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Renjun no quería pensar en la actitud de Jaemin, pero no lo entendía tampoco, y quería saber qué demonios pasaba por la cabeza del menor para decir tantas cosas ridículas, ¿Acaso estaba celoso? Aunque eso tampoco tenía mucho sentido en su mente.

Sacudió su cabeza una vez más, empezando a leer otra vez la página del libro que tenía en sus manos, sin embargo, no llegó a leer un párrafo entero cuando tocaron la puerta de la habitación.

— Injunie... — Escuchó la voz del menor del otro lado, haciéndolo rodar sus ojos. — Jun, ¿puedo pasar?

— ¿Qué quieres? — Alzó su voz para que lo escuchara, continuando con su lectura.

— Esto... ¿No me vas a dejar entrar? Es incómodo hablar así.

— Para mi es incómodo hablar contigo ahora, ¿Qué quieres? — Repitió, sintiéndose culpable al ser tan duro con sus palabras.

— ¿Por qué estás tan molesto? Sé que actúe mal, pero... ¿Significo una molestia tan grande para ti ahora? — Su tono de voz había bajado, sonando triste para Renjun.

— ¿Qué quieres? — Repitió una vez más luego de abrir la puerta. — No me mires así, Jaemin-ah, ni siquiera intentes hacerme sentir culpable cuando tú fuiste el idiota aquí.

— Lo siento. — Se lanzó contra el mayor, rodeándolo con sus brazos aunque el contrario se resistiera. — Sé que Minho es bueno, pero estoy celoso, ¿De acuerdo? No es justo que te diga esto cuando estás tan molesto conmigo, pero yo... Jun, yo quiero... — Estuvo a punto de decir aquellas palabras, pero se detuvo, suspirando antes de alejarse. — Está bien si tú quieres buscar a alguien más que te haga sentir bien, y tienes razón, debería sentirme feliz por ti, yo sólo quiero que sepas que esto no de trata de un ex creyendo que no puedes... complacerte con alguien más que no sea él. — Miraba sus manos, sin poder ser capaz de mirar al mayor. — Minho hyung si me agrada, éramos amigos también cuando vivía aquí, sólo hizo algo que me molestó, no es justo que actuara así sólo por eso.

— Me cuesta entender lo que estás tratando de decir, pero me gusta escucharte decir que sabes lo que hiciste mal. — Sonrió levemente. — ¿Podrías dejar de hablar entre líneas ahora y explicar lo que quieres decir? — Se cruzó de brazos.

— No creo que sea el momento... — Negó con su cabeza. — ¿Aún estás molesto?  — Miró al mayor, quien de quedó en silencio unos segundos antes de negar con su cabeza. — ¿Y continuaremos con los planes del fin de semana? — Preguntó con una sonrisa, contagiando al contrario, quien asintió. — Bien... — Asintió también. — Descansa un poco, podemos salir más tarde. — Señaló el interior de la habitación, empezando a dar pasos lejos de esta misma.  — Iré a mi habitación, te... busco después. — Rascó su cabeza, sin saber qué más decir al recibir sólo gestos en respuesta del mayor.

Se giró completamente después de recibir el último asentimiento de Renjun, yendo hasta su habitación con un sentimiento de alivio, no había salido mal después de todo.

Se lanzó en su cama, sin molestarse en cerrar la puerta de su habitación, sacando su teléfono, para buscar algo con qué entretenerse, pues no tenía sueño realmente, y no sabía qué otra cosa hacer.

Aunque había encontrado algo entretenido en lo qué concentrarse, su vista fue inmediatamente a la puerta cuando vio una silueta entrar por ella, perdiendo la partida de su juego al quedarse mirando a su amigo, quien no dijo nada hasta sentarse junto a él con el libro que había estado leyendo antes.

— Es aburrido estar sólo. — Se limitó a decir, abriendo su libro para seguir leyendo. — ¿Qué? — Dijo al sentir la insistente mirada del menor.

ex; renminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora