Capítulo 10

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Yo no me enamoro de nadie, Vanichi.

Solo se repetía en mi cabeza con una voz chillona e irritante. Me había molestado que me dijera eso. Sé que no está enamorado de mi y que nunca lo estará pero me mira igual que mis padres se miran y con eso me basta para saber que le atraigo. Posiblemente yo lo mire de la misma forma o con más cariño. Su estúpida sonrisa no se borra de mi cabeza durante el resto de la cena y rezo para que nos vayamos a casa ya. Solo hago esto por Gabri sino ya le hubiera arrancado la cabeza ahí fuera al capullo. ¿De verdad piensa que me voy a enamorar de él? ¡Ja! En sus sueños. No pienso caer en sus redes ni en las de ningún chico, iba a pasar el último verano con Gabri antes de que se marche y disfrutaré de mi poca libertad.

Gian nos deja en la puerta de casa y bajo enseguida del coche. Estoy enfadada y no quiero dirigirle la palabra a Gian, al menos no por hoy. Me despido de Duke y entro en casa con Gabri.

-¿Por qué no te has despedido de Luca?

-Porque es imbécil.-Subimos a mi habitación y se tumba en mi cama.

-¿Ha pasado algo?

-¿Por qué no admite que le gusto? ¡Vamos! Me mira como mi padre mira a mi madre te lo puedo asegurar. ¿Tanto le cuesta admitir sus sentimientos? Es un cobarde.

-¿Y tú? ¿Por qué no admites que estás colada por él?-Eleva una ceja y sonríe. La miro seria y le doy la espalda.

A mi no me gusta Gian, solo me atrae. Y si llegara a sentir algo más por el no saldría bien porque mi padre haría todo lo que fuera para mantener a Gian alejado de mi. Además, Gianluca Costa no se enamora. Chorradas. Todos alguna vez nos enamoraremos.

Me pongo el pijama y Gabri entra a darse una ducha rápida. Mi móvil suena y miro el mensaje.

<<No te has despedido de mi>>

<<pensaba que no sentías nada así que supongo que te da igual>>

Lee el mensaje enseguida pero no contesta. Idiota. No pienso dar mi brazo a torcer si piensa que le voy a suplicar por un simple mensaje. Primero tendrá que admitir que siente algo por mi.

En cuanto nos metemos en la cama mis ojos se cierran del cansancio y sueño con el chico rubio besándome de nuevo.

.............

Mis padres llegaban por la tarde y Gabri se ha tenido que ir para despedirse de su padre así que estoy sola, con Nina claro, pero aburrida. Solo pasaba películas de Netflix y casi todas las había visto ya. Mi móvil suena y lo miro.

<<Estas haciendo algo?>>

<<No>>

<<Paso en 10 minutos por ti>>

¿Qué? ¿Pero está loco? ¿Como piensa que voy a estar lista en 10 minutos? ¡Si me tengo que lavar el pelo! Subo corriendo las escaleras y me meto en la ducha. Me ducho lo más rápido que puedo y voy a mi vestidor. ¿A donde se supone que vamos? Dios mío Gian siempre revoluciona mis días. Me pongo una camiseta blanca básica unos vaqueros cortos y unas converse, simple pero cómoda. Dejo mi pelo al aire para que se seque y bajo las escaleras corriendo. Mientras cojo mis cosas escucho su moto llegar y mi corazón empieza a latir rápido. Salgo y bajo las escaleras de la entrada. Me acerco a su moto y me tiende un casco.

-¿Donde vamos?

-Perdí la apuesta pero no quiero que te pierdas esto.-Me abrocha el casco y sonrío.

Subo a la moto pero esta vez no me agarro a su cuerpo, para mi desgracia. Casi media hora después aparca frente a un bonito hotel que se ve muy elegante. ¿Me trae a un restaurante de etiqueta a comer y yo vengo con unas simple converse? ¡Eres idiota Nora! En mi defensa diré que no sabía que íbamos a venir. Entramos al restaurante pero se dirige a la parte trasera. Abre una de las puertas y un grupo de chicos nos miran. Son más o menos de la edad de Gian, o eso creo. A cada cual es más pijo y están apostando muchísimo dinero mientras juegan a las cartas. ¿Esto es lo que no me podía perder? ¿Una partida de cartas con niños pijos? Les ganaría con los ojos cerrados.

-Luca que sorpresa verte por aquí. Los demás están donde siempre y Miranda te espera.-Asiente y noto una punzada cuando dice su nombre.

Abre otra puerta y mis ojos se abren. Es una especie de club secreto. Las luces están casi apagadas y solo se iluminan por las velas de las mesas. De fondo hay una música relajante que me saca de quicio. Gian me lleva hasta unas mesas donde están algunos de los chicos de las carreras. Prefería a los niños pijos y sacarles todo el dinero. Miranda en cuanto ve a Gian se pone de pie y se acerca, no sin antes lanzarme una mirada envenenada.

-Traigo al mejor postor.-Anuncia y algunos me miran.-Cien por ella.-Saca un fajo de billetes y los deja encima de la mesa. Lo miro sin entender nada y solo sonríe. Algún día le borraré esa sonrisa de un puñetazo.

-¿De qué hablas Gian?

-Quiero ver si eres como yo.-Se sienta al lado de un chico y yo hago lo mismo. El chico me sonríe y me mira devorándome con la mirada. Gian carraspea y se acerca a mi.-Pateales el culo a todos.

Una chica casi sin ropa reparte cartas. Las miro y son perfectas para dejarlos a todos llorando. ¿Gian quiere saber si soy como él? Soy mucho mejor que él. A medida que la partida avanza se pone más difícil. Aún quedamos unos cuantos y Gian me tiene de los nervios. Saber que le puedo hacer perder muchísimo dinero me pone nerviosa. ¿Se enfadará si pierdo?

-Ahora empieza lo divertido.-Musita en mi oído y toda mi piel se eriza al tenerlo tan cerca. Lo miro y está mirando a los demás serio.

Algunos se retiran y casi cuando la partida acaba un chico deja su pistola sobre la mesa. Miranda se coloca detrás de Gian abrazándolo y tengo unas ganas horrible de usar la pistola contra ella.

-Solo quedamos tú y yo Vanichi.-Sonríe.-Las apuestas están altas pero lo haré más divertido. Si pierdes tendrás una cena conmigo mañana.

-Ni en tus sueños.

-Así no son las normas.-Dice Gian enfadado.-Pero si Vanichi gana te pienso partir la cara.-El chico se ríe y el cabreo de Gian aumenta.-Hazlo perder.-Me dice enfadado.

Miro a Miranda que me mira con superioridad mientras lo tiene aún abrazado. El enfado se apodera de mi y siento que tengo que darle una lección. ¿Y si lo hago perder y tengo la cena con ese chico? ¿Se enfadaría? ¿O su enfado es porque sabe las intenciones del chico?

El chico pone sus cartas sobre la mesa y sonríe satisfecho. Le doy la vuelta a las mías y su sonrisa se borra.

-Vanichi gana.-Anuncia otro chico.

Gian recoge el dinero de las apuestas y el chico no aparta su mirada de la mía, aunque yo tampoco lo hago. Me levanto de la silla y salgo de allí lo más rápido que mis pies me permiten. Me apoyo sobre una pared y las lágrimas amenazan con salir.

-¿Estás bien Nora?

-¿Que si estoy bien?-Lo miro alterada y golpeo su pecho.-¿Que se supone que tenia de divertido esto? ¿Que si perdía iba a tener que cenar con ese tipo? ¿Que tuviera que aguantar las miradas posesivas de Miranda? ¿O que me hayas usado para ganar dinero? ¡Explícamelo Gianluca!-Hace una mueca y saca un fajo de billetes.

-Todo el dinero de las apuestas para que hagas con el lo que quieras. Sé que lo que ganas en las partidas de tu padre es para él y quería que por una vez te llevaras el dinero de la victoria para lo que quisieras. A mi no me hace falta el dinero. Sabía que eras igual que yo y que no ibas a perder.

-Tú y yo somos muy distintos.-Mascullo.

-Eres una versión angelical de mi, Vanichi.-Miro a otro lado y lo vuelvo a enfrentar.

-Tú y yo jamás seremos iguales, porque yo si tengo sentimientos.-Digo cerca de su cara y me voy echa una furia.

¿Una versión angelical de él? Compartimos vida, miedos, un pasado parecido, un futuro similar y poco más. ¿De verdad piensa que soy una versión angelical de él?

-Nora espera.-Dice detrás de mi.

-No quiero que te acerques a mi Gian.-Su expresión cambia y pone los labios en una línea fina.-Me has usado. Aún no entiendo que tiene todo esto de divertido. Si hubiera querido te hubiera echo perder todo el dinero y que tuviera esa cita con el chico. Me importa una mierda si te enfadas o no.-Las lágrimas empiezan a salir de la impotencia y me las limpio de un manotazo.-Quiero que te alejes de mi.

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora