Capitulo inspirado en la tercera carta que envía Lafayette, esa donde confiesa sus sentimientos hacia María.
Ahh, el final es un poco (bastante triste) pero no para la pareja de esta historia. Y les recomiendo que para la parte final de este relato (después de que cambie el punto de vista) pongan la versión mas triste que encuentren del "Ave María" como ambientación.
Disfruten la lectura.
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—Majestad, ha recibido una carta —murmuró una sirvienta entregándole una pequeña charola plateada que contenía aquel sobre. La noticia sorprendió un poco a María, pues no esperaba correspondencia de nadie. Después de despedirse de la sirvienta abrió la carta, intrigada al ver que no tenia remitente, solo un sello que se le hacia conocido.
Comenzó a leer aquellas palabras, escritas con una caligrafía familiar, pero que se presentaba ante sus ojos de forma descuidada y poco elegante, como si...el marqués de Lafayette hubiera escrito aquella carta con las manos temblorosas.
María leyó la carta una vez mientras su rostro se llenaba de asombro, tuvo que leerla una, dos veces, tres veces más para poder asimilar la realidad de las palabras plasmadas en ese papel. Si no conociera a Lafayette, lo tomaría como una broma, pero Lafayette jamás bromeaba.
Salió de su habitación, caminando lentamente mientras intentaba controlar sus emociones, se encontraba nerviosa, ansiosa por una respuesta, pero debía controlarse por el bien de su imagen. Fue entonces que vio en el pasillo a un sirviente que servía a Lafayette cuando este se encontraba en Versalles. Sin pensarlo mucho, se acercó hacia él.
—Disculpe. ¿El marqués de Lafayette se encuentra aquí?
—Si majestad, llego hace como dos horas y acaba de terminar una reunión con el rey —María sintió un nudo de emoción en su estómago, y le pregunto al sirviente donde se encontraba el marqués. El sirviente cumplió con diligencia y le indico a María donde podía encontrar a Lafayette.
Y entonces María corrió, corrió sin importarle que los rizos de su peluca se enredaran, sin importarle que algún noble encontrara su actitud sospechosa. ¿Para que esperar por una respuesta si podía obtenerla en ese mismo momento?
Bajó los tramos de escaleras apresuradamente, sin importarle las veces que tropezó con sus tacones, sin importarle que la carta se encontrara arrugada entre sus manos
"Hay cosas... que he reprimido dentro de mi durante años, y no he podido revelártelas"
Años ocultándolo, años en que ella tuvo que guardar sus emociones cada que lo veía temiendo la inminente negativa del marqués.
"Aparte de respeto, aprecio y gratitud también tengo...sentimientos románticos hacia ti"
Oh, querido Lafayette, incluso escribiendo una carta tenias que ser tan respetuoso y formal, a pesar de estar abriéndome tu corazón. A pesar de estar pasado de copas seguías siendo un caballero.
Entonces llegó a aquella sala apartada del palacio y por un capricho del destino, el aun se encontraba ahí, a pesar de que su reunión ya había terminado. Tal vez solo esperaba una oportunidad para verla. Por suerte, en ese lugar no había nadie más, ambos lados del pasillo estaban completamente vacíos. María entró a la sala sin tocar, con la respiración agitada y sosteniendo la carta en alto.
—Majestad, que... —quiso preguntar Lafayette al verla tan agitada, intentando regular su respiración para poder hablar, pero se congeló en el instante en el que vio la carta, ahora arrugada en la mano de María. Se quedo mudo, mirándola a los ojos, temeroso de lo que la reina estaba pensando.
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Relatos de Versalles (One-Shots Time Princess)
FanficGracias al poder de un escritorio mágico (escritorio del cual no debería hablar...) has llegado a un mundo diferente: te encuentras a punto de presenciar la Revolución Francesa. Fuera de todo el drama político y tus intentos de salvar a Francia del...