capitulo 2

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Las maletas se fueron de viaje.

[...]

Mierda, esto solo me pasa a mi!

Estamos con Lily en el autobús de camino a Berkeley y se acaba de subir uno de los amigos de mi padre, miro a Lily alarmada sin saber que hacer.

Mi amiga en la desesperación agarra mi mano prácticamente saltando del bus.

Mierda no estamos ni cerca de donde tendríamos que estar.

— ¿Dónde estamos Lily? — indagó con nerviosismo al estar de noche en una cuidad desconocido, es de madrugada y nosotras acá sola en medio de un lugar ajeno.

— Si no me equivoco amiga, estamos en San Diego — mierda, tendríamos que estar de camino a Berkeley.

La mire alarmada, San Diego es una de las ciudades con más problemas en base a muertes de un día para el otro, no se sabe quién las comete o si son simples suicidios.

— Tengo un presentimiento y no es bueno Eir — la miro fulminante, lo que nos faltaba que la psíquica de mi amiga me diga "tingi in mil prisintimiinti".

Ruedo los ojos para luego empezar a caminar a una calle al azar, no me voy a quedar en medio de la vereda esperando a que nos roben o peor aún nos secuestren.

¿Y si el secuestrador es lindo?

¡No me jodas, no importa si es lindo o feo, no quiero estar atada a una silla o encerrada como si fuera una criminal!

Deja de hablar conmigo y fíjate quien viene por la oscuridad.

Ignoro a la vocecita de mi cabeza para fijar mi vista al frente, una silueta masculina de 2 metros, mierda es muchísimo más alto que mi padre, agarró la mano de Lily de un manotazo y camino más rápido, lo último que quiero es cruzarme con un depravado cuando viví conviví por 19 años con otro.

Siento una mirada penetrante en todo mi cuerpo que me transmite un escalofrío, miro al frente para darme vuelta de la nada y empezar a caminar para el otro lado con Lily quejándose por los tacones.

— ¡Mierda, podés cerrar la boca un maldito segundo! — le gritó, me da pena pero después me lo va a agradecer si no nos secuestran antes.

— Pendeja, mira atrás con disimulo, nos sigue un tipo del tamaño de Ralph el demoledor, nos llega a agarrar y nos hace papilla — le tiró del brazo para que camine mas rápido.

Lily, gira la cabeza como el exorcista hacia donde le dije que lo haga con disimulo, suelta un gritito asustadizo para después parar de golpe, se saca los tacones, y empieza a correr llevándome con ella.

Sentimos pasos tranquilos atrás, miro y veo que el hombre camina como si nada, hace dos pasos y ya está casi por nuestros talones, y nosotras corriendo como marranos flacas, como no le va a costar si es la torre Eiffel andante.

Por mirar atrás me doblo un pie callendo me de boca al piso y llevándome a Lily conmigo.

Veo que alguien se para frente a nosotras.

Mierda.

Miro lentamente hacia arriba viendo a un chico realmente guapo, lleva puesto una camisa azul con unos vaqueros negros que le hacen juego con su pelo azabache, tiene unas zapatillas de marca que le convinan con todo el look.

Se ríe exageradamente ante nuestra caída de película, frunzo el ceño y me levanto de un tirón, si sigo así me van a salir arrugas.

— ¿De qué mierda te ries, idiota? — lo desafío con la mirada, el deja de reír para volverse serio de la nada, ok eso dió miedo. Mal momento para hacerme la mala.

— que no es obvio — hay Lily, agárrame que me desmayo, su voz es un canto para mis oídos.

— A ver idiota, en vez de reírte por qué mejor no dejas de seguirnos — lo encargo como toda persona no haria.

Quién con dos dedos en frente le dice idiota a un tipo que te sigue y te dobla la altura.

— Nomás quería venderles — saca una bolsita de su bolsillo, mierda eso es droga.

Lo miro con los ojos saltones al saber a dónde quiere llegar  — oye giganton, nosotras no consumimos ningún tipo de sustancias alucinógenas —.

Miro a Lily la cual asiente con la cara más palida que el papel, el nos mira para después sonreír burlón.

— Eros Petrov, pelirroja — me dice mirándome el pelo.

— ¿Que? — exclamó perdida, el rueda los ojos.

— Así me llamo, ¿sos sorda?, Hasta un sordo entendería eso sin escuchar — frunzo el ceño, eso no tiene ni un poco de sentido.

De su mochila saca ¿Una botella? — ¿quieren un poco? Es vodka — nos ofrece estirando la mano, yo niego con la cabeza, en cambio Lily que estuvo todo este tiempo callada se la arranca de la mano para meterle un trago largo.

La miro como si tuviera tres cabeza, es idiota mira si tiene algo, niego al saber que es un caso perdido.

— Bueno, nos veremos en otro momento preciosa, pelirosa — saluda para después volver por donde vino. ¿Vernos en otro momento? Ya quisiera.

Con Lily nos miramos y nos encogemos de hombros, miro al piso confundida hasta que levanto la cabeza de golpe — ¡Las maletas las dejamos en el autobús! — gritó espantada al darme cuenta del error que cometimos, guarde mi blusa favorita ahí, lloro mental mente.

Mierda la suerte que tenemos.

Esto no podría empeorar.

— Eir — susurra con la mirada baja Lily, la miro esperando que me diga lo que quiere.

— En mi maleta deje toda la plata y los papeles del departamento —.

Si, ella hackeo un departamento y tenemos o teníamos los papeles legales, la fulminó con la mirada.

Retiro lo dicho, esto si puede ser peor. No quedamos en la calle en una cuidad desconocida, sin plata y papeles.

Para colmo hay locos asesino sueltos.

¡Mierda y más mierda!.

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