-Y...¡llegamos! -sonreí- mis padres no están así que...
-Ya está bien, entraré. -me mira a los ojos y luego, me sonríe. ¿Cómo es posible que una simple sonrisa me haga sentir tantas cosas?
-Ok, entra -lo miro a los ojos.
-Sí, lo haré.
Habíamos comenzado una de esas típicas guerras de miradas tal como en esas películas románticas, de pronto dejamos de hablar y empezamos a balbucear, aunque ya nada en concreto, ya solo nos mirábamos, nos habíamos perdido en la dulce mirada del otro. Mi corazón empezó a saltar y saltar al compás de la canción de una banda de rock que aparentemente había comenzado ya a tocar en mi estómago. De pronto volteé, Kasuki estaba ahí, al parecer nos había seguido.
-Oh, lo siento. Yo...creo que me iré. -susurró Kasuki mientras se alejaba.
-¡Espera! -corrí detrás de él y lo cogí del hombro.
-¡Ya déjame! Estoy bien, solo...espero que sean muy felices.
-¿De qué hablas?
-¿Es que acaso en todo este tiempo no te has dado cuenta de que...?
-¿De qué?
-Olvidalo. -movió su hombro bruscamente haciendo de mi brazo cayera, mas lo sujeté aún más fuerte.
>>-De que yo...te amo. ¿Contenta?
Al escuchar eso lo solté y le dejé salir corriendo. ¡Dios! Kasuki...soy una tonta.
-Lo siento, yo no...yo no quería causarte... -Pedro.
-No, no te preocupes solo...
-Está enamorado de ti, ¿verdad?
-¿Lo sabías?
-Em, algo así.
-¿Por qué no me lo dijiste antes?
-Pensé que ya lo sabías.
-Claro, solo...quiero estar sola, ¿sí?, estoy algo confundida.
Me abraza.
-Está bien, me iré.
Camino hacia la puerta de mi casa y toco la puerta, pero nadie abre. Allí debajo de la alfombra encuentro un papel arrugado con algo escrito en él. Lo abro para leerlo:
"Hijo:
Fui a casa de una amiga, te dejé las llaves de la casa en tu mochila. Mañana regresaré, hay comida en el refrigerador.
Te quiere, tu madre"
¿Hijo? Lo sabía. Ahora tendré que esperar a que "mi hermano" vuelva. Genial, así que tengo toda la noche libre. Llamo a Rena, creo que tendré que pasar la noche en su casa.
¿Rena?>>
Lua, qué sorpresa.>
>
>
*Cuelgo*
Comienzo a caminar hacia su casa y cuando llego ella me recibe con los brazos abiertos, literalmente.
-¡Hola!
-¡Hola!
Nos abrazamos, luego entro a la casa, subo las escaleras y entramos a su cuarto.
-Y...¿Qué pasó?
-"Mis padres" salieron otra vez, la llave la tiene Gonzalo...
-Que no vendrá hasta mañana. No te preocupes, ya sabes que te puedes quedar aquí.
-Gracias.
-¿Y tienes hambre?
-No, no te preocupes.
-¿Enserio? Porque estabamos a punto de cenar, hoy cociné yo.
De pronto me entró hambre.
-¿Enserio? ¿Qué cocinaste?
-¡Ahá! Así que no tenías hambre, ¿eh?
-Bueno, digamos que tal vez haya espacio en mi estómago para un poco de comida preparada por la mejor cocinera mujer que conozco.
-¿Cocinera mujer? Así que existe alguien que cocina mejor que yo...¡Y es un espécimen macho!
Larga historia. Rena tiende a ser un poco egocéntrica, bromea diciendo que si alguien (o algo) llega a ser mejor que ella sería un extraterrestre.
-Espécimen no. 38700-7BG según su tarjeta de estudiante-le sigo la corriente- Pedro...
¡Hija! La comida está servida.
Escuchamos el grito de la mamá de Rena e inmediatamente vamos.
Entonces vemos dos platos servidos con spaguettis a lo Alfredo a lo muy gourmet, con una hoja de laurel encima y orégano espolvoreado en todo el plato. En la mesa, un mantel a cuadros rojo y blanco. En la pared, la bandera de italia y ambientando, música Jazz de los 60's tocada en piano.
-¿No te sientes como en un fancy restaurant? -dice Rena
-Guau...Es verdad que si vas a hacer algo lo haces en grande.
Reímos.
-Así que tenemos visitantes...-sonríe
-¡Señora!
Nos abrazamos. El grado de confianza que tengo con ella es bastante alto, la quiero como a una madre.
-¡Pero cómo has venido sin avisar! Disculpa Luana, ahorita sirvo tu plato.
-No te preocupes, mamá, -sonríe- yo lo haré.
Entró a la cocina solo para demorarse unos diez minutos en salir. Cuando lo hace, sale con un plato de spaguettis en una mano y una copa de helado de vainilla en la otra.
-¿No que no te gustaba la vainilla? -pregunto
-Dije que no me gustaba el OLOR a vainilla, pero jamás su sabor. ¿Que acaso no te acuerdas de lo que pasó con el perfume de vainilla? |mensaje subliminal...|
Me siento en la mesa con la intención de comer pero cuando estoy a punto de coger los cubiertos noto que se levantan y toman sus manos, las imito.
-Te decimos gracias Dios por los alimentos que vamos a consumir...-dice la mamá de Rena.
Comienzo a sentirme mareada y me siento. Luego, veo como las demás hacen lo mismo. Sonrío. Siempre tiendo a sonreír mucho si es que no me siento bien.
Tranquila, es solo un mareo. Me digo a mi misma mientras termino de comer. Luego voy al baño y noto como la vista se me nubla. Me mojo el rostro.
-¡Mamá! Llama a u...