uno

1.8K 160 0
                                    

Si había algo que Renjun detestaba, era el sonido de la alarma de su teléfono; siempre sonando en el mejor momento de sus sueños.

Aquel día no era diferente, el insoportable sonido de la alarma empezó a sonar exactamente a las seis con treinta minutos de la mañana, como siempre cortando un maravilloso sueño, aunque este era distinto a los que había tenido los últimos días; estaba él cenando junto a sus padres, nada especial, sólo teniendo una pequeña celebración por su cumpleaños.

Suspiró tras apagar la insistente alarma.

Extrañaba a sus padres, había sido un largo tiempo desde que había podido verlos; se sentía pequeño, pero no podía negar lo mucho que deseaba poder pasar su cumpleaños con ellos, y es que desde que había empezado la universidad, había sido imposible poder visitar China, y sus padres tampoco tenían mucho dinero como para venir a Corea en esas fechas cuando el trabajo tenía sus puntos más altos.

Se levantó, dejando su sueño atrás, no era como si ese año fuera a ser diferente.

Puso agua a hervidor, yendo a darse una ducha mientras tanto. Tras vestirse, preparó dos vasos térmicos, haciendo su sabor de té favorito, y un amargo café como el que le gustaba a su amigo. Una vez listo, tomó su mochila junto con los dos vasos, y salió del departamento, como siempre, encontrándose con Jaemin en la puerta del edificio.

— Estás siendo más puntual de lo usual, ¿Qué te sucede? — Se burló una vez le entregó el vaso.

— Johnny se pone a golpear mi puerta hasta que me levanto, lo hace desde que supo que te dejé esperando casi una hora. — Respondió con una expresión cansada.

— Ah... Johnny me agrada mucho. — Sonrió, empujando a Jaemin cuando este rodó sus ojos. — ¿Qué harás hoy?

— No lo sé, supongo que sólo iré a casa a descansar después de que mis clases terminen, ¿Qué harás tú?

— No lo sé, no quiero volver a casa directamente... — Suspiró, bebiendo de su té. — Tal vez vaya al río Han, o algo así.

— ¿Por qué no quieres ir a casa? ¿Pasó algo? — Preguntó haciendo notorio su tono de preocupación.

— No, nada... en lo absoluto. — Sonrió para tranquilizar al menor. — Está todo bien, sólo quiero dar un paseo.

— Puedo acompañarte si quieres. — Ofreció.

— Dijiste que querías descansar. — Negó con su cabeza. — Está bien, puedo ir solo.

— Pero quiero acompañarte, también puedo descansar estando contigo. — Lo miró con una sonrisa, sonriendo aún más cuando vio al menor responder su sonrisa algo tímido.

— Pasaré por ti entonces, no hay mucha diferencia entre nuestras clases. — Apartó su mirada, siguiendo su camino en silencio.

Sentía su corazón contento ante palabras y acciones tan sencillas como esas, lo que también lo hacía sentirse estúpido, pues no era nada nuevo esa actitud de Jaemin hacia él, no debía pensar tanto en ellas, pero no podía evitar hacerlo.

Él y Jaemin habían terminado su relación hace casi un año, lo que no había sido fácil para el mayor en ningún momento; quiso odiar al menor por terminar la relación, pero no podía hacerlo, Jaemin nunca lo había lastimado, y siempre fue sincero con él hasta el día en que la relación acabó. Fue difícil para él las primeras semanas tener que verlo y fingir que no quería abrazarlo y besarlo como usualmente hacía; fingir que estaban bien siendo amigos.

Aunque ciertamente eso jamás estuvo bien para Renjun, no era lo que quería a fin de cuentas, y seguía sin ser fácil para él toda esta situación, pues, a pesar de haber terminado la relación, el menor seguía cuidando de él, dejando caricias sutiles por ahí y por allá de vez en cuando, sonriéndole de aquella manera en la que Jaemin sabía que lo enloquecía. Y no sabía qué pensar de eso, ¿Qué era lo que pasaba realmente por la mente del menor? Quiso pensar que sólo era su sentimiento de culpa tratando de complacerlo al haberlo dejado, pero habían pasado cerca de diez meses y el pelinegro seguía actuando de la misma manera con él.

Quería entender su relación, pero tampoco quería perder aquello que tenían, temía que sólo fueran ideas suyas, y que realmente Jaemin ya no sintiera absolutamente nada por él.

ex; renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora