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Todo hubiera sido una tranquila y común mañana de martes para la pequeña Arin, como de costumbre su mami la despertaría temprano para que tomara un baño, se pondría el uniforme, desayunaria y luego de caminar un rato cruzaria la puerta de su colegio a las 9 en punto.

De no ser porque esta mañana Arin no despertó por el gentil toque de la mayor de la casa, con un suave "Sunshine, bebé es hora de levantarse", en lugar de eso, un dulce aroma interrumpió su sueño, un olor que la lleno por completo de alegría, ya que hace algún tiempo dicho aroma no rondaba por la casa.

Podía reconocerlo en cualquier lugar, sus ojitos se abrieron de emoción y sosteniendo a "Verde" frente a ella exclamó -¡PANQUEQUES!-

Como un rayo la niña salió de su habitación junto a su colorido peluche en dirección a la cocina, pero su sorpresa fue aún mayor cuando al abrir la puerta pudo notar a su mami sonriente junto con la señorita Sana, ambas se encontraban riendo con la cara y manos llenas de harina.

- ¡Señodita Sana! - dio saltitos hacia ella y abrazó sus piernas. - Buenos días pequeña -
Después de soltar las expremidades de la rubia giro al ver a su madre que fingía enojo.
- Buenos días Sunshine, hija mía, también me da gusto verte - dijo con fingido dolor provocando más risas e inclinándose a recibir un cálido abrazo de su bebé.

Arin ya no podía ocultar su alegría - ¿Son panqueques mami? - pregunto aún dando saltitos efusivos. Ambas adultas se miraron sonrientes a sabiendas de que cuando Arin viera lo que iba a desayunar probablemente explotaría de la emoción.

- Así es cariño, son panqueques - respondió Dahyun sacudiendo la harina que aún tenía en el rostro seguida de Sana - Pero son panqueques especiales -
La pequeña no lograba ver lo que se estaba cocinando, pero cuando la señorita Sana tomo con la espátula lo que estaba en la sartén y lo puso sobre el plato que ahora su mami llevaba a la mesa supo que debía acercarse a averiguarlo.

Eran panqueques en forma de dinosaurio con moras como ojos. Arin casi llora, por la emoción y porque eran tan lindos que no quería comerlos.
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Solo minutos después de enviar el mensaje recibió respuesta por parte de la Japonesa.

"Nunca es demasiado tarde Dubu, dime a qué hora llegar y ahí estaré"

Había permanecido despierta toda la noche, desde las 5 de la mañana había estado en un conflicto interno, no sabía porque estaba tan ansiosa ni porque pensó mil veces en que debía ponerse si solo iban a desayunar.

7 en punto, justo como Dahyun le había indicado a Sana.

- ¿No... Crees que es algo temprano aún? - fue lo primero que la rubia dijo cuando la propietaria de la casa abrió la puerta, y si, tenía razón, el sol apenas comenzaba a ascender por el horizonte.
- Usualmente despierto a Arin a las 7:30, pero tengo que hacer el desayuno antes, así me da tiempo de darle un baño, vestirla, preparar su mochila y llegar a las 9 a su escuela -

Sana asintió con la cabeza lentamente, Dahyun relajo un poco sus nervios irracionales, pero ahora solo estaban una frente a la otra, era un tanto incómodo. Hacia un poco de frío y ninguna decía nada.
- ¿Puedo pasar? - Sana decidió hablar.

- Oh! Claro... lo siento, por favor pasa -
Una vez dentro del hogar la incomodidad se esfumó por completo. - Hola -
Dahyun sonrió y dejo espaciar una risita - Hola -.

Tal vez, las cosas no estaban mal.
Tal vez este sería un buen momento para hablar, de confesar y de aclarar las cosas.
Tal vez.

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Perdón por desaparecer jsjs, no había inspiración, tuve mucho trabajo y apenas me daba tiempo de pensar en seguir mis historias, pero ya regresé :')

No desayunaron chilaquiles, o huevito con mashaca, pero... Todos amamos los panqueques o no? xd

La amiga de mami  [SAIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora