Félix pensó que Hyunjin no lo escucharía, que volvería a buscarlo, que aparecería en la Tierra pidiéndole para que se arrepintiera de su decisión de que no se podrían volver a ver.
Félix pensó que Hyunjin no se alejaría de él.
Pero el tiempo fue pasando....La Tierra, las personas y los propios demonios se fueron moldeando al tiempo que pasaba de modo incoherente, lento y rápido al mismo tiempo, pareciendo probar la mente del demonio de cabellos castaños para ver hasta cuando el aguantaría "vivir" de aquella manera.
Los primeros años sin la presencia constante de Hyunjin tras de sí se pasaron en la Tierra de modo que parecía ser cruel de tan lento. Las primeras veces en que la ausencia del ser divino era gigante, Félix pensaba que el ángel debía de estar ocupado, que era por eso que el no aparecía de nuevo para sí. Pero, cuando los años se fueron transformando en décadas y las décadas en siglos , Félix se hundió en un desespero silencioso.
El, de hecho, había hecho lo cierto al cortar cualquier relación que pudiese existir entre el, un demonio, y el ángel. Pero luego en el momento en que dijera aquellas palabras maliciosas, pero que cargaban la verdad, para el ángel, Félix volvió al infierno, y sintió como si aquello estuviese errado, como si el hecho de haber forzado a Hyunjin a alejarse de si fuese muy, muy incorrecto.
Félix dejó de contar los años.
El demonio iba hasta la Tierra e inconscientemente miraba hacia los lados, para el rostro de las personas por las cuales el pasaba al caminar en dirección a sus contratantes, buscando el rostro conocido, por la sonrisa que jamás salía de sus pensamientos.
La tierra había cambiado tanto que Félix no conseguía recordarse exactamente de los locales que visitaba mientras Hyunjin estaba a su lado, para contarle sobre algunos lugares del Paraíso o de como el encontraba a los humanos interesantes.
Félix dejó de contar los años. El no sabía que más de doscientos años habían pasado en el mundo humano desde la última vez en que había hablado con Hyunjin.
Nada, nada parecía mas divertido para el demonio que siempre fue sarcástico en sus frases y risueño al contar sus propias bromas para irritar a sus colegas Grimórios. El infierno parecía estar demasiado aburrido y hasta los mismos humanos parecían más irritantes y mezquinos de lo que eran en la época en que Hyunjin lo acompañaba en la Tierra.
Félix había visto algunos ángeles en el pasar del tiempo, pero éstos ángeles nunca eran Hyunjin. El demonio se arriesgaba al presentir una leve presencia divina cerca de los locales que visitaba en el mundo humano y se obligaba a aproximarse, esperando encontrarse a aquél que él mismo había mandado alejarse de su vista.
“Si te veo frente a mi de nuevo, nosotros no seremos nada más que enemigos.”
Fueron esas las palabras que Félix recordaba con clareza haber dicho a Hyunjin. Llegaba a ser estúpido el modo como el sabía, que el jamás podría, de hecho, considerar a Hyunjin un enemigo siendo que pasaron demasiado tiempo juntos, compartiendo experiencias y conversando sobre todo lo que pudiese ser conversado.
Era ridículo como la presencia del ángel calentaba su interior, siempre muy frío.
Félix sentía como si conociese al más alto hacía demasiado tiempo y que algo los unía de un modo doloroso. Haciendo que el demonio se martirizara en silencio por haber abandonado su relación prohibida con el ángel.La verdad era que cuando Félix estaba con Hyunjin, el no se sentía solitario, no se sentía vacío.
Pero el lo había alejado y – queriendo o no – necesitaba aprender a vivir sin la risa alta del ángel haciendo eco en sus oídos.
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(IM)puro [HyunLix-LixJin]
FanfictionFélix, un demonio que realiza pactos con humanos, fue enviado hasta la tierra para una nueva misión, con el objetivo de conquistar otra alma más para llevar al infierno. Lo que el no esperaba era que el Cielo interfiriese en su trabajo rutinario y u...