ESCENA VII

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Entra Viola/Violo. 

VIOLA/VIOLO: ¿Quién es la honorable señora de esta casa? 

MARÍA: ¡Señorita!, y la boquita le queda donde mismo. 

OLIVIA: Hábleme a mí. Yo responderé por ella. ¿Qué quiere? 

VIOLA/VIOLO: Oh, la más radiante y exquisita. Oh, belleza incomparable. Oh... 

OLIVIA: Bien saltémonos la poesía... ¿De dónde vienes?  

VIOLA/VIOLO: Traigo el texto estudiado así es que, por favor, gentil señora. 

MARÍA: Señorita. 

VIOLA/VIOLO: Señorita... Dígame si es usted la señorita de esta casa para poder comenzar mis palabras. 

OLIVIA: ¿Orsino envió un actor? 

VIOLA/VIOLO: No. Sin embargo, juro que no soy lo que represento. ¿Es usted la señorita de esta casa? 

OLIVIA: Sí, lo soy. 

VIOLA/VIOLO: El mensaje que traigo atañe sólo a vuestros oídos. 

OLIVIA: ¿Tiene que ser en español antiguo? 

VIOLA/VIOLO: Vengo en son de paz... 

OLIVIA: No fue muy cortes su debut. 

VIOLA/VIOLO: Fui tan cortés como su bienvenida... 

OLIVIA: ¿Quién eres? ¿A qué has venido? 

VIOLA/VIOLO: En cuanto a quién soy y a qué vengo son cosas tan íntimas como lo es la virginidad: Cosas divinas para decir al oído y muy profanas para que las escuchen los demás. 

MARÍA: Ya entendimos (se va). 

OLIVIA: Puedo escuchar ahora esas cosas tan divina. Veamos, mi querido actor.... Comience a recitar. 

VIOLA/VIOLO: Oh, mí dulcísima señora... 

OLIVIA: La zalamería la dejamos fuera... Vamos a los contenidos. ¿Dónde está el argumento? 

VIOLA/VIOLO: En el corazón de Orsino. 

OLIVIA: ¿Ah sí? ¿En qué capítulo? 

VIOLA/VIOLO: En el primer capítulo de su pecho. 

OLIVIA: Me lo conozco de memoria. Algo más que añadir. 

VIOLA/VIOLO: Ya po' ¡Déjame mirarte! 

OLIVIA: Creo que se está excediendo en su papel, mi querido actor, pero está bien. Hagámoslo... Descorramos el telón para que puedas ver bien la escena.(se va encima de de Viola/Violo) ¿Algún cambio en la escenografía? ¿Alguna imperfección? 

VIOLA/VIOLO: Hecho por Dios. 

OLIVIA: Hecho para resistir al tiempo. 

VIOLA/VIOLO: Orgullosa, arrogante, y aunque fuera usted el mismísimo demonio, seguiría usted siendo bella. El conde la ama. Y un amor como ese debiera encontrar recompensa. 

OLIVIA: Háblame de su amor. 

VIOLA/VIOLO: Se consagra a usted con don de lágrimas, truena como un rayo enamorado... Y en sus suspiros descansa. 

OLIVIA: Tu jefe me conoce. Y sabe que no puedo amarle. Yo sé que es un hombre cabal, pero no puedo amarle. Y también que, desde mucho tiempo, conoce mi respuesta. 

VIOLA/VIOLO: Si yo fuera el señor Orsino y la amara a usted de la forma en que él la ama... 

OLIVIA: ¿Qué harías? 

VIOLA/VIOLO: Me estacaría en la entrada de esta casa y gritaría hasta que mi alma partiera la puerta en dos. Escribiría las más eróticas serenatas y te las cantaría en tu ventana en medio de la más oscura de las noches. Gritaría tu nombre a través de los cerros para que el eco no te dejara en paz y de esa forma no encuentres el descanso jamás. Le aseguro, señorita, que usted quedaría atrapada entre la tierra y el viento hasta que de mí se compadeciera. 

OLIVIA: (pausa muy larga. Olivia hierve) Corre donde tu jefe y déjale claro que yo no puedo amarle... y que no quiero ningún tipo de embajador que no seas tú. Corre y dime cuál es su reacción. Anda con Dios. Pero ¡ándate ya! Y por favor acepta estas monedas. Gracias. Gracias. Gracias. 

VIOLA/VIOLO: Guarde su dinero. Es el señor Orsino y no yo quien merece la recompensa. Adiós, belleza cruel (se va). 

OLIVIA: Cachorro insolente, qué digo, bestia insolente. Tu lengua, tu cara, tu boca... Calma Olivia, calma. Tan fulminante puede ser el hechizo. Siento como todas sus imperfecciones de medio hombre y medio niño se introducen en mí, sutiles e invisibles, deslizándose sobre mis ojos...Que sea. Dejémoslo ser.(llama) ¡Malvolio! ¡Malvolio! 

MALVOLIO: Aquí, señor. A su entero servicio. 

OLIVIA: Corre detrás de ese insolente mensajero y entrégale este anillo que dejó olvidado. Dile, además, que no quiero el anillo, dile, también que no le de esperanzas a Orsino porque no seré suya y si ese mensajero vuelve por estos lados, y encárgate que sea mañana mismo, yo sabré darle mis razones. Corre, Malvolio, corre. 

MALVOLIO: Corro, señora (corre). 

OLIVIA: No sé que estoy haciendo... ¿O si lo sé? Mucho temo que por mis ojos haya entrado demasiada alegría para mi mente en luto.(Ataca la música de la canción "Viaje tiempo atrás") 

Muestra tu poder destino.

 Porque del deseo no somos su dueño.

Sea como tú lo has decretado. Sea.

NOCHE DE REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora