Secuestrador lindo.
Aprieto mi arma con fuerza, este chico lindo no va a manipularme.— Dame a mi amiga. — nos miramos fijo cada uno con una mirada distinta.
El con ganas cogerme mientras me mata y yo suplicando al cielo no morir hoy.
— Déjame pensarlo — lleva su mano a su mandíbula simulando pensar — no — sonríe hipócrita mente.
Hago una mueca de indignación, este animal me está tomando de boluda.
Es que sos boluda.
Ruedo los ojos mentalmente, voz molesta.
Suspiro tratando de relajarme y no matar al hombre enfrente mío por impulso.
— ¿Problemas mentales, cariño? — me da una sonrisa más falsa que el bolso Zara ilimitado de Lily.
— No, solo que me saca de quicio tratar con idiotas como tú —. Se le fue la sonrisa y a mí me nació una.
Poeta nos saliste, ¿porque no cantabas poesías en las calles en vez de andar apuñalando chicos y robando a niños?
Cállate.
Hago un puchero falso — ¿No te gusto saber que eres idiota, cariño? — lo burló.
— Cuida tu boquita, gatita. Acordate que quien tiene a tu amiga secuestrada soy yo — sonríe superior.
Le voy a borrar esa sonrisa de un golpe.
Si llegas, este alcanza la altura del drogadicto.
Y es verdad, el hombre frente mío mide como 1'90.
Está claro que quiere estar aquí conmigo, es obvio sino ya me hubiera desarmado en 2 segundos, o sea mido 1'66.
— Bien, dame a las chica y me voy — prometo mientras mi pie golpetea contra al piso por nervios.
Suelta una risa ronca — Ahora que te conozco, amor. — niega lentamente — no pienso dejar que te vayas — su mirada es tan oscura que me dió escalofríos.
Realmente prefería estar en el escape room.
Miro a mi acompañante confundida — ¿Que? — suelto con la boca hecha un nudo de pensamientos.
Suspira como si le pidiera al de arriba que le dé paciencia. — tu amor, cometiste el peor error de tu vida y fue plantearte enfrente mío — sonríe macabro — serás mi reina y una reina no elige serlo.
Mierda, realmente voy a nececitar apoyo.
— No puedo creer que un cuerpo tan hermoso este lleno de tanta locura — susurro incrédula.
El hombre al cual desconozco cómo se llama me mira completamente indignado.
Lo sé cariño, a veces cuesta aceptar realidades.
— No estoy loco, solo digo las cosas como son. — pelea.
Ay dios mío, que mierda hago.
— Soy parte de una mafia peligrosa si me secuestras te van a cazar como a un conejo y no quieres eso, ¿O si?— suelto un vómito de palabras
Arquea una ceja divertido. — Nadie hablo sobre secuestros — este hombre si piensa que me voy a quedar por mero propio paso de loco a esquizofrénico.
— Va a llegar un punto dónde no vas a querer irte de mi lado y pediras ser mi reina — lazo una estruendosa carcajada, es la primera vez que me río así en años.
El me mira enojado cruzado de brazos, levanto mi mano libre pidiendo un segundo para respirar.
— Te equivocaste de chica, yo no soy de las que ruegan ni mucho menos andan atrás de hombre — suelto una última risita.
Suspira derrotado — en ese caso no me queda otra alternativa que secuestrarte — a este hombre que le pasa.
Bueno, plan C en marcha.
Miro horrorizada la pared atrás de mi acompañante mientras señaló, cuando mira para atrás de él sin pensarlo corro fuera de la habitación.
— ¡TRAMPOSA DE MIERDA!.
Perdón lindura pero no pienso ser secuestrada por nadie hoy.

ESTÁS LEYENDO
incontinencia
Teen FictionDespués de la muerte de su madre, Eider Brown decide buscar un trabajo estable lejos de las garras de su padre, su trabajo como mesera por poco le da para comer. Su jefe, un corrupto y pervertido como el padre de aquella, la tiene en la mira, siempr...