020. Capítulo veinte

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—¿Qué te hizo YiXing?

No estaba siendo agresivo al preguntar, pero sí directo, demasiado directo, y BaekHyun no supo cómo reaccionar cuando encontró cierta ira en los ojos de ChanYeol, cierta rabia, esa chispa de una llama que estaba a punto de encenderse, a punto de estallar, a punto de incendiar todo lo que se cruzara por su camino.

Jamás lo había visto tan enojado.

—¿Ese imbécil te lastimó?

No podía responder, no sabía qué decir, qué hacer, y es que ChanYeol lo intimidaba excesivamente cuando lo miraba desde arriba, importándole poco que hubiera huido a la sombra de un árbol justamente para pensar, para estar solo, para poder ordenar el desastre que tenía en su cabeza.

De pronto no sabía ni quién era YiXing, incluso si su pecho dolía cada vez que oía su nombre.

—¿Crees que seré igual que él? ¿Crees que voy a romper tu corazón?

No, BaekHyun jamás había creído eso, ni por un segundo, incluso si sus amigos seguían pensando que tenía miedo de volver a enamorarse, de volver a ser feliz, de volver a entregar su corazón sin pensar en las consecuencias. Él no tenía miedo de ChanYeol, incluso si el chico parecía al borde de un colapso.

—Eso no te importa —escupió simplemente, ignorando el nudo que no había tardado en formarse en su garganta.

—¿Por qué no me importaría? —preguntó con cierta frustración, aunque dulzura, inclinándose lo suficiente para quedar a su altura y acariciar su mejilla, intentando apaciguar el dolor de ambos—. Ya sabes que me gustas, demasiado, y un exnovio…

—Tú no me gustas —negó entonces, poniéndose de pie, intentando lucir fuerte incluso si estaba al borde del llanto.

Sus ojos brillaban con tristeza, su voz temblaba un poco y se sentía lo suficientemente pequeño como para querer huir de ahí, como para querer refugiarse en los brazos de JunMyeon, en los brazos de JongIn, e incluso en los del dulce SeHun que jamás se negaba a mimarlo. Quería un abrazo de cualquiera, excepto de ChanYeol.

—¿Seguro?

Pero el mayor fue tan rápido que ni siquiera se dio cuenta de cómo terminó siendo acorralado, su espalda a centímetros del árbol y su cabeza inclinándose lo suficiente para no tocar el rostro que lo veía desde cerca, con esa respiración que lo acariciaba, pero que también lo hacía temblar, recordando todas esas escenas que se prometió enterrar para siempre.

Tragó saliva con miedo, cerrando los ojos por simple instinto.

—No quiero hacerte daño, no quiero que te sientas débil junto a mí, y tampoco quiero que pienses que soy un animal que simplemente quiere llevarte a la cama, que solo busco sexo, porque en serio me gustas, y en serio estoy dispuesto a luchar porque me aceptes; pero tú sigues luchando en contra de mí. ¿Acaso eres consciente de que estoy luchando constantemente por no besarte?

Los brazos de ChanYeol jamás habían estado a los costados de su rostro, incluso si lo había imaginado así, sino que reposaban en sus mejillas, acariciándolas, siendo tan suaves y temerosas que se sintió incluso más débil que antes, una lágrima escapándosele, y luego otra, mojando la mano ajena en apenas unos segundos, demostrándole que había tantas sensaciones en su pecho.

Sensaciones que no sabía cómo combatir, incluso si quería hacerlo.

—¿Puedo irme?

Intentó sonar firme, incluso si estaba llorando, e incluso si no estaba seguro de su pregunta, si no quería marcharse, si lo único que deseaba era que ChanYeol mismo fuera quien lo abrazara, quien le dijera que todo iba a estar bien, que lograrían superar eso y mucho más, que serían felices juntos, que habían nacido para ser novios y que no había forma de evitarlo, incluso si él seguía luchando por lograrlo.

Necesitaba oír alguna de esas todas cosas, solo una.

—Siempre te vas, ¿no? —murmuró con tanta decepción como tristeza, retrocediendo un simple paso, tan solo uno, ya sabía que BaekHyun se sentía encerrado incluso si ni siquiera lo tenía retenido con sus brazos, ni con su mirada, ni mucho menos con sus palabras—. ¿Acaso sería diferente si vuelves a hacerlo?

—No quiero seguir así —susurró a duras penas, sus ojos aún cerrados.

—No, yo no quiero seguir así —Su voz sonaba suave incluso si había cierta molestia en su tono, cierta frustración, cierta decepción de volver a la misma situación de siempre. Era como si de pronto sintiera el peso de los últimos tres años caerle encima, todos sus intentos fallidos—. Es hora de que tú vengas por mí.

Y ni siquiera esperó que BaekHyun abriera los ojos para irse, sabía que le bastaba una simple mirada del menor para arrepentirse de cada uno de sus actos, y sus palabras eran firmes, su decisión ya estaba tomada: ya no lo buscaría, ya no iría detrás de él, ya no sería el enamorado empedernido que siempre había sido.

Después de todo, era justo que los papeles se invirtieran en algún momento.

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora