DÉNEB

Capítulo 1.3

Déneb fijó sus enormes ojos negros, que parecían crear exóticos remolinos oscuros de brea en sus iris, como lagos del chocolate mas puro, agrandados por la sorpresa, en aquella, ¿mujer?. Era un rollo no aclararse con el tema de los géneros. ¿Por qué no podían ser todos iguales, joder?. En muchos planetas había medrado el hermafroditismo y todos eran felices. Tenían que enviarle a uno en el que había mas de un género definido. Bueno, menos mal que anatómicamente al menos, solamente eran dos, si llegaran a ser mas, hubiera sido un problema para el distinguirlos, francamente. Y no quería ofender a nadie en su nuevo mundo.

-¿Te has perdido?¿O estás esperando que llegue tu chófer? -preguntó ella con sorna, echando un rápido vistazo a su caro traje gris marengo, exquisitamente conjuntado con una camisa azul siena y una corbata gris humo de lo mas conservadora. Todo en aquel hombre hablaba de lujo, elegancia y sofisticación. Cosa que su actitud turbada al mirarla, desmentía completamente. Pegaba en aquel parque igual que un elefante en un mercado. O sea, nada.

-¿Perdona?¿Qué chofer? -repuso él, frotándose con fuerza las manos. Eva cabeceó al darse cuenta de una de las cosas que fallaban, el hombre iba vestido de Armani, pero no llevaba abrigo. Era evidente que estaba transido de frío. Faltaba poco para que comenzara la primavera, pero aquello era Madrid y el viento soplaba cortante e inclemente entre los árboles.

-Nada, era una broma. -restó importancia con un movimiento de la mano, enfundada en un guante de lana rojo -¿Tienes frio?¿Puedo ayudarte en algo?

Déneb vio el cielo abierto en aquellas palabras. La franqueza en la mirada plateada de ella, lo ayudó a abrirse a la desconocida. Tragó saliva ruidosamente antes de empezar a hablar. -Me han robado. Todo lo que llevaba encia: el efectivo, tarjetas, móvil... No me han dejado nada. Creo que no se han llevado a ropa y los zapatos, porque no les ha dado tiempo. -una sonrisa soñadora se esparció por su rostro, al recordar el sublime placer que había sentido. Volvió rápidamente a la realidad y la sonrisa se le borró de un plumazo al recordar su situación. Había veces en que el placer podía no ser bueno y ser utilizado como un propósito para un fin. Acababa de aprenderlo amargamente.

-Veo que el abrigo si les ha dado tiempo a llevárselo. -se cachondeó ella con sorna, tratando de aligerar el ambiente. La mirada turbia de Déneb la hizo recular. Parecía no entender su pobre broma. Respiró hondo. -Ven conmigo, te llevaré a la Comisaría de Policía para que puedas poner la denuncia y que te hagan un nuevo DNI. Con suerte saldrás d ella con el resguardo del documento en la mano. -el parecía seguir sin entenderla. Frunció el ceño, sorprendida. -Ese es el paso lógico para que puedas ir a tu banco y cancelar las tarjetas. El efectivo y el móvil, me temo que lo has perdido...

-No se cual es mi banco. -la cortó el con semblante afligido. -Soy nuevo en la ciudad y no tengo idea de como funcionan las cosas por aquí. -un fuerte rugido en la sección media del hombre lo hizo ruborizarse vivamente. A Eva le pareció adorable. El pobre parecía que acababa de descubrir lo que era tener hambre. No quería ni imaginarse la cara que pondría cuando tuviera que ir al baño. Conteniendo una sonrisa ante la escena que presentaba su mente, asintió y tomándolo de la mano helada, tiró de él, poniéndolo en pie.

-Vamos, te invito a desayunar. Luego iremos a comisaría. Pero tendré que dejarte allí o llegaré tarde al trabajo. -una luminosa sonrisa cruzó el rostro de ambos, mientras comenzaban a caminar hacia la salida del parque, rumbo a la cafetería mas cercana.

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-¿En serio te han robado unas prostitutas? -Eva tenía los ojos muy abiertos y la boca llena de tostada. La cerró y tragó. Justo en ese momento, llegó el camarero con la comanda para él. La miró fascinado, como si no hubiera visto la comida en su vida. -Eso es una tostada de tomate, aceite de oliva y jamón serrano. -frunció la nariz como si algo la molestara. -Aunque me temo que no es de bellota, que supongo será lo que comes habitualmente, sino de sobre. Pero aun así esta muy rico. Y alimenta que es lo importante.