Capítulo 4

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El grupo llegó al Olimpo, todos los dioses los esperaban en la sala del trono Zeus con un traje de ejecutivo a rayas gris, como las nubes de tormenta, los miraba con su habitual ceño fruncido y severo.


Apolo curó a Zoe y Artemisa aumentó de tamaño para dirigirse a su trono de plata, que brillaba como la luna y tenía dibujos gravados de ciervos, lobos y cazadoras. Se sentó y tomó la palabra hablando el gran servicio de los semidioses y como debería recompensarlos.


—Estos héroes han echo una gran servicio al Olimpo y retrasado el avance de Cronos y sus fuerzas, con el permiso de mi señor mis hermanos Apolo, Claus y yo cazaremos a los monstruos más poderosos antes de que se unan a Cronos. Atenea y Hermes supervisarán las otras prisiones de los titanes y Poseidón atacará con toda su fuerza al princesa Adromeda—



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Después de convencer al consejo de que perdonaran la vida de Bessie el Ophiotaurus nadaba en una burbuja de agua mientras decía ¡muuuu! Hefesto y su tío Poseidón construirían un acuario para la criatura después de que Percy les hiciera ver que no merecía que lo mataran sólo por la posibilidad de que fuera una amenaza.


Zoe decidió retirarse de las cazadoras de Artemisa y ser mortal.


—Llevaba tiempo pensando en esto—dijo—Con la profecía pensé que sería yo quien moriría a manos de mi padre pero en su lugar fue Egle, ahora quiero empezar de nuevo una vida nueva siendo mortal antes de poder finalmente descansar—


Artemisa aceptó y el brillo que la caracterizaba se desvaneció, ahora siendo mortal.


Thalia tomó los votos y se convirtió en la nueva teniente de las cazadoras, pero Percy aún tenía una pregunta que lo reconcomía.


—Señor—llamó al señor de los cielos llamando la atención de los demás—En el monte apareció otro dios Ádeio el hizo que Atlas intentara suicidarse y que volviera a ser aprisionado por el cielo y nos atacó—


Ante la mención del inquietante dios, los olímpicos se removieron incómodos en sus tronos. Algunos incluso tenían una mirada alarmada en ellos


—Ádeio es un caso aparte—dijo Zeus—No es la primera vez que hace de las suyas, enviaré a los arqueros gemelos junto al dios del eclipse a localizarlo—


Percy quiso decir más tenía el presentimiento de que no sería suficiente, pero la expresión en el rostro de su padre le advirtió que ese tema estaba zanjado.


A regañadientes aceptó pero algo en su interior no le hizo estar tranquilo del todo, sabía que no sería la ultima vez que verían a ese dios, de todos los dioses y monstruos con los que se había topado Ádeio fue el que le inquietó más, más incluso que Afrodita pero era algo más.



En la fiesta se acercó a su padre Poseidón y hablaron acerca de lo que había pasado en la misión.


—Luke no está muerto—


—Pero...aquella caída debería haber acabado con él—


—Luke es un caso aparte hijo pero no lo está—


Percy asintió sabiendo que no sacaría más respuestas pero en cambio decidió preguntarle a su padre.


—Padre ¿Ádeio...—


—Percy sé lo que vas a preguntar pero no como dijo Zeus lo mejor es dejar eso aparte Ádeio es nuestro asunto—los ojos de Poseidón miraron la lejanía y Percy tuvo la sensación de que tenían que ver con ese dios.


—¿Y si vuelve a parecer?—


—No te preocupes si volviera nos ocuparíamos, no suele aparecer mucho por eso fue una sorpresa que apareciera pero él no es el verdadero enemigo—


Decidió no ahondar más en el asunto, parecía que ese tipo era un tema delicado para los dioses.


Percy se despidió de su padre y se acercó a Bessie quien nadaba alegremente entre la multitud en la fiesta, el animal lo saludó alegremente y el hijo de Poseidón le acarició el morro.



—Adiós amigo, te veré en otra ocasión.

Las dos mitades en unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora