011. Capítulo once

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Habían pasado algunos meses desde entonces, pero eso no impedía que BaekHyun recordara perfectamente lo que había sentido al enterarse de que ChanYeol estaba en su clase de composición avanzada, y es que verlo atravesar la puerta del salón había desatado más de una sensación en su pecho, partiendo por el fastidio que le causó la sonrisa que el mayor le daba a cada persona que lo saludaba.

BaekHyun apenas lo miró de pies a cabeza, como reprochándole que estuviera ahí, y ChanYeol lo aceptó con la misma sonrisa cordial que le daba al resto, sentándose a escasos metros de él, tal vez dos, y es que JongIn era lo único que impedía que estuvieran uno junto al otro, con esa mirada seria que no dirigía a ninguno de los dos, pero que les advertía que no aceptaría ninguna discusión mientras estuvieran junto a él.

El problema se dio cuando su amigo no llegó a clases, sabrá Dios por qué, y es que a ChanYeol no se le ocurrió nada más divertido que tomar la silla de Kim cuando la hora acabó –pues ambos pensaron que llegaría en algún momento, y es que el castaño destacaba por su responsabilidad–, observando a BaekHyun como si esperara algo de él, quizás un saludo, mas solo consiguió un suspiro de cansancio y una mirada que lo intimidó bastante, aunque no lo suficiente para que tomara distancia.

—¿Cuándo dejarás de molestarme? —preguntó a secas, casi en un murmullo, tensando la mandíbula lo suficiente para que ChanYeol entendiera que no estaba de ánimos para rodeos.

Tal vez por eso fue tan directo, ¿no?

—Cuando aceptes tener una cita conmigo —dijo sin más, apenas sonriendo, viéndolo con tanta seriedad que BaekHyun en seguida comprendió que no jugaba, ni siquiera un poco, y no sabía si eso lo asustaba o lo hacía enojar, o lo ponía nervioso, o quizás solo lo incomodaba.

Como fuera, simplemente no le gustaba la sensación.

—¿Por qué lo dices como si alguna vez me lo hubieras pedido? —cuestionó de regreso, alzando una ceja casi tan rápido como cruzó sus brazos, importándole poco que el salón estuviera desocupándose.

—Te lo estoy pidiendo ahora, ¿no? —soltó como si fuera lo más obvio del mundo, aunque sin sonar sarcástico, intentando con todas sus fuerzas que la seriedad de su propuesta no se perdiera con ninguna estupidez.

—Ya te dije que…

—No voy a romper tu corazón, BaekHyun —cortó en seguida, tan convencido como siempre, luchando por no acariciar la mejilla del chico que ya estaba evadiendo su mirada, guardando su libreta en el bolso que parecía la excusa perfecta para evitarlo.

—Tu cara de fukboing dice todo lo contrario —murmuró con ese tono burlón que jamás dejaba, soltando una suave carcajada que ChanYeol sabía que era falsa, y siempre lo era cuando se trataba de él.

—¿Por qué es tan difícil que confíes en mí? —indagó con molestia, soltando un suspiro que en serio llamó la atención del menor, pues cargaba cierta… ¿decepción? ¿Acaso estaba decepcionado de su respuesta?

—Es difícil que confíe en cualquier persona, Park. No te lleves todos los créditos —intentó suavizar su voz, y sus facciones, o su tacto, y es que incluso tocó el hombro del mayor, dejando leve palmaditas que quería creer que no significaban nada, incluso si ambos sonrieron en el momento.

—Déjame mostrarte que soy distinto al resto —pidió con la mirada más expresiva que BaekHyun había visto, sus ojitos brillando con algo parecido a la esperanza, o al cariño, como si en serio le rogaran por una simple oportunidad que, incluso si insistía, el menor ya sabía que no le daría.

—¿Porque hablas de que tu pene es más grande que tu ego o porque quieres meter tu lengua en mi boca? —soltó con sorna, aunque sin sonar agresivo, como si su broma fuera parte de las charlas que tenía con sus amigos, tan casual y natural que ChanYeol sonrió, bajando la mirada.

—Porque me gustas —corrigió entonces, sin ser capaz de verlo, mordiendo su labio inferior como si fuera un niño que acaba de confesar su más grande secreto, cuando lo cierto era que todos sus amigos sabían que llevaba siglos enamorado de Byun BaekHyun, el chico que no perdía oportunidad de rechazarlo.

¿Su silencio significaba que había llegado ese momento?

—Muy dulce —sonrió con cierto nerviosismo, poniéndose de pies antes de que su corazón se ablandara, ya que las mejillas del mayor ya estaban tomando cierto tono rojizo, haciéndolo lucir tan vulnerable que en serio tenía ganas de llorar—. Lástima que necesitas más que eso para impresionarme.

Y sabía que no era cierto, ambos lo sabían, pero eso no evitó que destrozara el corazón de ChanYeol una vez más, huyendo del lugar como si no tuviera otra alternativa, y quizás no la tenía.

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora