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4:50 a.m. 

Desde la discusión son Zain no lo he vuelto a ver, simplemente se fue a su trabajo y yo decidí descansar en mi habitación, he intentado dormir en todo lo que va de la noche pero no logro conciliar el sueño, aún estoy muy sensible. Comencé a dar vueltas en la cama hasta que quedé de frente a Axael, él aún seguía en casa, al sentir mis movimientos entre abrió sus ojos.

— ¿Aún estás dando vueltas en la cama? — su tono era bajo y ronco, se notaba el hecho de que estaba durmiendo.

— Si, no puedo dejar de pensar en Zain y nuestra discusión — mi tono también era bajo, pero en cuanto las palabras salían por mis labios, mis ojos se inundaban en lagrimas.

— Deja de pensar en eso, angelito, sabes que lo que dijo fue solo porque estaba enojado, ven — su brazo paso por encima de mi y me abrazó en contra de su pecho. — Zain jamás te odiaría, eres la luz de sus ojos —.

— Cuando alguien está enojado es cuando dice las mayores verdades, y él aún me odia por el accidente de nuestros padres, si tan solo hubieran llegado más tarde él no tendría que lidiar conmigo — simplemente dejé que las lagrimas descendieran.

— No digas esas cosas, tu hermano te ama como a nadie, y agradece todos los días de poder tenerte a su lado, además, si no hubieras sobrevivido, yo tampoco lo hubiera hecho, y si estamos aquí, es por algo, así que aleja esos pensamientos de tu mente — su mano acariciaba mis cabellos, su voz era tan suave como siempre.

Nos quedamos así hasta que amaneció, Axael retomó su sueño luego de nuestra pequeña charla, antes de irnos a dormir acordamos de que iríamos a trabajar al día siguiente. Según mi amigo me dijo, habló con Zain en la cena y este le dijo que llevaría las cartas y fotografías al laboratorio para que vean si no encontraban huellas, además de que serían tomadas como evidencia debido a los casos con los que se vinculaban.

Podía notar por mi ventana como el sol estaba saliendo y el cielo se iluminaba en algunos tonos rosas hasta terminar por tornarse celestes, tenía el presentimiento de que sería un día cansador y algo abrumador.

Mi alarma sonó sobre la mesita de luz, a los segundos la apagué y sentí como quien dormía a mi lado comenzó a removerse.

— ¿Qué día es? ¿Quién soy? ¿y por qué debo levantarme? — la voz de Axael sonó ahogada ya que cubría su cara con la almohada.

— Es un día como cualquier otro, eres Axael Rivers y debes levantarte para ir a trabajar y así poder vivir dignamente — respondí con una sonrisa mientras me sentaba en el borde de la cama y estiraba mi cuerpo.

— Gracias, si no me respondías no podría seguir viviendo — me arrojó la almohada y se paró tan rápido que observe como se mareaba y casi se cae de camino a la puerta.

— De nada, querido mío — sonreí y me paré saliendo de mi habitación.

Antes de ir al baño, el cual estaba ocupado por mi amigo, bajé las escaleras hasta la cocina, al ingresar vi a Zain de espaldas a la entrada de esta preparando su desayuno, ignoré su presencia y seguí mi camino para poder beber un poco de agua, enseguida notó mi presencia ahí y giró a verme, de reojo vi como su boca se abría y cerraba, como si quisiera decirme algo y no pudiera, o no supiera que.

Efecto Dominó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora