2.3| El regalo

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Ivar the boneless

Ivar the boneless

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Ivar ha visto muchas cosas antes. Cosas en el campo de batalla, como rey y como lisiado. Pero ver a un hombre entrando en su salón del trono con una mujer con los ojos vendados a su lado, es la primera vez para él.

Sintiéndose más intrigado por ti, preguntándose por qué tienes los ojos vendados, las palabras del hombre pasan completamente por encima de su cabeza. Algo sobre prometerle una alianza, serle leal y otras cosas en ese sentido.

El hombre, por supuesto, sabe que Ivar está más interesado en la mujer a su lado que en sus palabras.

—Como parte de mi compromiso contigo, te ofrezco un regalo– afirma el hombre, extendiendo una mano para señalar a la mujer.

Moviéndose en su asiento, Ivar se pasa la lengua por los labios y mira a las dos personas frente a él.

—¿Ella es una esclava?– pregunta, apoyándose en el reposabrazos de su trono y apoyando la barbilla en la parte posterior de los nudillos.

—Ella es una esclava sexual– Las palabras son bruscas, haciendo que Ivar se mueva aún más en su asiento y se aclare la garganta en silencio –Se dice que puede endurecer la polla de cualquier hombre con solo una mirada. Por eso usa esto– afirma el hombre, señalando el trozo de tela envuelto alrededor de tus ojos.

Ivar tararea, se pasa la mano por la boca mientras las palabras del hombre se repiten en su mente. No esta seguro de si este hombre debe burlarse de él por el hecho de que es un lisiado y no puede complacer a una mujer.

—Quizás te gustaría saber si eso es cierto– sugiere el hombre, mirando a Ivar en busca de una respuesta.

Tu cabeza se anima en el silencio. Si no tuvieras la venda en los ojos, estarías mirando directamente al rey en el trono. Ivar te mira fijamente por un momento antes de mirar alrededor de la habitación. Se suponía que era una audiencia privada, las únicas personas en la habitación eran él, el hombre y tú, la esclava de la cama con los ojos vendados.

Con un rígido asentimiento, el hombre alcanza la tela alrededor de tus ojos, con un simple tirón tira de ella y cae entre tus hombros. Parpadeas por un momento antes de volver la mirada hacia el hombre que está a tu lado. Él asiente con la cabeza hacia Ivar, haciendo que tu cabeza se gire lentamente hacia él.

En el momento en que tus ojos se encuentran con los suyos, el rey respira hondo. Hay algo en tus ojos que parece dejarlo sin aliento. Y la forma en que recorres lentamente su cuerpo con la mirada, examinando su postura y su personalidad, lo hace moverse en su asiento.

𝒫𝒽𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝓎 | Vikings EroticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora