La clase de Runas Antiguas terminó siendo muy educativa; se había desarrollado en uno de los salones del palacio ambientado para que luciera como un aula de clases. Contrataron a un verdadero especialista en el tema, quien dictó una pequeña clase sobre las dos primeras runas en todo el mundo, y a su vez, un pequeño recorrido por la mitología nórdica.
—Ni siquiera en la escuela he aprendido tanto como lo he hecho hoy. —comentó Winnie mientras salía del castillo. Eran casi las seis de la tarde, por lo que ya se acercaba la hora de regresar a casa.
—Ha sido un excelente día. —habló Jack a su lado
"¡Vaya que lo fue!", pensó Winnie. Mindy estaría tan orgullosa de ella cuando escuchara lo mucho que había progresado con Jack.
Subieron al auto con una pequeña sensación de nostalgia; les había agradado tanto el evento que deseaban que fuera real.
Una llamada al celular de Winnie captó su atención; revisó el móvil un tanto extrañada, alarmándose cuando se dio cuenta de quien se trataba.
—¡No puede ser! Me olvidé por completo de la fiesta de Pierce. —comentó un tanto alterada y respondió la llamada. —¿Aló? Sí, genial, sólo tomaré a Peter y voy para allá. ¡¿Vendrás a recogerme?! No, no hay problema, claro, en diez minutos, entendido. —Habló, y colgó rápidamente. —Jack, tenemos que llegar a casa lo más rápido posible.
—¿Pasó algo? —le preguntó él un tanto asustado.
—Mi amigo hará una fiesta de año nuevo; tiene una banda, y quería que lo ayudara a tocar hasta que llegara el DJ. Lo olvidé por completo; me siento terrible. Soy la peor amiga del mundo, no debería ser tan...
—Winnie, Winnie, tranquila. —la interrumpió Jack un tanto abrumado. —Y abróchate el cinturón. —ordenó. —Estarás en casa en diez minutos.
Y así fue. Jack se estacionó afuera de su casa aún con la túnica puesta y observó a Winnie bajar del auto como una bala.
Sacó las llaves de su bolsillo un tanto nerviosa e intentó abrir la puerta antes de que Pierce llegara, pero fue en vano, el auto del peliazul se hizo presente en la cuadra, y se estacionó a las afueras de la casa de la joven.
—¿Winnie? ¿Eres tú?—le preguntó Pierce bajando del carro.
La joven giró sobre sus pies aferrada a la bolsa que contenía su nueva varita, y le dedicó una sonrisa nerviosa.
—Estaré lista en cinco minutos.—habló.
—Vale, vale. Tómate tu tiempo. Te ves muy tierna por cierto.—le dijo él acercándose a ella con una sonrisa, dispuesto a ingresar a su casa.
—G-gracias.
Jack Weston observó la escena desde el interior de su auto, un tanto sorprendido por la notoria huida de Winnie, pero no dijo nada. Bajo del carro dispuesto a abrir la puerta del garaje y se deshizo de la túnica que llevaba puesta.
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Señorita Gales © [TERMINADA]
Dla nastolatkówA Jack Weston no le agrada Winnie Gales, es más, le resulta extremadamente desesperante, con sus grandes gafas, su cabello rojizo y su brillante saxo alto dorado. ¿Podrá la tierna Winnifred Gales llamar la atención del disgustado Jack? O peor aún, ¿...