- Pram hija necesito que me ayudes con las compras - Escuche decirlo de mi mamá
Deje de lado mi mochila que la llevaba alistando desde hace más de un mes, al enterarme que yo podría tener el privilegio de estudiar mi último año de la secundaria al lado de mis amigos.
Al bajar las escaleras vi a mi madre sonreír seguramente por el vestido blanco que llevaba, aquel que mi padre me dio el último mes que lo vi.
- Mami, ¿Por qué compraste tantas cosas? - le pregunté al verla con el chico del minimarket que me gustaba mucho.
Me arregle el pelo, sonreí al verlo y creí que era perfecto que lleve este vestido hoy. Lo salude y él me sonrió, me dio la caja que cargaba en sus brazos.
- Ten cuidado Pram no queremos que te lastimes - me dijo mirándome fijamente
- En eso tienes razón, hija sírvele un vaso de agua al muchacho, no queremos que se nos deshidrate - riendo a carcajadas y dejando una de las tantas cajas en el pequeño almacén que teníamos detrás, en la cochera.
No recordaba su nombre pero me salvó el membrete que tenía puesto en su camisa verde que lo hacía lucir tan varonil....Praaam... oí la voz de mi madre que me despertó e inmediatamente termine de servirle el agua y se lo dí.
- Hola nuevamente - sonreí - ten un poco de agua Nathaniel- mencione el nombre en un tono bajo, senti que el nombre le iba muy bien.
Salí del umbral de la puerta casi saltando hacia la cochera. Al ver a mi madre me dijo....
- No me digas que te gusta el chico de la tienda - en tono asombrada y curiosa por la respuesta me miró sin desviar la mirada sobre mi.
- No madre, solo me parece alguien que tiene porte y se ve masculino - Respondí inmediatamente observando sus ojos que me hacen recordar a mi abuela quien me educó todos estos años. No me había dado cuenta de que estaba sonriendo hasta que toque mis mejillas y note que me delataban.
Cerró la puerta y me llevó de regreso a despedir a Nathaniel.
Esa tarde al regresar a mi habitación recordé lo que había sucedido pero no comprendía porque estaba pensando en ello. Recordaba que hace unas semanas solo hablamos de tendencias, películas y juegos con mis amigas pero hoy fue diferente, no creía que ese día llegaría.
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Extrañas este paraíso?
Storie breviPensamientos inocuos y sin remordimiento a lo que venga, trabada en mis propias palabras que me retuercen al pensar que ya no podré seguir así, la sensibilidad y mi inocencia han terminado. Este escrito podría cambiarlo todo.