Toque de Queda 04

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Punto de vista de Ron

Me despierto aún atontado por las pociones que la enfermera del colegio, Madame Pomfrey, me ha hecho ingerir. ¿Pero sabes qué? Podría jurar que los labios me saben a chocolate. Sí... es chocolate y me paso la lengua por los labios algo goloso. Me encanta el chocolate.

Me siento mil veces mejor que ayer. Pero claro, todas las pociones que me tomé deben haber hecho efecto. Aunque creo que lo de la cadera tardará un poco más en resolverse. Se me arruga el rostro cuando intento sentarme y siento los huesos dolerme hasta el alma. Pero de todas formas logro hacerlo y me siento de lado para quedar de frente con una enorme canasta de... —¡Dulces! —exclamo y de inmediato zambullo una mano en la canasta y saco una caja de chocolates que no había visto en mi vida. Cuando abro la tapa veo que le falta uno y arrugo el ceño. ¿Quién se ha comido mis chocolates? Me pregunto enojado. Todas mis preocupaciones acerca de mis presentes se esfuman cuando veo a la enjuta enfermera con un enorme vaso de Sekele-gro.

—Joven Weasley, no debe estar sentado aún —me regaña, yo en cambio doy un gemido con el que intento se apiade de mí, pero sus pequeños ojos azules son crueles, ¡porque es cruel que me haga beber tooodo el vaso! Aunque claro, está fuera de todo cuestionamiento el atreverme a expresar mi disgusto.

Ese mismo día en la tarde, estoy listo para salir, aunque aún me duela la cadera. Madame Pomfrey me asegura que no hay problema mientras no haga demasiada fuerza, me ha puesto un hechizo de sujeción en los huesos. Me duele un poco, pero me parece que ha hecho un buen trabajo.

Es hora de clases para Gryffindor así que no me sorprende el que Harry o Hermione no estén por ninguna parte esperándome fuera de la enfermería, aunque la verdad la compañía de ambos me hace mucha falta en estos momentos.

Sin embargo me sorprendo al verte ahí parado en el pasillo, recostado de la pared como quien no quiere la cosa justo en la esquina. En cualquier momento espero que digas cuán patético me veo saliendo de la enfermería, espero ver tu sonrisa arrogante recordándome cuán estúpido soy por siquiera haber permitido que un tonto golpe me llevara a la enfermería.

Pero llego hasta la esquina y ni una sola palabra, sólo tus ojos grises observándome de arriba a abajo, como quien observa una bestia de carreras en busca de lesiones que podrían incapacitarla para su propósito. Es extraño... porque nunca imaginé que pudieras mirarme de otra forma que no fuera aborreciéndome por ofenderte con mi existencia.

Sin embargo me vienen a la mente otras miradas... llenas de placer y lujuria y hasta sorpresa, dirigidas a mi persona en contadas ocasiones. Me pierdo en las memorias justo frente a tí, como el gran tonto que soy y mi cerebro algodonado por las pociones de la enfermera no me ayudan a pensar con claridad.

—Weasley... —te escucho cuando llevo demasiado tiempo parado frente a ti. —¿Estás bien? —parpadeo, sé que parezco tonto, pero no puedo concebir el que expreses tu preocupación por mí. ¿Desde cuándo te preocupas por mí? Está mal... Está completamente mal, especialmente porque me ha parecido que te has dirigido a mí en un tono mucho más suave que el que sueles utilizar conmigo. Debería ser yo quién te preguntara si te sientes bien.

Asiento con la cabeza y cambio la vista. —Te acompaño —me dices y esta vez realmente pienso que estoy alucinando. —No me mires con esa cara, Comadreja. Pensé que el golpe había sido en tus costillas y no en tu cabeza —luego de la reprimenda sólo atino a seguirte.

Caminamos lentamente por los pasillos, aún me molestan las costillas un poco y sólo entonces pienso que debemos hacer una pareja algo extraña. La comadreja y el hurón caminando lado a lado, yo con mi canasta de chocolates y tú deslizándote a la par.

Toque de Queda (Draco / Ron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora