Capítulo 20

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Gian

Salgo de la habitación con un dolor horrible en la entre pierna. Anoche no paramos de besarnos y hace diez minutos tenía mis dedos dentro de ella mientras me regalaba su primer orgasmo. Tengo que ser consciente de que es una niña y todo son experiencias nueva para ella por eso necesito ir poco a poco. ¿Pero como cojones voy poco a poco si anoche la tenía comiéndome el cuello y esta mañana corriendose en mis dedos? Nora me saca de mis casillas y me hace perder la cordura con este tipo de cosas. Solo me dan ganas de volver a esa habitación y hacerla mia.

Le había pedido que dijera que era mía y sin rechistar lo ha dicho. Ha dicho que era mía entre gemidos. En ese momento me he dado cuenta de que me gusta demasiado y debería frenar estos sentimientos por ella. Después la observo y siempre lleva una sonrisa encantadora y tiene un brillo especial que hace que cualquiera la envidie. Nora es especial y diferente porque brilla por si misma sin apagar a los demás. Solo espero no apagarle nunca esa luz.

Encuentro a Duke desayunando y me siento a su lado. Entierro la cabeza entre mis manos y cojo aire. Tengo que plantearme las cosas con Nora después de lo de hoy. La puedo tener cuando quiera para mi solo y eso me gusta pero me aterra. No sé querer a alguien.

-Buenos días chicos.-Saluda Alda, la madre de Nora, siempre con su maravillosa sonrisa. Si supiera lo que su hija y yo hemos echo no me sonreiría.-¿Habéis dormido bien?

-Me estoy empezando acostumbrar a la vida de rico.-Bromea Duke.

-Esta noche iréis al casino ¿no?

-¿Al casino?-Asiente y miro a Duke.

-Enzo os ha invitado y os puede conseguir buenas partidas.

-Teníamos pensado marcharnos esta tarde pero no puedo negar la invitación a una buena partida.-Me sonríe y asiente satisfecha.

-¿Sabéis que vais a poneros? Las chicas irán con vestidos para dar buena presencia seguramente. Aunque mi Nora odia los tacones, ella no está hecha para andar con esas agujas.-Sonrío de lado al imaginarme a Nora en un vestido elegante con la sonrisa más encantadora del mundo.-Gabriella está acostumbrada porque su madre la educó para lucir siempre bien pero nosotros decidimos no ser tan estirados.-Nos susurra y Duke se ríe.

-¿Estirados?

-Gabriella es duquesa de Reggio, ¿no lo sabías?

-¿Duquesa?-Pregunta asustado. Alda frunce el ceño y Duke palidece. Sé lo que está pensando.-¿Duquesa?-Vuelve a preguntar.

-Será mejor que deje de hablar de las chicas.-Coge su taza de café y nos deja solos en la cocina.

-¿Duquesa?-Asiento y me mira aterrorizado.-En cuanto sus padres sepan que está saliendo conmigo me va a mandar a la mierda. Soy un puto camarero de un bar de copas con una marquesa. ¿Sabes lo que eso significa? Que piensen que estoy con ella por dinero, por su título, para buscar algo o.....-Lo corto antes de que siga.

-No estás con Gabriella por eso.

-¡Estoy con ella porque la quiero!-Suspira y relaja los hombros. Acaba de reconocer que la quiere y ni siquiera se ha dado cuenta.

-¿La quieres?-Asiente sin mirarme y se tira de las puntas del flequillo.

-Claro que la quiero. ¿Sabes lo que es mirarla y darte cuenta que es ella? Es la persona que buscaba y me hace muy feliz. Es muy cabezota, si. Pero ¿y los buenos momentos? Esta mañana cuando he abierto los ojos la he visto dormida entre mis brazos y sé que no quiero a otra persona de nuevo, la quiero a ella. Estoy enamorado de Gabriella y soy suyo, nada va a cambiar eso. Quiero hacer las cosas bien y trabajar para darle todo lo que se merece. Es ella o ninguna.

-Muy cursi amigo.-Suelta una carcajada y golpea mi hombro.

-Muy cursi pero estás igual con Nora.-Lo fulmino con la mirada y levanta las manos en son de paz.-Te darás cuenta.

Yo no siento esas cosas por Nora. Sí, me gustó besarnos anoche. Me gustó dormir abrazado a ella porque sentí paz. Y sí, me ha gustado despertarme esta mañana y poder besarla. Y sí, me ha vuelto loco que dijera que es mia. Porque Nora Vanichi a partir de este momento es mia y de ningún cabrón más.

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora