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Podía sentir el frío metal del arma apoyada en mi mejilla, su respiración chocaba abruptamente contra mi cuello mientras mis ojos seguían cubiertos por una venda, la cual sentía su humedad debido a mis lágrimas.

— Voy a preguntártelo una vez más — su voz era cada vez más brusca. — ¿Eres mía, angelito? — su tono solo me producía asco.

— No — a pesar de que mi voz era un susurro casi inaudible además del miedo que trasmitía, seguía siendo firme.

Sentí que se alejaba mientras soltaba una risa totalmente agria y falsa.

Oí el arma ser disparada y segundos después un dolor sin igual se extendía por mi abdomen, sentía la bala dentro mío y la sangre escurrirse haciéndome sentir toda la camiseta húmeda y cálida, ningún sonido salía de mis labios, era tanto el dolor que no lo resistía.

— Jamás seré tuya — solté como un siseo en un último esfuerzo por parte de mis cuerdas vocales.

— Serás mía o no serás, angelito — fue lo último que pude escuchar junto a un suave tacto sobre mi rostro.























RKIXA.

Efecto Dominó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora