012. Capítulo doce

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Suspiros, quejidos, gruñidos y otro poco de suspiros, eso fue lo único que YiFan pudo escuchar una vez que volvió a casa de los Byun, y ni siquiera tuvo que corroborar que venían del cuarto de BaekHyun, pues la reunión con sus amigos había terminado precisamente por culpa del dúo que seguía peleándose, JongIn casi lo había golpeado para que fuera a consolar –o a aconsejar, cual fuera el caso– al pelinegro que solo veía el techo de su habitación mientras soltaba cada ruidito que pasaba por su mente.

«Vaya mierda» pensó para sí mismo, recordándose que nunca iría a casa de JunMyeon si la parejita estaba en modo discusión, apenas había empezado a disfrutar de su soju cuando ya lo habían mandado de vuelta a casa, encomendándole aquella misión –prácticamente imposible– que ninguno de sus amigos se atrevía a enfrentar.

Hacer que BaekHyun aceptara a ChanYeol siempre había sido el objetivo del grupo, pero el menor seguía negándose a ayudarlos.

«Vaya mierda».

—ChanYeol tampoco fue a casa de JunMyeon —comenzó con suavidad, sentándose junto al muchacho que, de no ser por los suspiros que soltaba, realmente habría creído muerto—. SeHun dice que hoy se pelearon, y JongIn…

—¿Acaso no se aburren de meterse en el mismo enredo de siempre? —soltó con molestia, rodando los ojos una vez que YiFan se recostó a su lado, rodeándolo por la cintura.

—Sabes que lo hacemos porque ambos nos importan demasiado —sonrió sus palabras, dejando una caricia en el costado de su menor—. Además, ChanYeol habla en serio cuando dice que…

—¿Los chicos así hablan en serio? —cortó en seguida, odiando el regaloneo de YiFan, casi con la misma intensidad con que lo agradecía. A veces no lo entendía en su mente, pues el cariño de YiFan le venía excelente en momentos como ese, cuando solo quería mandar todo a la mierda y largarse a llorar.

—Los chicos así —repitió en medio de una carcajada suave, negando con su cabeza al mismo tiempo en que veía el techo que tanto llamaba la atención de BaekHyun, sin encontrar algo que realmente lo incitara a olvidar la situación—. Te das cuenta de que tú también luces como esa clase de chicos, ¿no?

—No me compares con…

—También hablas de chupar penes cuando nadie ha sacado el tema, y tú ropa es mucho más oscura que la de ChanYeol —suspiró al terminar, odiando que el menor fuera tan testarudo cuando ya ni siquiera le quedaban argumentos para rechazar al mayor—. Ahora tienes una mirada seria, un rostro inexpresivo y apenas dejas que la gente se te acerque. Si me preguntas, incluso das más miedo que él.

—Pues ahí está el problema, YiFan —prácticamente escupió sus palabras, removiéndose entre los fuertes brazos de su amigo, de pronto solo quería estar solo—. Yo no te pregunté.

—Sabes que Yeol no es como YiXing, ¿cierto?

Un nombre, bastaba un jodido nombre para que BaekHyun por fin lo viera a los ojos, volteando el rostro lo suficiente para que sus miradas se toparan y pudiera entender lo destruido que estaba en ese momento, tan herido que las lágrimas estaban a nada de caer y sus labios ya temblaban un poco, incluso si intentaba ocultarlo. El menor no tardó en esconder sus verdaderos sentimientos, viéndolo con tanto enojo que su piel en serio se erizó.

—Él era un imbécil.

Lo era, claro que lo era, pero YiFan jamás pensó que su fantasma seguía presente.

—Un imbécil que destruyó las hermosas expectativas que tenías sobre el amor, y un idiota que se robó toda esa alegría que solías tener —sonó suave nuevamente, alzando su mano lo suficiente para acariciar la mejilla del pelinegro, limpiando el par de lágrimas que habían caído aún sin la autorización de BaekHyun.

—No me interesa recordarlo.

—Solo digo que ChanYeol no es como él —volvió a sonreír, dejando un casto beso en la frente del menor—. Ninguno de nosotros sería su amigo si se pareciera al imbécil que destruyó tu corazón.

—¿Crees que no sé que es una gran persona? —soltó con dificultad, volviendo a evadir su mirada—. El imbécil no podría ser más perfecto, casi sacado de una novela, pero me importa una mierda que sea el novio que todos desean.

—¿Tú…?

—¿Es tan difícil entender que no me gusta y ya? —preguntó con molestia, soltando un nuevo suspiro.

—Es que no puedo creerte, lo siento.

—¿Acaso me ves babeando por él como todas esas personas que lo siguen a diario? —casi parecía ofendido, como si el castaño estuviera atacándolo cuando sus dedos seguían paseándose por su brazo, intentando darle todo el apoyo que necesitaba.

—No hace falta que suspires cada vez que pasa para que te guste —dejó una última caricia antes de ponerse de pies, dándole una mirada que definitivamente rechazaba las contradicciones, incluso si no era severa—. No pienses que te estoy forzando a aceptarlo, ¿sí? Solo quiero que te lo cuestiones un poco más.

—No hay nada que cuestionarse —aseveró con firmeza, girando su propio cuerpo para darle la espalda al mayor, casi como si fuera un niño en mitad de un berrinche.

—Te quiero, pequeño —carcajeó suavemente antes de despeinarlo un poco, dejando un cariñoso apretón en el único hombro que podía—. Descansa, ¿sí? Y deja de ser tan malo con ChanYeol.

Y entonces BaekHyun lanzó el último suspiro de la noche, al menos frente a YiFan, acurrucándose entre sus propios brazos para maldecir una y otra vez en voz baja.

In your mouth | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora