ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ [; Fuegozel]

ɴᴜᴇᴠᴇ

El ceño fruncido de Ben se profundizó en cuánto la estilizada figura cruzó la puerta.

— jum— resopló altivo. Mirando con sus frías amatistas al hombre en la cama. Ben apretó las manos en puños a sus costados— patético.— el veneno se deslizó de sus labios, en cada letra.

Ben no supo que había dado un paso al frente hasta que su vicecapitan lo tomó por los hombros y negó con la cabeza, en silencio. Apretó los labios y asintió, volviendo a su lugar.

— ¿Y? ¿Qué hacen parados ahí? Déjenos a solas— les ordena el orgulloso Silva.

"No nos des órdenes, no eres nuestro capitán" Ben supo que todos sus demás compañeros pensaron lo mismo que él.

— sí, sí, enseguida Nozel-san— habló Randall antes de que algún imprudente en la habitación abriera la boca. Una sola mirada de su vicecapitan bastó para que todos se guardarán lo que quisieran decir.

Los Leones Carmesíes no tuvieron otra opción mas que dejar a su capitán a solas con el Silva mayor. Ben fue el último en salir, se apoyó contra la puerta y soltó un profundo suspiro de molestia.

¿Por qué tenían que dejar a su capitán con él? No tenían la autoridad para controlar quién visitaba a Fuegoleon, sí, pero deberían. Simplemente no le gustaba la manera en que Nozel hablaba de su capitán, cómo lo miraba desde arriba, con esa estúpida mueca arrogante... sabía que sus compañeros pensaban lo mismo.

Y para su mala suerte era de las visitas más recurrentes que tenía Fuegoleon ¡Ni siquiera su hermana mayor venía a verlo aún y el Silva entraba y salía de la base como si fuera suya!

Ben chasqueó la lengua. Ni Randall ni Leo parecían ver un problema en que Nozel viera a su capitán tan seguido; tal vez ellos comprendían a la perfección la conexión entre ambos capitanes, pensaba. Él no lo entendía, eran rivales ¿Verdad? ¿No sería razón suficiente para prohibirle tales visitas al otro capitán? Resopló.

— ¿Cuánto tiempo piensas seguir ahí?— la voz furiosa de Nozel lo alcanzó y lo hizo estremecer.

Dando tropezones se alejó. Definitivamente no le gustaba para nada el capitán de las Águilas Plateadas.

Nozel dejó escapar un suspiro al sentir el maná alejarse. Arrastró una silla que anteriormente fue ocupada por uno de los subordinados del bermellón y la acercó a la cama, acomodándose en silencio.

— deberías disciplinar mejor a tus hombres, Fuego— murmuró, solo para ambos. Estiró una de sus manos para acomodar los mechones rebeldes que ocultaban el apacible rostro— Es patético que un capitán terminara en tal situación, Mereoleona se reirá de ti— continuó, pasando los dedos por la piel bronceada de su mejilla, arrugó el entrecejo al no encontrar la calidez habitual de la piel— maldita sea ¿Cuándo vas a despertar?— la pregunta fue tragada por el silencio de la habitación.

Nozel chasqueó la lengua y con su otra mano alcanzó la de Fuegoleon. Apretándola con fuerza, en un intento de que la tibia piel recuperará el calor abrasador de siempre.

— ¿Cuánto tiempo más tendré qué esperarte?— pregunta en un hilillo de voz.

Otra vez el silencio fue su respuesta. Apreció el rostro dormido, como lo venía haciendo hace ya tiempo, su pecho subía y bajaba en un tranquilo compás. Nozel añoraba aquellas amatistas intensas que lo miraban cálidamente, con todo el amor que las palabras dulces juraban profesarle. Nozel esperaría el tiempo necesario para que esos ojos volvieran a mirarlo.

— te vengaré, lo prometo— susurró. Sellando su íntima promesa con un beso en los inertes labios.

Me estoy repitiendo el anime así que seré más activa por aquí de nuevo. 💐

Y Ben es solo un random por ahí.