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Qué directa, sin rodeos... Me agrada eso de ti, admiradora. Entonces, veinte canciones y ya me has dedicado dos. Interesante letra por cierto, me ha gustado tu segunda recomendación.
Me causas curiosidad, quiero saber quién eres por mí mismo así que acepto tu trato; pero, a cambio, yo también te dedicaré algo, quizá no canciones pues no conozco la música, pero sí cosas, así podré tener pistas acerca de ti, mi admiradora.
Espero te gusten.
— Overhaul.
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[Apartamento de Koi, 22:00 hrs.]
—Hari... —Habló la pelinegra.
—Lo sé... —Complementó el albino.
Ambos se encontraban mirando fijamente el ramo de peonias, rosas y anturios sobre la mesa, sorprendidos. Por una parte, Hari creyó imposible que su amigo de la infancia cayera en algo tan infantil como las notas para enamorados, mientras que Koi sentía el alma salir de su cuerpo leyendo una y otra vez la nota.
Su plan estaba, aparentemente, funcionando.
—Creo que sabes que eres tú. —Burló el albino, haciendo que la pelinegra lo mirara ligeramente asustada— Digo, me entrega las notas a mí y hacerme cargar un ramo de flores pues, además de vergonzoso, es vistoso a la gente.
—¿No será más bien porque eres su mano derecha y te tiene confianza? —Cuestionó sarcástica, yendo a la cocina sirviéndose algo de agua, entregándole un vaso al albino.
—Me preguntó si te conocía, si sabía quien es su admiradora.
Kurono Hari, un experto en hacer sentir nerviosa a su mejor amiga cuando de Overhaul se trataba; Nara Koi, actualmente había escupido el agua.
[Unas horas antes]
Overhaul terminaba de escribir la respuesta de su nota el pequeño juego amoroso que le estaban ofreciendo mientras que en el sofá, Chronostasis terminaba de organizar el papeleo y Mimic contaba por enésima vez la cantidad de billetes en sus dedos.
—Chrono, tú tienes algún tipo de conexión con quien sea que esté entregándome estas notas. —Habló de repente el líder del Hassaikai, deteniendo a ambos presentes frente a él de lo que hacían.
—¿De qué hablas? —Preguntó el albino, incrédulo.
—Tú eres quien me ha entregado estas notas con canciones y le entregas mis respuestas, entonces debes conocer a mi admiradora. —Respondió el castaño mirando fijamente a su mano derecha.
—Puede ser, como puede no ser. Yo sólo las encuentro y como tienen tu nombre, las dejo en tu escritorio. —Contraatacó el albino, encogiéndose de hombros— ¿Estás desesperado en saber quién es? Porque siendo sincero, no tengo una puta idea, sólo soy el mensajero de su jueguito de amor. —Mintió, retomando su trabajo.
—¿Por qué no nos ordena encontrarla, jefe? —Intervino Mimic.
—Porque no es tu asunto, puta. Termina tu cuenta que quiero largarme. —Respondió el albino, haciendo que la pequeña criatura pusilánime se enfadara.
—¡¿A quién llamas puta, pedazo de mierda?!
—Ah, lo siento, no eres una puta.
—Eso, discúlpate ante el gran Mi-...
—Eres una pequeña putita. —Respondió, haciendo enfadar aún más a Mimic.
—¡¡VOY A PARTIRTE LA CARA A GOLPES, KURONO!!
[Actualmente]
Koi escuchaba la pequeña historia de su mejor amigo, le había salvado de la aguda observación de Kai y de la estupidez de Mimic; por lo que simplemente abrazó en agradecimiento al albino.
—Así que por eso te hizo hacer lo de las flores.
Hari asintió. Ambos voltearon al escuchar el toque de la puerta del apartamento de la pelinegra, era extraño, por lo que nunca recibía visitas que no fueran de su mejor amigo.
Se acercó a mirar por la perilla, viendo al joven castaño parado frente a la puerta; volteó a ver a Hari desesperada, dándole señales de esconder las flores. Hari igual de sorprendido tomó el ramo de flores llevándolo a la habitación de la pelinegra, por lo que ella aprovechó a abrir la puerta y asomar su cabeza, actuando con "naturalidad".
—¿Karasu? Qué sorpresa, nunca me visitas.
—Hey, Kumonryu. Kurono me dijo que querías ver películas, así que vine, como los viejos tiempos ¿No?
Dios te bendiga, Hari.
—Sí, como los viejos tiempos. Pensé que no vendrías.
—No me hará daño tener espacio libre, Kumonryu.
La pelinegra terminó de abrir la puerta permitiéndole el paso al castaño quien se encontró con el albino. Hari y Koi habían decidido las películas anteriores, por lo que Kai decidió alguna en Netflix, solamente quería compartir tiempo con quienes creció bajo el manto del viejo Pops después de años, terminando los tres dormidos en el sofá luego de largas horas de series y películas.
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¡Alola! Buenas noches, que descansen bonito. Muchas gracias por el apoyo que le dan a Music.✨
Si nadie se los ha dicho: Son valientes desde el momento en que se levantan de cama, ¡Son realmente fuertes! ❤️
