El día había sido de locos. Comenzando con el robo en el callejón y todo lo que había ocurrido después. Todo el día gestionando cosas. No le extrañaba que los humanos tuvieran esa expresión aburrida de los peatones de las calles si su vida era tan gris como lo había sido su día. Gestiones, compras, mas gestiones y mas compras. Al menos había conseguido reponer lo perdido. En el banco, por mágica casualidad movida por Universo, por supuesto, le habían provisto de una nueva tarjeta de crédito, con la cual pudo comprar un nuevo teléfono celular de alta gama y comida y ropa que ordenó que llevasen al que sería su nuevo hogar. Un ático diáfano e insultantemente caro, sito en el distrito de Moncloa. Universo, desde luego, sabía como hacer las cosas bien, no cabía duda.
Estaba tumbado en la cama, vestido con un grueso pijama polar y abrigado bajo gruesas sabanas de coralina y un nórdico de plumas de oca. La experiencia de pasar frio no le había gustado nada de nada y en la tienda Apple había cargado con un montón de cacharros que por supuesto, sabía manejar. El curso acelerado de humanidad de Universo hacía milagros en cuanto a conocimientos técnicos, pero era muy deficiente en cuanto a como interactuar con los habitantes del planeta, como ya había podido comprobar. Era muy básico, pero aun así bastante efectivo. Al fin y al cabo, Universo nunca había bajado a aquel sitio, era normal que sus conocimientos fueran limitados. Por eso estaban ellos allí, para completarlos, analizarlos y volver con el informe mas exhaustivo posible.
Sonrió para sí mientras luchaba por que sus ojos no se cerrasen. Después de pedir comida por internet, tanto al supermercado como a varios comercios online de comida preparada, navegar comprando cosas y empapándose de todo tipo de información, se dio cuenta de que necesitaba usar el baño e hizo una instructiva excursión al aseo, de donde salió limpio, ataviado con un pijama rosa de nubecitas que quedaba algo ridículo en un hombre tan grande, pero que era inquietantemente calentito, unas zapatillas de borreguito de color lila y el pelo mojado. Comió hasta hartarse sin molestarse en casar sabores o texturas y ahora se encontraba agradablemente amodorrado en su cama, contemplando las vistas nocturnas desde los ventanales de su dormitorio, bien abrigado, la calefacción puesta y pensando que lo mejor del día había sido conocer a Eva, aunque por mas que le daba vueltas a su cabeza, no podía entender por que. Había conocido a mas personas ese día. Pero esa chica había sido con el todo lo especial que no habían sido las demás. Suspiró soñadoramente, pensando que al día siguiente volvería a verla. Se durmió con una bendita sonrisa en los labios.

ESTÁS LEYENDO
DÉNEB
RomanceEl universo esta aburrido y debate con otros universos por qué el planeta Tierra parece ser tan especial. Para averiguarlo, decide enviar a un grupo de estrellas, (de las del firmamento) a averiguar tan importante información. Lo que el universo no...