Capítulo 17

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Nora

Llevaba una semana sin verlos porque mi padre nos mandó a Mónaco mientras solucionaba algunas cosas. Gabri no había respondido a ninguno de los mensajes que le mandé aquel día y no sabía nada de ella. Duke me había llamado varias veces para contarme que Gabri sigue enfadada con él y no sabe qué hacer. Y Gian.....ni un mensaje o una llamada. Tampoco le he preguntado a Duke por él porque si me dice que está con Miranda los celos me matarán y no podré soportarlo. Solo tenía que aguantar unos días más para volver y comprobar si todo estaba bien.

Duke ahora mismo es algo así como mi apoyo, yo le cuento mis cosas y el me ayuda y el hace lo mismo conmigo. Me gusta que me escuche y me aconseje. Aunque solo hablemos de Gabri y ninguno sepamos que hacer para que quiera vernos. Pero aunque tengamos mucha confianza no me he atrevido abrirme con él respecto a mis sentimientos por Gian. Ni siquiera sé lo que siento. He de admitir que me gusta y siempre quiero más de él pero los dos tenemos tanto miedo que no nos permite avanzar. Es un poco triste que por culpa del miedo no seamos capaces de hablar las cosas.

Hablando del Rey de Roma, Duke me está llamando.

-Hola Nora. ¿Cuándo vuelves?

-En unos días. Aún no sé lo que va a pasar y mi padre quiere dejarlo todo arreglado para que no vuelva a pasar lo mismo. ¿Qué tal por allí?

-He conseguido que Gabri me escuche y dice que necesita pensar. Por lo menos he dado un paso.

-¡Eso es genial! Me alegro mucho Duke.

-¿Y tú con Luca?-Escucho un porrazo a través de la línea y frunzo el ceño.

-Nada. No hemos hablado, ni mensajes desde el último día, absolutamente nada.-Mi voz suena triste y no pretendía darle pena.

-¿Te parece bien si mañana voy a verte? Con suerte consigo que Gabri también quiera ir.

-Claro, podéis quedaros aquí. Hay sitio de sobra.

-¿Quieres que se lo diga a Luca?

-¿Querrá venir?-Me muerdo el labio nerviosa. No sé ni siquiera si querrá verme.

-¿Por verte? Estoy seguro que está deseando.-Se escucha otro golpe y la risa de Duke. ¿Está ahí Gian?

-No sé, a lo mejor está ocupado con Miranda y mandándole mensajes a ella. A mi no me manda ninguno.-Necesito que entre en mi juego para saber que está ahí.

-Claro que no. Seguro que te manda alguno. Me tengo que ir a trabajar, ya sabes eso que hacemos los pobres para vivir.-Suelto una carcajada y Duke se ríe.-Mañana por la mañana estaré allí. Resérvame la mejor habitación ¡ah! y con desayuno incluido.

-Eso está hecho. Mañana nos vemos.

Cuelgo y voy a por algo de cenar. Antes de soltar el móvil suena un nuevo mensaje. Es Gian mandándome una foto.

'Parece que solo está calmado cuando estás feliz'

Con una foto del acantilado donde se ve el mar revuelto. Ese simple gesto me hace sonreír como una imbecil. Un simple mensaje me puede alegrar el día en cuestión de segundos. Nunca pensé que sería capaz de decir cosas así y creo que ahora me gusta más que antes.

Paso toda la noche hablando con él mandándonos mensajes absurdos pero que me hacen reír. También me dice datos absurdos que no tienen ningún sentido. Seguimos hablando hasta que el sueño me vence y los ojos se me cierran aunque yo no quiera.

Los gritos de Aiden me despiertan y voy a buscarlo enseguida.

-¡Está aquí! ¡Está aquí!-Grita una y otra vez.

-¿Quién está aquí Aiden?

-¡Tus amigos!-Señala la entrada y voy a ver si es verdad. No sé ni siquiera que hora es.

Al abrir veo el coche de Gian aparcado y sonrío. Duke es el primero en bajarse y me sonríe. Abre la puerta de detrás y puedo ver a una Gabri sonriente. Los dos se acercan y me abrazan.

-Lo siento por todo.-Me sonríe con pena y le devuelvo la sonrisa.-No debería haberme puesto así, lo siento muchísimo de verdad.

-¿Por qué no se lo cuentas?

-¿Contarme qué?

-Bueno.-Sonríe y mira a Duke.-Ahora somos novios.-Besa sus labios y la sonrisa de Gabri se agranda.

-Me ha costado un puñetazo pero seguí tu consejo.-Me guiña un ojo y sonrío.

La puerta del coche se vuelve abrir y se baja Gian con una pequeña sonrisa. Se quita las gafas de sol y clava su mirada en mi aun con esa pequeña sonrisa. El calor me sube a las mejillas y los nervios aparecen, y todo por una simple mirada. Parece que pasan años hasta que llega a mi y posa sus labios sobre mi mejilla. La piel donde deposita el beso me arde y no puedo evitar sonreír. Debería de estar enfadada con el por no mandarme mensajes pero seguro que el estaba detrás de todas esas llamadas con Duke.

-Hola.-La voz ronca hace que mi piel se erice entonces lo entiendo todo.

Gianluca Costa me tiene atrapada bajo sus encantos y puede hacer conmigo lo que quiera. Soy la tonta que permito este círculo vicioso del que nunca saldremos si el no pone de su parte. Permito que me haga daño para aún tenerlo a mi lado haga lo que haga y tiene el poder de hacerme la persona más mierda pero que minutos después se puede sentir como una reina. Porque Gian es una droga que te hace subir durante un tiempo pero cuando menos te lo esperes caes al vacío hasta estrellarte, y lo peor de todo es que es constante. Con solo mirarme unos segundos ha conseguido que tiemble, que me lata el corazón rápido y que me haya dado cuenta de que lo echaba de menos. Ni siquiera había pensado en que lo echaba de menos y que me hubiera gustado verlo aunque fueran un par de minutos pero ahora que está aquí lo entiendo todo.

Entiendo que Gian es la droga que necesitaba en mi vida para que fuera excitante pero que también me matará lentamente.

-¿Nora?-Lo miro y sonrío.-Necesitamos hablar de un par de cosas.-Asiento y miro a Duke.

-¿Ahora?

-No, esta noche.

¿Es la forma más romántica de pedir una cita o solo quiere pasar tiempo a solas para aclarar las cosas?

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora