quédate, por favor

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Me levanto algo exaltada, me duele todo el cuerpo.

—¡Mierda! ¡Que dolor tan hijueputa!

—shhh vaya ese no es un vocabulario apropiado para una hermosa dama.

¿Que?¡Joder! ¿Quien mierdas de cree este para decirme que tengo que decir?

—Me vale Monda, ¿Que haces aqui? ¡Fuera!

—Un gracias no estaria nada mal.

—¿Gracias?¿Porque? Ahhh ya se, por tratarme como una cualquiera—intenté levantarme pero el me lo impidió, hize una mueca de dolor, me duele mi brazo izquierdo.

—Quedate quieta ¡por favor! Mujer

—esta bien, te tomo la palabra esta vez, ya que tienes razón.

Me miró, si tengo aún secuelas de unos golpes en mis rostros, pero acaso no puede mirar la pared

—¿Dónde está mi padre? ¿Quiero que me dé un explicación de todo esto? Yo..—No saco las palabras para expresar lo que quiero decir, necesito saber—¿porque?¿Porque no me dijo la verdad? Yo trate de huir de las falsedades y el me mintió—no aguanto más y se me salen las lágrimas, odio sentirme así.

Se acerca a mi y me abraza

—Tranquila nena, estarás bien, no seas tan dura contigo misma, ¿Quiero saber algo?¿Eso malditos bastardos que te hicieron?

—Pues abu...—no termine de hablar ya que el se aparto de mi y golpeó fuertemente la pared.

—¿Dime qué no es cierto?¿Que no se atrevieron a tocarte?

—¿Que? ¡No! Pues me aburrí allí, no logré salir pues, porque me sentía débil, solo me daban pan y agua. ¡Ay! Además solo llegaban y me golpeaban, un día golpee al que me estaba golpeando así que me gane una paliza grande, no hize nada porque ja ya te explique no me daban comida y porque me sentía muy débil—dije con voz entrecortada

—¡Malditos bastardos!

—¡Oye! Cálmate, no me sucedió nada malo, además pude haber escapado yo sola, pero menos mal y no lo hize, estaba en Egipto, me ubiera perdido en el desierto y ubiera muerto, pero no tenía tanta fuerza ya que no me daban de comer.

—Fue difícil dar contigo, pero lo hicimos, ahora te encuentras en Rusia

—¿Que? Mejor estar en Rusia.¡Por Dios! Me habías quitado lo que más amaba, la comida, Max ¿Puedo pedirte algo? ¡¿Si?!

—¡Si claro! Dime ¿Que quieres?

—¿Me podrías comprar chocolate? Ah pues una nutella con fresas y galletas no estaria nada mal—me sonrio— apúrate, no me salgas que no puedes, porque sino te dejo sin tu instrumento de vida.

—Mm vale, vale está bien, pero no me amenaces así, das miedo

—jaja tampoco es para tanto ey, ¿Cómo está Lorena?¿Quiero ir a verla?

—¡Maximiliano Wells! más te vale que Sam esté bien, ¿porque si no? está vez te juro que te arrancaré los ojos y se los daré de comer a los peces

Veo como entra Lorena gritando ¡Esa es mi amiga!

—Mi amor, tranquila, ¡aquí estoy! Con golpes y un balazo pero viva¿Pero veo que estás bien? ¿O no?— lo digo por verla entrar sentada en una silla de ruedas y con un vendaje en su pierna derecha

—Aleluya, mi amor que estás bien, al fin, no sabes lo preocupada que estaba por ti.

comenzó a llorar.

Mi Jefe Un ¿Mafioso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora