ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ [; Fuegozel]

ᴏᴄʜᴏ

Fuegoleon sonrió ampliamente, mirando al hombre frente a él.

— ¿Cómo te fue en el chequeo?— pregunta Nozel al apoyarse de brazos cruzados sobre la estantería del bermellón.

— siempre me preguntas lo mismo y siempre te respondo lo mismo— contestó Fuegoleon con voz cantarina— estoy bien, solo es un chequeo de rutina.

Nozel chasqueo la lengua y desvío la mirada, con las mejillas levemente rojas.

— no he tenido tiempo...— habló Fuegoleon— de agradecerte por venir a verme, mientras estaba inconsciente; muchas gracias Nozel.

Su corazón latió con fuerza y carraspeó para intentar ocultarlo.

— no solo vine yo...

—  lo sé— le interrumpe— sonará mal e impropio, pero...— sus mejillas se encendieron— tus visitas fueron las más importantes para mí.

La habitación se quedó en un momentáneo silencio, ambos capitanes con el rostro rojo y el corazón golpeando en sus pechos se miraban fijamente.

Nozel se acerco, aún sin comprender enteramente sus propias acciones, hasta sentarse a su lado, en silencio y tragando saliva para pasar el nudo en su garganta.

— cuando me enteré que estabas... bueno... yo no podía creerlo— arrugó la sabana entre sus dedos sin desconectar sus miradas— eres un maldito debilucho y aún así yo... yo no podía soportar la idea de tu muerte...

Fuegoleon abrió levemente los ojos y en un osado movimiento su mano derecha acarició la pálida mejilla de su rival.

— lamento haberte preocupado Nozel...—  acercó su rostro y Nozel se dejó acariciar por su palma— déjame recompensartelo, por favor...

Sus bocas se fundieron una contra la otra, bailaban a un mismo compás, lento, agradable y dulce...

Se sentía como su primer beso y de hecho, lo era, si lo pensaban bien.

Nozel se apartó después de unos minutos, no se alejó tanto, solo lo suficiente para que Fuegoleon no pudiera ver su sonrojado rostro.

— ¿Que-e...— se avergonzó ante el fallo de su voz— ¿Que fue eso Fuegoleon Vermillion?

El capitán de los Leones Carmesíes sentía el corazón desbocado y los nervios de punta, pero todo su cuerpo moría por repetir la anterior acción.

— si nos damos la oportunidad...— colocó su mano encima de la de Nozel—  tal vez lo averigüemos juntos.

Y Nozel no pudo creer la respuesta que salió de sus labios.