Entra Fabián a punta de balazos, mientras "entrena" a Olivia
FABIÁN: ¿No le gustó?
OLIVIA: No.
MARÍA: Señora, en la puerta hay un jovencito que insiste en hablar con usted.
OLIVIA: ¿Quién lo recibió?
MARÍA: Su pariente, el señor Tobías.
OLIVIA: Dios mío, qué vergüenza, Tobías no dice más que tonterías. Malvolio, vaya usted por favor. Si es enviado del conde le dice que estoy enferma o que salí o lo que sea pero que se vaya (sale Malvolio).(a Fabián) Bien mi querido guardia personal, ya te habrás dado cuenta cuán pasada de moda está tu metralleta. (Entra Toby)
OLIVIA: (a Toby) Primo, ¿quién es el que está a la puerta?
TOBY: Algo muy raro...¡¡Malditos los licores con leche!!(a Fabián) Fabián... ¿Qué se cuenta, compañero?
OLIVIA: ¿Cómo llegas tan temprano, ebrio y gritando?
TOBY: Shhhhh! Sobrinita querida, hay alguien esperando.
OLIVIA: Fabián, hazte cargo. Veremos si sirves de algo. (Salen. Entra Malvolio.)
MALVOLIO: Señora este jovencito insiste en verla.
OLIVIA: Dígale que no va a conseguir verme.
MALVOLIO: ¿Y usted qué cree que he hecho todo este rato? Es insufrible y le aseguro que en cualquier momento empieza a gritar.
OLIVIA: Malvolio... ¿Qué tipo de hombre es?
MALVOLIO: Amanerado y de malas maneras.
OLIVIA: ¿Cuántos años tiene? Su aspecto, ¿cómo es?
MALVOLIO: Para ser hombre le faltan años y para muchachito le sobran. Camina claramente entre dos aguas. Podríamos decir que todavía en sus labios le queda leche... De su madre claro.
OLIVIA: Que pase. María, escucharemos, una vez más, al embajador de Orsino.