Capítulo 24

25 0 0
                                    

Nora

Tres días después estaba de vuelta en casa y con suerte no me había perdido muchas fiestas. Gabri me había llamado los tres días para mantenerme informada. Las cosas con Duke le iban bien y habían hablado sobre el título de Gabri. Parece que Duke se relajó cuando aclararon las cosas. Y Gian.....Gian dijo que me hablaría y lo hizo. Solo me dio las buenas noches ese día y no he vuelto a saber de él. No responde a los mensajes ni las llamadas ni nadie sabe nada de él. Duke dice que lo hace muy a menudo pero me preocupa que le haya pasado algo.

Por eso lo primero que hago es ir a su casa. Necesito saber que está bien y si el no viene a mi yo iré a él. Atravieso todo el camino de tierra con el corazón en la garganta. Tengo un mal presentimiento y solo espero que no le haya pasado nada. Llamo al timbre y me abre la señora mayor. Me lleva hasta un salón y allí sentado hablando con unos hombres se encuentra Miguel. Todos me observan y Miguel sonríe de lado.

-Pasa Nora. No tengas miedo estos son unos viejos amigos.-Se pone en pie y camina hacia mi.

-Solo quiero saber dónde está Gian.-Mi voz suena débil y parezco una niña pequeña delante de todos ellos.

-¿Mi hijo? No sé. Con esa chica con la que está siempre......¿como se llama? ¿Amanda?

-Miranda.

-¡Eso! Hace un rato que llegaron. Como si estuvieras en tu casa.-Agita las manos y asiento.

No quiero ver a Gian con Miranda. Ni con Miranda ni con ninguna otra. ¿Se habrán vuelto acostar? De solo pensarlo se me rompe el corazón y las lágrimas se deslizan por mis mejillas. Me monto de nuevo en el coche y cojo aire para tranquilizarme. Ni siquiera me doy cuenta de donde voy hasta que piso el freno en el aparcamiento de Duke. Gracias al cielo su coche está aquí y no tendré que irme sin escuchar sus consejos. Subo los escalones de dos en dos y golpeo la puerta. Segundos después uno de los chicos de aquella noche me abre.

Están los mismos de aquella noche, menos él. Duke tiene una cerveza en la mano mientras se ríe. Al verme deja la cerveza en la mesa y se acerca.

-¿Qué ha pasado?

-Está con Miranda ¿verdad?-Frunce el ceño y se pasa las manos por el pelo.

-Lo pienso matar ¿vale? Así no te hará llorar más. Es un cabrón.-Me limpia las lágrimas y lo abrazo.-Lo siento Nora no sé si está con ella o no. Lo último que sé es que tenía un asunto importante de su padre.

-Su padre está en su casa reunido con unos hombres.

-¿Eras Nora?-Asiento y me tiende una cerveza.-Así las penas no son tan amargas.-Miro a Duke y se encoge de hombros. La acepto con una pequeña sonrisa y sorbo por la nariz.

Philippe me cuenta algo sobre la universidad y me rio. No por que le esté prestando atención. Ni por que me haga gracia lo que me está diciendo. Por esta absurda situación en la que estoy metida en un coche con cuatro tíos dirección a una fiesta en la que no conozco a nadie y no sé si me lo encontraré allí. O también puede ser por las cervezas que me he tomado. Enzo aparca frente a una casa que está llena de gente y se escucha la música demasiado fuerte. Miro a Duke para enfadarlo un poco y achino los ojos.

-No creo que a Gabri le haga gracia que estés aquí.-Sus labios se ponen en una línea recta y sonrío.-Sin ella. Llámala.

-Hoy cenaba con sus padres y unos socios.-Asiento y miro de nuevo la casa abarrotada de gente.

Los chicos bajan y me quedo detrás de ellos. Avanzan el pasillo lleno de gente hasta llegar a la cocina. Se sirven los primeros tragos y Enzo me da uno. Escucho su voz y no tardo en recorrer la cocina con la mirada. Está en una esquina apoyado en la pared con un cigarro en la boca y una chica enfrente de el riéndose. Ni siquiera es Miranda. Mis pies deciden que es buena idea acercarme aunque ni siquiera sé qué decirle. La chica es la primera en darse cuenta de mi presencia y me mira de arriba a abajo. Gian clava sus ojos sobre los míos y se acerca a mi dándole la espalda a aquella chica.

-¿Qué haces aquí?

-He venido con los chicos.-Señalo detrás de mi. Aunque ni siquiera sé si están ahí.-No estabas en tu casa.

-¿Has ido a mi casa?-Asiento.-No vuelvas hacerlo. Solo si yo te lo pido.

-Nora vamos a jugar al pin pong ¿vienes?-Miro a Gian enfadada y asiento antes de darle un sorbo a mi copa.

Me giro enfadada y voy con los chicos. Gian no tarda en unirse al juego junto a esa chica y ruedo los ojos. Enzo consigue un punto y me levanta la mano para que se la choque, y eso hago, celebrar el primer punto mientras la mirada de Gian me atraviesa. Enzo consigue varios puntos más y el alcohol se me ha subido al punto de que salto de alegría cuando consigue otro punto y lo beso. Ni siquiera sé por qué pero estampo mis labios con los suyos.

Me cogen del brazo y me sacan arrastras de aquella casa. Gian se cruza de brazos echando fuego por los ojos y elevo una ceja.

-¿Se puede saber que haces? ¿Vienes aquí para besarte con uno de mis amigos en mis narices? ¿Estás chalada o qué?

-¿Perdona? ¿Gianluca Costa celoso? ¡Yo no soy la que llevo dos días sin dar señales de vida y estoy en una fiesta con otra chica tonteando!-La ira recorre mi diminuto cuerpo y me acerco a él amenazándolo con el dedo. Aunque me saque dos cabezas y posiblemente le resulte hasta divertido.-Hago lo que quiero como tú lo haces. No voy a estar una vida esperándote a que decidas si quieres dar un paso más conmigo cuando ni siquiera sabes lo que quieres Gian.

-¿Que no sé lo que quiero? ¡Quiero que salgas de mi puta cabeza en alguna hora del día! Estás todo el día en mi cabeza y soy incapaz de concentrarme en algo. Necesito sacarte para poder vivir.

-¿Sacarme de tu cabeza?

-¡Si! ¡Por qué me he enamorado de ti y no sales de mi puta cabeza en todo el día! ¡Me estoy volviendo loco solo de pensar en tus labios!-Abro la boca para responderle pero me corta. Suspira y se tira del pelo frustrado.-Necesito que salgas porque no sé querer a nadie y voy hacerte daño. Llegará el día en que te canses y ya no veas lo que ves ahora.

-¿Me quieres?-Me mira enfadado y se arma de valor pero no responde.-Acabas de decir que estás enamorado de mi y que no puedes quererme.

-Y no puedo hacerlo.

-Pero lo haces.-Lo pincho.

-¡Si, Nora, si! ¡Te quiero!-Sonrío y niega con la cabeza.-Por eso necesito alejarme de ti.

Mi sonrisa se borra y todo se nubla a mi alrededor. ¿Está enamorado de mi y me quiere pero quiere alejarse? Pensaba que el amor no era tan complicado. Pero supongo que lo será cuando quieres a otra persona que no esté rota. Me muerdo el labio para aguantar las ganas de llorar y se da media vuelta.

-Yo también te quiero.-Se para en seco y se acerca a mi decidido. Estampa sus labios contra los míos y me besa como me gusta.

Acuna mi cara entre sus manos mientras me besa. Su lengua recorre cada parte de mi boca quitándome el sabor a tabaco de Enzo para ahora saber a Gian. Apoya su frente con la mia y me da besos cortos mientras tiene los ojos cerrados. Acaricio sus mejillas y susurro las palabras que se quedarán marcadas para siempre en su retina.

-Te quiero.-Musito rozando sus labios con los míos.-Tanto que no sé como quererte para que entiendas que lo hago.

-No puedo darte lo que quieres Vanichi. Lo siento.-Se separa y vuelve con los demás dejándome sola.

Mi móvil vibra en el bolsillo y lo cojo sin ni siquiera saber quién es.

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora