diga el resto. Sumérgete en la ficción, aprovecha tu juventud, ama, diviértete, sé feliz—Y en su petición con aire a sermón se que hay preocupación.—Tal vez en tu mundo no hay magia, pero mientras te mantengas auténtica y fiel a ti misma, te aseguro que no encontrarás nada más mágico que ti misma

Y así pasamos cerca de tres horas hablando, en una conversación que se llena de risas, coqueteos, llantos y consuelos. Tratamos de resumir una despedida a lo que nos hubiese gustado vivir juntos.

Pero el momento llega. Veo que la imagen de Draco es borrosa.

—¡Draco!—Exclamo.—No queda mucho tiempo

—Lo lamento mucho—Dice.—No quiero despedirme y lo peor es que no puedo decir que sea un hasta luego, pero espero que algún día... quizá en otra vida

—Quizás en otra vida—Repito.—Adiós Draco, te quiero

—Cuídate mucho t/n—Dice sonriendo entre lágrimas.—Te quiero.

Y la imagen de Draco desaparece.

Y con él una parte de mi también.

Fin.