El Hijo De All For One

Mi nuevo quirk

Sentí que mi cuerpo ardía y al mismo tiempo se congelaba, mis músculos chillaban del dolor que sentía y mi propia cabeza me punsaba de forma intermitente, mi padre coloco mi mano en su pecho y empezó a hablar, no entendía lo que decía, pero algo en mi interior me impedía respirar, antes de caer desmayado tome un gran respiro y vi como varias esferas de luz entraban a mi cuerpo, por unos segundos note un gran cambio en el ambiente, podía ver los campos gravitatorios, el aire a mi alrededor, mis músculos bailaban al mismo tiempo que mis ojos lograban ver las motas de polvo en la pared, podía escuchar las voces de los científicos corriendo de un lado a otro e incluso el lento latido del corazón de mi papá, el mundo colapso cuando cerré los ojos, sabiendo que cuando despertara habría perdido a mi padre pero algo de él me acompañaría hasta la muerte, algo más que su cariño y sus enseñanzas, algo más palpable, sin poder hacer más caí en el piso del cuarto totalmente inconsciente.

Después de unos minutos Silver y Machia entraron en la sala, All For One miro a Machia y asintió, el hombre tomo la camilla de All For One y empezó a llevarlo a la salida, Silver había levantado mi cuerpo inconsciente y estaba por salir de la habitación cuando All For One hablo, -Silver, te ordeno que cuides de el con tu vida, debes guiarlo, protegerlo y satisfacerlo de cualquier forma, incluso si eso te lleva a tu muerte, incluso si debes usar tu cuerpo para hacerlo-, los ojos de Silver brillaron y ella solo asintió para después salir de la habitación.

-Espero que disfrutes tu nueva vida, Nana Shimura-, el susurro de All For One solo fue escuchado por su guarda espaldas Gigantomachia.

El tiempo había pasado pero para mí solo habían sido unos pocos segundos, mi cuerpo, no podía sentir mi cuerpo y creo que eso era algo bueno, algo dentro de mi me decía que mi propio cuerpo se estaba destruyendo y construyendo cientos de veces, pero aún así sentía dolor, podía recordar cada momento con mi padre, desearía haber sido un mejor hijo, poder haberlo abrazado una última vez, decirle lo importante que era para mí, ya no podía hacerlo, no podría hacerlo nunca.

Había abierto los ojos, podía escuchar las llantas de un vehículo, mi vista era un poco borrosa, al enfocarme pude ver el tapete de un vehículo y la suave piel blanca de los muslos de Silver, podía sentir la ligera sensación de alguien acariciando mi pelo, lo curioso es que no lo sentía en mi piel, lo sentía en el aire.

-Adam, deberías volver a dormir, estamos lejos de la casa, cuando lleguemos t...

Mis ojos se volvieron a cerrar, apenas podía ser conciente de mi realidad, no podía, yo no podía...

Un segundo después empecé a sentir mi cuerpo de nuevo, mi cabeza estaba sobre una superficie increíblemente suave, el olor a vainilla llenaba mis fosas nasales abrí lentamente mis ojos y logré ver a una mujer joven de cabello negro con un pequeño lunar debajo de sus labios, la mujer abrió sus ojos y trato de sonreírme, Silver siempre hacia muecas cuando trata de sonreír, nunca había visto su sonrisa.

Estaba horriblemente desorientado así que mire hacia abajo y note que no tenía playera ni brasier, sus pezones rosas señalaban hacia enfrente, la vista era hipnótica, pero mi vergüenza lo era más, sabía que para usar su quirk tenía que tener un contacto directo con su piel, pero era vergonzoso.

Unos segundos después note mi realidad, mi padre había muerto, las lágrimas salieron de mis ojos mientras recordaba con impotencia los últimos momentos de mi padre, un hombre que vivió en la gloria absoluta por años reducido a poco más que una pequeña sombra irreconocible de lo que alguna vez fue.

Mire a mi costado para ver a Silver tratando de consolarme, no sabía que le había hecho mi padre pero ella era totalmente leal a las órdenes, preferiría no pensar en eso, ella siempre estaría conmigo, mi padre se había asegurado de eso... En este momento solo quedábamos ella y yo, una heroína que perdió todo rastro de su antiguo ser y un huérfano que no podía entender el peso de la carga que portaba.

Así pasaron varias horas o días, realmente no podía notar el paso del tiempo, mi mente se desconectaba por segundos de mi cuerpo y por momentos regresaba, mi cuerpo yacía acostado en una cama blanca en alguna parte del mundo, dudo mucho que estuviésemos donde sea que estuviésemos.

Trate de levantarme pero mi cuerpo estaba totalmente dormido, otro de mis intentos había fallado y me sentía desesperado, lo último que quería era a Silver desnuda sobre mi alimentándome y curandome, mi padre siempre estuvo orgulloso de mi independencia,

Mi nariz captó el olor del carbón y podía oler el distintivo olor de la carne de res cruda, mi cuerpo se levantó sin necesidad de doblar ninguna articulación, entre en trance cuando baje la escalera guiándome sólo con el olfato, me deje caer en la pared, no podía ver nada que no fuera la comida, incluso pude ignorar la joven mujer que estaba cocinando.

Los microondas sanaban con un ritmo digno de la mejor orquesta del mundo, los aromas abrumaban mi nariz, rápidamente la mesa se llenó de varios platos, carnes recién hecha, fideos, cremas, sopas con verduras y algunos mariscos y pecesitos empanizados, olvidando los años de modales que recibí de mi padre me abalancé sobre la comida y empecé a devorarla sin pausa, los platos eran recogidos y otros más llegaban, junto a los nuevos platos llegó una jarra de agua con limón.

Mis ojos estaban llorando, mi cuerpo ardía por cada movimiento, pero mi estómago y mi propia alma necesitaba el alimento, no sabía cuánto tiempo había estado dormido pero tenía un hambre horrible, no no era hambre, no podía describir lo que sentía.