3. D A L A S

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-Quizás... Quizás si dibujo ese símbolo, el de la comunidad de las shifters pueda volver.
Comencé rápidamente a dibujar cada detalle que podía recordar.
-¿Que estás haciendo?
-Guarda silencio, me desconcentras.
-Calla, tu vida está en mis manos, mi padre podría colgar tu cabeza en la pared.
-Lo se, leí los libros.
-¿Que?
Parece que tendré que hacer un vídeo contando esto... Si es que logro volver a casa. A ver por lo que recuerdo es imposible que me quede atrapado en esta realidad ya que no pertenezco aqui. -Entonces solo debe esperar-.
-Pareces asustado- su voz me saco de mis pensamientos.
-No lo estoy, puedo regresar a mi hogar, solo debe pasar cierto tiempo. Me quedaré aquí hasta que eso pase.
-¿Que te hace pensar que voy a ayudarte?
-No lo se, pero lo has hecho hasta ahora, ¿No?

D R A C O
Es cierto, lo había estado ayudando durante este tiempo. Pero ¿Porque?
Voltee los ojos un tanto enfadado. -Quédate aquí el tiempo que necesites, nadie encontrara este lugar, es seguro. Te traeré comida y pasaré por las tardes a ver cómo estás, y si sigues aquí.
-Bien.
-Pero a cambio me vas a explicar todo acerca de tu realidad. Y vamos a averiguar qué es lo que pasa.
-Si. Lo haré.
Sonreí. ¿Le sonreí?
¿Que estaba pasando conmigo?
Estaba experimentando tantas emociones al mismo tiempo. No sabía quién era el, pero lo que tenía claro era que quería tenerlo a mi lado. Quería saber todo de el.
-Debo volver a mi casa. Pasaré por la mañana y te traeré algo de comer, espero y no mueras de hambre antes- salí de la cabaña y me dirigí hacia los dormitorios.
Me encontraba acostado mirando al techo, todos mis compañeros ya habían podido dormir. Pero yo tenía muchas dudas. Apenas y pude dormir un par de horas, no podía sacar de mi mente al joven de ojos cafés y cabello teñido de gris.
Espere que ansias que llegara la mañana, y así fue, apenas salió el sol me apresure a vestirme y salí de mi habitación antes de que el resto pudiera preguntarme algo.
Tome algunas empanadas de calabazas y salí hacia el escondite, no sin antes de asegurarme de que nadie me fuera a seguir.
Al llegar toque la puerta varias veces pero nadie respondía.
-Espero que sigas aquí-. Dije es voz baja, Abrí lentamente la puerta, sentía mi corazón latir aceleradamente.
Me sentí aliviado cuando lo ví. Se encontraba sentado junto a un cuadro, se había quedado dormido pues tenía la cabeza apoyada sobre la mesa.
Cuando me acerque para despertarlo pude apreciar su rostro de cerca. Era más lindo que cualquier persona que hubiera visto antes.
Intente acercarme más pero entonces abrío los ojos.

D A L A S
Abrí los ojos lentamente y lo primero que ví fue a el, Draco estaba junto a mi, más cerco de lo que me gustaría.
-¿Que estás haciendo?
-Nada, solo te traje unas empanadas de calabaza. No te dejare morir de hambre, porque quiero saber todo su realidad claro, no por otra cosa. Cómo sea come algo, tengo que ir a clases.
Volveré más tarde.

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