El Hijo De All For One

El hospital

Había llegado al hospital, trate de caminar por mi cuenta pero Machia se adelantó y me coloco detrás suyo, con Silver detrás mío en una posición perfecta para protegerme en caso de que algo saliera mal, pude ver a varios científicos y médicos salir del "Hospital", un recinto construido varios metros bajo tierra debajo de varios almacenes gigantes de una de las empresas de mi padre, la tensión se podía sentir a kilómetros, los médicos miraban con preocupación a Machia, después de unos minutos llegamos a una habitación separada de las demás.

Machia abrió la puerta y se quito del paso asintió con la cabeza indicándome que entrara, la habitación tenía las luces apagadas sin embargo las luces parpadeantes de varias máquinas alumbraban un poco la habitación, en el centro se encontraba una cama con un hombre acostado, pude sentir mis lágrimas salir de mis ojos cuando ví el rostro del hombre, su cabello había desaparecido y la mitad de su rostro estaba desfigurado, varios tubos colgaban de sus brazos y cuello, estaba congelado, era imposible que mi padre estuviera en esas condiciones, el silencio inundó la habitación cuando el hombre levanto su mano y me señaló, moviendo sus dedos de arriba a abajo indicando que me acercara, cuando me acerque me tomo de la mano mientras guardaba silencio.

Sinceramente nunca pensé ver esto, mi padre siempre me pareció un hombre invencible, pero había sido derrotado, el había perdido.

-¿Padre?...-, susurré con miedo a su respuesta.

-Adam, durante años me haz demostrado tu fuerza de voluntad, tienes que mantenerla, sabías que algún día podría llegar a morir, yo lo sabía y lo lamento, por perseguir mis sueños me olvidé de respetar los tuyos, es probable que tu vida este bajo el peso de mis acciones, talvez tu destino haya sido escogido por mis acciones, aún así me gustaría que siguieras tus sueños, sin importar cuál sea, ser un héroe, villano, doctor, científico o un simple cocinero, no importa lo que hagas yo te seguiré amando, solo debes prometerme que vivirás tu vida al máximo y sin arrepentimientos, así cuando nos reencontremos podrás contarme tus aventuras-.

-¿Porque?...-, pregunté al borde de las lágrimas.

-Por que así como algunos anhelan ser héroes de la justicia, o ser famosos con grandes casas y coches lujosos, yo solo anhelaba ser un símbolo de la maldad, mientras algunos hayan placer en ayudar yo solo lo sentía al dominar y destruir, es algo simple, no lo crees, yo al igual que todos nací con un sueño, con un ideal y tenía el poder para conseguirlo, el poder para moldear el mundo a mi manera, obviamente no escatimaría en esfuerzos con tal de conseguir mi sueño, después de todo, que valor pueden tener las vidas de los demás comparadas a la tuya, el ser humano es egoísta y bélico por naturaleza, yo solo acepte lo que mi corazón me pedía, incluso a hora mismo tengo dudas sobre mis palabras hacia ti, después de todo el amor es arma de dos filos, te puede crear o te puede destruir, podría decirte que todo esto lo hice por algún buen motivo, crear enemigos dónde nunca existieron, todo con el propósito de que tú sigas mi ideal, que adoptes mi sueño como si fuera tuyo, todo el propósito de convertirte en mi sucesor perfecto, pero por otro lado mi corazón siempre quiso que sintieras la alegría de perseguir tus sueños, tal como yo la sentí al perseguir los míos, realmente no hay justificación que me vuelva una persona inocente, de hecho puedo admitir con orgullo que fuí el ser más despreciable de estos últimos cien años, pero los humanos son más complejos que ser o no ser, somos más difíciles que términos abstractos como el bien o el mal, incluso cuando mi meta era perseguir la maldad, tuve una pequeña debilidad, un rastro de bondad, si no me conociera juraría que no hubiera hecho el mal con tal de estar contigo pero una vez que experimenté el dulce placer de la maldad no podría dejar de hacerlo-.

-¿Quien te hizo esto?-

-Su nombre carece de importancia, es lo que significa lo que le otorga la importancia, cualquiera que nos conociera podría afirmar que solo fue una lucha entre el bien y el mal, pero solo aquellos que conocen la verdad comprenden el peso de sus acciones y la historia detrás nosotros, ambos somos los pilares de la sociedad actual, ambos somos las dos caras de la moneda, pero detrás de esa imagen superficial existe un trasfondo que le da un sentido bizarro a esta historia, Adam Shigaraki, tu nombre es un guiño a la verdad detrás de este conflicto, hace mucho tiempo los quirk eran mutaciones, deformidades, aberraciones de la naturaleza, el miedo a lo desconocido nos volvió marginados, lo que nos hacía únicos nos hizo estar solos, en esa época yo tenía un hermano menor, el nació sin esa mutación, por lo que era amado y favorecido por nuestros padres, mientras que yo solo vivía en su sombra, tal como Caín y Abel, solo que yo no tenía celos de mi hermanito, al contrario le tenía lastima ya que el no tenía un poder como el mío, lentamente construí mi reino, un reino donde podía ser lo que siempre fui sin temor a la sociedad, como si fuera un milagro mi hermanito despertó un don y con su nuevo poder trato de destruir mis sueños, se volvió mi enemigo y como todos mi enemigos murieron por mi y por mi sueño, tiempo después descubrí que el poder de mi hermano se podía heredar, mientras más herederos morían sus ideales empezaron a tomar fuerza y cientos de civiles se alzaron a favor de la justicia, el nacimiento de los héroes y su guerra contra la oscuridad, incluso Silver fue una heroína que se interpuso ante mi, para reparar sus errores la convertí en mi fiel sirviente borrando todo recuerdo de su vida pasada, pero su heredero volvió a desafiarme, el heredero de la voluntad de mi hermano regreso para continuar esta batalla eterna, una batalla que al final perdí, por un error de cálculo fui derrotado, aunque el probablemente se encuentre en las mismas condiciones, el símbolo de la paz y el símbolo de la oscuridad se destruyeron después de una guerra de más de cien años, pero al final el solo destruyó más el mundo, el caos que vendrá con nuestra caída dañará más al mundo que nuestra propia guerra, al final el marcador sigue a mi favor-.