02| Mi ancla

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Capítulo 02.

Portland-Oregón EE.UU/ Lunes, 12-08-2013.

Tengo un pequeño problema.

No sé dónde carajos se han escondido las gemelas, llevo 30 minutos buscándolas junto a Nate.

— ¿Dónde se han metido? —pregunto al borde de la exasperación.

2 niñas de 13 años no se pudieron ir muy lejos.

— Relájate Azul, ya no son tan pequeñas no hay muchos lugares donde se pudieron esconder. Solo debemos....

Se calla al ver que lo asesino con la mirada.

—Vale —suspira — ¿Dónde se pudieron haber metido?

— No sé tal vez de bajo de la cama, ¡Donde ya buscamos como 10 veces! —veo como suprime una sonrisa, ama verme cabreada. Soy su payasa, que linda amistad — Nate, si supiera donde demonios se han metido te juro que no estaría renegando ahorita mismo.

— Encima que te ayudo.... —murmura, lo miro con las cejas arribas.

—¿Dijiste algo?

— ehh,...no.

— Ajá —suspiro perdiendo la paciencia, bajo las escaleras y voy al cuarto de lavado donde está el megáfono.

La casa es tan grande que bueno, mamá es floja y usa un megáfono cuando quiere hablarnos a todos.

Lo enciendo y pienso a toda velocidad lo que voy a decir.

— ¡Muy bien, par de mocosas! ¡Si no salen ahora mismo y se van a bañar voy a tomar tu cuaderno Alessandra Samara y tu laptop América Samantha!

Apago el megáfono y se lo doy a Nate que me mira con sus ojos verdes brillosos de diversión, se supone que iríamos al cine, pero mamá me dijo que antes de irme verificara que las gemelas de ducharan, pero se escondieron y aquí estamos.

Amo a mis hermanos y hermanos, pero mucha paciencia no tengo y más cuando se meten en mi camino. Claro que son momentos, no sirve de mucho que este con la regla así que estoy muy tensa e incómoda.

Como supuse no pasan ni 5 minutos cuando las gemelas bajan, me sonríen como angelitos, les frunzo el ceño.

— A ducharse, saben que no tengo paciencia y apestan —exagero.

Ale suspira rendida, pienso que va a hacerme caso, pero se hecha a correr, miro a Mer con la mandíbula tensa, ella sabe que no le conviene correr.

— Ve por ella — le ladro a Nate que es más rápido que Ale y la atrapa, la carga poniéndola sobre su hombro.

Mi hermanita chilla y se retuerce, pero eso no le afecta en nada a Nate. Mer me mira con una sonrisita y ya sé lo que va a hacer.

Intentar convencerme.

— Debemos salvar al planeta A, está muriendo — hace un mohín triste retrocediendo — si lo piensas estamos en invierno y nadie va a sentir mi olor si apesto.

— ¡América! —no puedo evitar reír, logro atrapar su brazo.

Es difícil arrastrar a América arriba, pero al final entre risas las convenzo, me encanta pasar tiempo con ellas. Cuando están limpias y decentes las dejo en paz.

Voy a mi habitación y me encuentro a Nate de pie frente a mi pared de fotos. Está viendo una en específico: dónde Axel me está cargando como princesa mientras besa mi mejilla y yo tengo una sonrisa gigante. Ese día es uno de mis favoritos, todo en ese día fue perfecto.

Mi partida de Ajedrez (#01 Saga Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora