18| Noel Hall

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FELIZ NAVIDAD, nos vemos mañana con otro capítulo.

🤸🏻‍♀️

Capítulo 18.

|Nathaniel Hall|

Pongo mi frente sobre la de Azul, sonríe con los ojos cerrados, ha llorado demasiado, cuando escuché la inestabilidad en su voz no me resistí y vine corriendo, salí de casa en pijama y con la lluvia sobre mí, solo me puse mis tenis y tomé las llaves.

Vine corriendo y abrí la puerta del portón con cuidado de no hacer bulla, entré por la cocina igualmente sin hacer bulla, son las 3 am y si hacia ruido tal vez pensarían que venía a robar. Era lo que menos necesitaba.

—¿Qué haces aquí? —pregunta en un susurro, abre los ojos.

El mar azul es sus ojos me deja embobado como cada que la miro a los ojos, pero el rojo que los rodea me impide maravillarme tanto, sujeto su rostro y me maldigo porqué mi primer instinto es darle un beso en la boca, pero lo termino redirigiendo a su frente, suspira con ¿decepción? No, imposible.

—Vine corriendo apenas me dijiste de la pesadilla —sus ojos se vuelven brillosos, sonríe.

—Fue tan horrible, tengo tanto miedo de perderlos Nate —suspira y sus ojos vuelve a derramar lágrimas, limpio sus mejillas con mis manos.

—Azul, fue una pesadilla y jamás los vas a perder —intento tranquilizarla —ellos te aman, ellos y tu son uno, son el ancla de los otros y siempre va a ser así. Ustedes matan si a alguno le sucede algo, tranquila que nada les va a suceder a los locos.

—¿Promesa?

Sé que no debería prometerle algo así, pues yo no controlo la vida, pero si tengo la certeza de que, si le sucede algo a uno de los Miller, los demás van a sufrir, pero aprenderán a vivir con ello. No es alentaron, pero como dije yo no controlo la vida.

—Promesa —susurro siendo consciente de lo que acabo de prometer.

Asiente y me vuelve a abrazar con fuerza hundiendo su rostro en mi pecho, sonrío acariciando su cabello, el aroma floral que desprender es algo increíble, no me canso de su aroma, es algo que amo.

—Te vas a resfriar, Azul —digo intentando hacer que me suelta luego de pasar abrazados más de 20 minutos —tienes que cambiarte y yo irme.

—No, quédate —pide, rendida, se separa de mí.

Observo su camiseta de tirantes que como dije esta mojada.

—Vamos, hay que cambiarnos.

Me meto a su vestidor donde tengo ropa seca, un pijama, un jean y una camiseta porsiacaso, Azul igualmente tiene ropa en mi casa, cuando tengo una emergencia la llamo y me lleva un cambio de ropa.

Salgo y la veo de espaldas, no tiene puesta su camiseta, su cabello cae en una cascada castaña sobre su espalda desnuda, vi muchas veces aquellos lunares que tiene en la parte baja de su espalda cuando la veía usar bikini cuando teníamos 12 años, pero ahora es diferente, la veo diferente y no puedo evitar tener una reacción física.

Mierda, tengo que dejar de verla o se me va a parar completamente. Regreso al vestidor y me ordeno calmarme.

—Vamos Nate, la has visto en bikini incontablemente, incluso se bañaban juntos, si bueno teníamos 5 años, pero lo hacíamos —trago y me tranquilizo —recuerda que ella estaba llorando...eso amigo bájate —le habló a mi pene —no es momento, soldado.

Tomo grandes respiraciones y me sobresalto cuando Azul entra al vestido ya con una camisa.

—¿Duermes conmigo? —pregunta y asiento.

Mi partida de Ajedrez (#01 Saga Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora