Capítulo 18

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Miro por séptima vez la hora para comprobar si habían pasado los minutos. El camarero me mira con pena cada vez que pasa por mi lado y hasta yo misma me la estoy dando. Me había puesto un vestido increíble y Gabri me había ayudado a prepararme toda la noche para nada. Gian me había dado plantón y llevo más de una hora esperándolo. Ni siquiera se digna el muy capullo en mandarme una excusa barata.

Decido que ya he echo el ridiculo lo suficiente hoy y me marcho a casa. Esta es la bajada de la que hablaba. Pero como soy tan estúpida permito que juegue de esa forma conmigo. Pero esta será la última vez que lo haga, no merezco que me deje plantada en un restaurante ni mucho menos que juegue conmigo. Si quiere jugar jugaremos los dos.

Llego a casa y los demás están cenando en la cocina mientras se ríen. Duke y mi madre han echo muy buenas migas, demasiado diría yo. Mi madre trata a Gabri como si fuera una hija más desde que tengo uso de razón y se cuentan demasiadas cosas, sobretodo cuando mi madre consigue sacarle información.

-¿Y esa cara triste amor?-Se acerca a mi y me abraza.

-No ha ido a la cena.-Sonrío con pena y mi madre hace una mueca. Gabri se acerca a mi y me abraza. Las lágrimas amenazan con salir pero consigo retenerlas antes de ponerme a llorar como un niño pequeño.-Voy a cambiarme y quitarme el estúpido vestido.

-Nora seguro que tiene una explicación.-Me sonríe de lado y acaricia mi mejilla. Asiento para no tener que hablar más y me voy a mi habitación.

Es un capullo. Un imbécil. Un cretino. Insoportable. Todo. ¿Una explicación? ¿Que explicación puede tener dejarme plantada en una cena que el mismo me ha propuesto? ¿Esas eran las ganas que tenia de hablar conmigo y pasar tiempo a solas? Y yo pensando como una estúpida que era una cita y me diría sus sentimientos hacia mi porque se había aclarado por fin. Já. Eso solo pasa en las películas. En la vida real solo conoces a personas que quieren meterse en tus bragas o que solo eres un entretenimiento.

Antes de que llegue a mi habitación escucho pasos por la escalera. Duke cruza todo el pasillo exhausto hasta llegar a la puerta y me cruzo de brazos. No estoy de humor para nada.

-¿Vamos a alguna discoteca? Te vendrá bien bailar un poco con Gabri y no encerrarte en tu suite privada con jacuzzi.-Bromea y suelto una carcajada.-Seguro que tú habitación tiene una cama de agua y todo.

-Está bien, iré.


Mentiría si dijera que no estoy ahogando las penas en alcohol pero mi estado me delata. Ni siquiera sé cuantas copas llevo encima pero hace mas de una hora que perdí a Gabri y Duke. Son la pareja perfecta y me da tanta envidia que nadie me quiera como ellos se quieren. Duke llevaba días intentando de mil maneras que quisiera hablar y poder explicarle el mal entendido pero Gabri es tan cabezota que no quería escuchar, ni siquiera sé como lo ha conseguido.

Me siento en uno de los taburetes al lado de la barra y miro a mi alrededor. Todos se están divirtiendo, bailan juntos, se besan, o solo hablan con sus amigos y aquí estoy yo entre toda la multitud, sola. Rodeada de gente pero sintiéndome sola pensando en un capullo. Tengo que cortar este circulo como sea aunque me duela alejarme de él.

Un chico moreno se sienta a mi lado y me sonríe. Ni siquiera me molesto en devolverle la sonrisa. El chico se acerca un poco a mi, supongo que para hablarme por encima de la música para que pueda escucharlo.

-¿Te apetece algo de beber?

Antes de que pueda responder unos brazos me rodean y posa sus labios sobre mi cuello. La piel se me eriza y mis piernas flaquean, aunque no sé si es por el beso o por el alcohol. Es él. Solo con sentir sus labios sé que es él.

-Ella no quiere pero puedes invitarme a mi.-Me estrecha más contra su brazo y me siento protegida.

-No sabía que tenia novio.-Se escusa el chico y se va cagado de miedo. Gian impone mucho pero a mi solo me pone.

-La próxima vez que quieras una copa de un extraño piensa en que ese chico solo quería drogarte.-Lo miro a los ojos y puedo ver el enfado que tiene. Enfado o celos, no lo sé.

-No has venido.-Mira a otro lado de la pista y tiene un pómulo morado.-¿Que tienes en la cara? ¿Te han pegado? ¿Por eso no has venido? ¿Te has metido en alguna pelea?

-Deja de hacer preguntas.-Se toca el arco de la nariz y suspira. Rozo con la yema de los dedos su herida y clava la mirada en mi. Acuno su mejilla entre mi mano y juro que sonríe un poco.-Me surgieron problemas y no pude ir.

-Me has dejado plantada en un restaurante.-Se acerca hasta chocar su nariz con la mia y me acerco hasta rozar sus labios.

-Te lo compensaré, lo juro.

Solo espero hasta que decide besarme de nuevo. Puede que el alcohol me afecte pero consigo que el beso suba de tono. Posa su mano en mi nuca y la otra en la cintura para pegarme a él. Se sienta donde estaba antes el chico y me coloco entre sus piernas de pie. Me pega aún más a su cuerpo y me tiene justo como quería, entre sus brazos de nuevo cayendo en sus redes. Baja lentamente la mano que tenía colocada en mi cintura y me acaricia despacio hasta llegar a mi culo para pegarme más. Puedo notar su erección entre nosotros y me corta la respiración. Me separo para poder mirarlo a los ojos y me sonríe mientras me aparta el pelo de la cara. Todo el enfado por la cena se esfuma porque siempre consigue de mi lo que quiere y ni siquiera me acuerdo de porque estaba preocupada.

-Duke y Gabri se fueron hace una hora y no te encontraban ninguno, tienes que dejar de desaparecer cada vez que quieras.

-Da igual cuantas veces desaparezca que siempre me encuentras.-Sonrío y tira de mi mano.

Ni siquiera me acuerdo de como llegué a mi casa.

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora