색종이 조각 - 018

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Durante sólo unos cuantos segundos guarde silencio y los enfermeros con la boca abierta observaron a Jeongin.

— Esto es sólo un maldito papel con tinta — se acercó arrebatando el papel de la mano de un enfermero y con ambas manos lo partió a la mitad con una sonrisa cínica. — ¿Lo ves? Ya no hay nada. — levantó los hombros sin importancia.

Ambos enfermeros se dieron miradas uno al otro y suspiraron negando. Yo estaba tan atento a sus movimientos y gestos ni loco permitiría que se lo llevaran, claro que no.

— Tendremos que llevárnoslo. — uno de los enfermeros hizo tronar su cuello acercándose.

Por inercia corrí hacia Jeongin cubriéndolo.

— No te lo vas a llevar.

Y cómo en una película de carreras, Jeongin tomó mi mano y corrió por el departamento los enfermeros nos tomaban de la mano, brazo o ropa pero nosotros los empujábamos y de alguna forma esto era muy divertido.

Jeongin reía dando vueltas por la cocina y un enfermero yendo detrás suyo que parecía un niño pequeño.

Corrí a él empujándolo y cubriéndolo ya que el enfermero me tomó a mi con fuerza.

— ¡Jeongin no es un niño pequeño ya tiene 20 años esto es en contra de su voluntad! — lo tomé de sus hombros empujándolo.

— Es considerado un enfermo mental por lo tanto no importa su edad, necesita a alguien que sea su tutor y su tutor nos dio permiso. -  suspiró despeinado su cabello. — No tengo que darte explicaciones a ti.

No termino de decirlo correctamente cuando se desvió, evitando él cuchillo que había salido volando con velocidad detrás mío y quedó clavado en la pared; me di la vuelta rápidamente viendo a Jeongin sonreír, que turbio.

— ¿Por qué hiciste eso? ¡Pudiste matarme! — lo señaló el enfermero y poco después tomó aire. Observó a los otros dos enfermeros que mantenían un semblante sorprendido.

— Sólo apunte mal — ladeo una sonrisa.

— Chico, aléjate de él puede lastimarte. — se refirió a mi uno de los enfermeros.

— Él no me haría daño, es mi amigo. — dije entre dientes.

— Qué extraño, Jeongin no tiene amigos. — Un hombre con barbilla puntiaguda, cabello castaño  con semblante serio y portando un traje de lujo se adentro al lugar dejando a todos los presentes en silencio. —  ¿Vas a desobedecer mis órdenes, Jeongin?

— ¿Papá? — susurró el menor de los dos.

Recordaba ver a ese hombre en televisión solía hablar mucho de política a parte de tener una empresa de muebles en Corea.

Jeongin pareció congelarse, no dejaba de verlo y podía percatarme que se veía menos tenso que cuando llegaron aquellos enfermeros.

Pero cometí un maldito error: bajar la guardia.

En cámara lenta un enfermero paso su brazo en el cuello de Jeongin rodenadolo y haciendo fuerza sobre este, el menor hizo fuerza ante el pero, sus ojos se fueron cerrando por el líquido que él enfermero había inyectado en su hombro haciéndolo caer inconsciente.

— ¡No! ¡Jeongin! — corrí a él pero el otro enfermero me tomó de los brazos pasándolos detrás de mi espalda y así evitando que me soltara. — ¡Suéltame! ¿Cómo puede hacerle esto a su propio hijo? — me dirigí al padre de Jeongin que observaba todo con las manos en los bolsillos de su pantalón.

— Por eso mismo por qué es mi hijo  —sonrió saliendo por la puerta, seguido del enfermero que cargaba a Jeongin como costal de papas.

Hice fuerza para soltarme y correr a mi amigo que se lo llevaban inconsciente pero sólo fueron centímetros cuando nuevamente fui tomado a la fuerza por él enfermero.

색종이 조각 Confetti; HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora