ꜱɪᴇᴛᴇ

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Solid y Nebra intercambiaron miradas durante unos segundos, entendiendose al instante.

Su hermano mayor solo siguió firmando papeles en su escritorio.

— ¿Necesitan algo más?— cuestionó, levantando la cabeza.

Los menores Silva le huyeron a los ojos de su capitán y maquinaron una excusa en sus cabezas.

— ¿Qué te pa...?— la pregunta de Solid quedó varada en el aire debido al pisotón que le propinó su hermana.

— ¡Nada, nada, gracias Nozel-nisama!—le interrumpió, con palabras atropelladas— ¡No...nos vamos yendo, nos vemos más tarde!

Nebra tiró de los hombros de su hermano hasta la puerta, Nozel los siguió con la mirada hasta que desaparecieron de su vista.

Arqueó una ceja y su atención regresó al trabajo.

— ¿¡Qué te pasa Nebra!?—reclama Solid, ya estando lejos de la oficina de su hermano.

— ¿Eres idiota o qué? ¿Qué estabas a punto de preguntar?—pregunta su hermana, un tanto exasperada.

— pues...— las mejillas de Solid se tiñeron de rosa y desvío la mirada, avergonzado.

— ¡Ay, por favor!— Nebra se cubrió el rostro con ambas manos— ¿Qué deberíamos hacer?—preguntó.

Solid se encogió de hombros.

— pues no sé, qué haces cuando descubres que tu hermano mayor tiene chupetones...— al terminar de hablar, se cubrió la boca con bochorno.

— ya sé...— Nebra suspiró y apartó las manos— solo, no hay que decirle...

Aún sin estar muy convencidos, llegaron al acuerdo de no mencionar el tema frente a su hermano mayor.

— ¡JAJAJAJA!— la fuerte carcajada de la mujer resonó en la sala y Solid pensó que toda la casa Vermillion  pudo escucharla

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— ¡JAJAJAJA!— la fuerte carcajada de la mujer resonó en la sala y Solid pensó que toda la casa Vermillion  pudo escucharla. 

— no sé qué es tan gracioso— murmura Solid apenado.

— ¡Ay Dios! ¿Quién lo diría?— parecía que Mereoleona se había olvidado de los nerviosos jóvenes y hablaba solo para ella, se carcajeaba, más bien— igual es fácil darse cuenta qué pasa entre esos dos, todos los capitanes lo saben igual.

— ¿Qué saben?—pregunta Nebra, ladeando la cabeza.

La mayor de los Vermillion se calló de repente y miró a los confundidos jóvenes frente a ella. Ambos lucían muy desconcertados y espectantes a la respuesta de la mujer.

Lo meditó unos instantes antes de ponerse en pie.

— en verdad no se enteran de nada ¡Idiotas!— la Vermillion sonrió— no deberían meter sus narices entonces. ¡JAJAJA!

Se giró y abandonó la sala. Los hermanos se miraron, más confundidos que antes.

— ¿No estamos viendo algo?— le pregunta Solid.

— ya no sé...

Era común que Nozel no durmiera en su habitación, todos daban por hecho que descansaba unas cuantas horas en su oficina

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Era común que Nozel no durmiera en su habitación, todos daban por hecho que descansaba unas cuantas horas en su oficina. Era raro que alguien lo viera dormir, incluído sus hermanos, Nozel Silva no mostraba debilidad ante nadie, al parecer.

Sin embargo, hasta los Silva menores se sorprendieron de lo que presenciaron esa noche.

Habían acordado ir a la oficina de su hermano entrada la madrugada, con la intención de conocer el origen de aquellas marcas en su piel; pensando que tal vez, cubierto bajo la seguridad de la noche, Nozel actuaría.

No esperaban ver al capitán de los Leones Carmesíes dentro y ocupando el cómodo sillón que solo Nozel solía usar. Acariciaba los patinados cabellos de su hermano, mientras él dormía plácidamente apoyando la cabeza en su regazo.

— ¿Estás viendo lo mismo que yo, Nebra?— susurra Solid, impactado aún.

La mujer solo se sintió capaz de asentir con la cabeza. Fuegoleon le sonreía a un durmiente Nozel, su mano pasó de acariciar los suaves cabellos a tocar sus pálidas mejillas con ternura.

Nebra y Solid se sintieron incómodos, conociendo en sus adentros que estaban divisando algo muy íntimo entre ambos hombres, los colores subieron a sus rostros. Después de unos minutos, el bermellón miró en su dirección, ambos se quedaron estoicos en su sitio, hasta dudosos de si respirar o no. Les quitó la mirada de encima después de unos segundos, para volver a mirar a su hermano.

Fuegoleon se inclinó sobre el rostro de Nozel para presionar sus labios unos instantes, compartiendo un pequeño beso que tuvo como respuesta un suspiro satisfactorio de su hermano, seguido de un pequeño quejido.

— Leon...— murmura, girándose hacía él estómago de Fuegoleon y abrazandose de su cintura para acurrucarse y seguir durmiendo.

El bermellón regresó la mirada a los indiscretos Silva, llevó el índice a sus labios y ligero un «shhh» se deslizó entre estos.

Desde aquel día los hermanos decidieron fingir no fijarse en las salpicaduras de tonalidades violáceas y verdosas en la piel de su hermano. Ambos se arrojaron sobre Noelle cuando le preguntó directamente a su hermano y el rostro de Nozel fue todo un poema.

Y

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Y

a pero, Nebra y Solid sí son chismosos, como no.

ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ [; Fuegozel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora