Capítulo 6

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Corro en busca de mi coche pero veo que Gabri se sube en el y sale pitando. Miro a Gian asustada y me lanza el casco para que me lo ponga, mi cuerpo no reacciona y no soy capaz de moverme. Gian se acerca a mi enfadado y me coloca el casco se sube a la moto y me da un tirón en la mano para que suba. Acelera cuando nota que estoy bien sentada y me agarro a él como si fuera la última esperanza que me queda de vida. Se incorpora en la autovía y esquiva varios coches. Coge un desvío y puedo oler el olor a mar. Abro los ojos y puedo ver el cielo naranja con los últimos rayos de sol. Gian me mira por el espejo y le sonrío. No me había dado cuenta de que él no lleva casco y que el que me ha dado huele a él. Para la moto frente a un muelle y me bajo lo más rápido que puedo.

-¿Por qué me has dado el casco a mi?

-¿De verdad pensabas que iba a dejar que te pasara algo?-Me quita el casco y su cara queda a centímetros de la mía.-Antes de que tu cuerpo toque el suelo ya he dado mi vida para que no te pase nada.

El calor sube a mis mejillas y le aparto la mirada. Me pone demasiado nerviosa y no quiero que vea lo que causa en mi. Nunca me han echo sentirme así, los chicos nunca han sido tan directos conmigo, excepto Adrien. Todos querían lo mismo, pasar una noche de sexo y ya está. Ni siquiera he dado mi primer beso porque esperaba que fuera con alguien que me llenara de verdad, que me hiciera sentir cosquillas por todo el cuerpo, que al tenerlo cerca me cortara la respiración y que estuviera dispuesto a darlo todo por mi. Es irónico pero así me sentía con Gian. ¿Me gusta Gian? Claro que no, solo me trata bien, a penas nos conocemos.

¿Como sería besarlo? Sentir sus labios tan apetecibles sobre los míos moviéndose al compás con mi boca y su lengua jugando con la mia. Sus manos acariciando mis mejillas tocándome como si fuera lo más frágil del mundo. ¿Me haría sentir algo más si me besara? Mi boca quiere comprobarlo pero mi mente dice que puede ser el peor error de mi vida.

-¿En qué piensas?

Salgo de mi trance cuando me habla y solo me limito a encogerme de hombros. Mis pies tocan la arena y me siento sobre ella para ver como el cielo se oscurece cada vez más. Gian se sienta a mi lado y pone sus manos sobre sus rodillas flexionadas.

-Era mi hermano.-Comienza diciendo.-Era militar y lo asesinaron por ser hijo de un mafioso. Solo tenía veintiséis años y dejó a una niña de cuatro años huérfana con una madre drogadicta. Mi padre se niega a recoger a esa niña porque su vida estaría en peligro pero a mi de solo pensarlo se me parte el corazón. Murió hace dos años y lo único que nos dieron fue su colgante por eso es tan importante. La chica rubia, Miranda, es mi mejor amiga y sabe lo especial que es el último recuerdo de él.-Miro su perfil y está relajado mirando el mar.-La cala del otro día es especial porque la descubrimos un día y me dijo que algún día iríamos junto a nuestras novias y la haríamos nuestra playa.-Sonríe con pena y me mira.-Él llevó a su chica y le propuso matrimonio, fue uno de los días que lo vi más feliz y estar allí me trae paz y solo recuerdo su sonrisa cuando su chica le dijo que sí.

-¿Y tú has llevado a tu chica?-Niega. Me quito el colgante y se lo pongo.-No puedo quitarte su último recuerdo. ¿Sabes? Cuando una persona se va nos aferramos tanto a no querer soltar sus recuerdos que nos olvidamos del daño que nos hacemos a nosotros mismos y no los dejamos descansar en paz. Sé que duele perderlo y te aferras a lo que un día te prometió pero tienes que dejarlo ir.-Agacha la cabeza y vuelve a mirarme.-Solo te haces daño Gian.

-Lo dejaré ir cuando cumpla su última promesa. Así sabré que descansa en paz sabiendo que cumplí su último deseo.

Se hace un silencio pero es agradable. Siento que puedo confiar en él y me transmite tanta paz que mi cuerpo baja la guardia. No sé si lo que me hace sentir es lo que se supone que sientes cuando te gusta alguien. Gian acababa de derribar un muro frente a mi dejándome ver una de sus debilidades y un tema delicado. No necesito más para saber que va a marcar un antes y un después en mi vida. ¿Por qué lo sé? Porque tengo delante un mar increíble con una de las puestas de sol más bonitas y mis ojos se niegan apartarse de Gian.

Después de más de media hora llama a Duke para encontrarse con él y con Gabri. Con suerte no cogieron a ninguno y mi coche está a salvo. Gian conduce hasta un restaurante de carretera donde puedo ver mi coche y a Gabri hablando con Duke sonriendo como tonta, así me debo de ver yo cuando sonrío frente a Gian. Me acerco hasta ella y la abrazo con fuerza, si nos llegan a coger adiós a nuestro verano. Duke decide que será mejor que comamos un poco y nos sentamos en unas mesas de dentro mientras que la camarera habla con un chico aburrida. Nos sentamos en silencio y Duke empieza a reírse sin ningún motivo.

-¿No os parece divertido que después de que hayamos tenido que huir estemos aquí los cuatro? Yo no sé ustedes pero siento que es el inicio de una gran amistad.-Miro a Gabri que está sentada frente a mi y después a Gian que está a mi lado.

Los cuatro estallamos a carcajadas y me siento tan feliz en este momento que mis miedos desaparecen. Yo también siento que este es el inicio de una gran amistad.

O de algo más.

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